Epílogo

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- Jimin deja de malcriarlo. He dicho que ya ha hecho suficiente desorden por hoy. - Hobi regañó a su esposo, mientras éste le dedicaba una mirada angelical. Una versión mucho más miniatura de Jimin, de sólo cuatro años de edad a su lado, le devolvió la misma mirada.

Su hijo y su esposo eran dos gotas de agua. Y a la hora de desarmarlo sabían perfectamente como hacerlo.

- Bien... - Suspiró. - Saquen el tren de juguete y la vía, pero luego tienen que prometerme que dejarán todo tal cual estaba. ¿Entendido? -

- Sí, papi. - La voz aguda de su pequeño resonó con alegría y Hobi no pudo evitar sonreírle. 
A los pocos segundos ya lo tenía abrazado a sus piernas como muestra de gratitud.

- Te amo, papi. -

- Y yo te amo a ti, Beomgyu. - Se agachó a la altura de su pequeño y lo rodeó en un apretado abrazo. - Ahora ve con papá antes de que empiece a impacientarse! - Lo alentó, sonriente.

El niño le obsequió una sonrisa radiante y se fue tras su padre que ya empezaba a sacar las partes a armar de la caja del tren.
Hobi se los quedó observando por un momento, y sonrió. Si alguien alguna vez le hubiese dicho que la felicidad cabería en una habitación de su casa, no lo hubiera creído. Pero ahí estaba. Su felicidad compuesta de Jimin y Beomgyu. Su alfa y su cachorro eran todo lo que él necesitaba para vivir.

- Mi amor, ¿quieres ayudarnos? - Jimin preguntó con dulzura sacándolo de sus pensamientos.

Bueno... no era como si pudiera negarle algo a su alfa cuando pedía las cosas de esa manera.

- Claro. Me encantaría. - Dijo sonriente, y se sentó junto a ellos.

La tarde pasó y ninguno de los tres se percató de ello, absortos en el agradable juego.

                *         *         *

- Has mejorado la calidad del vino que traes. ¿Acaso Jungkook te dio una clase de cuáles son bebibles y cuáles no? - Seokjin preguntó con burla mientras daba un trago a su copa. Taehyung por su parte lo miró con enojo, y le sacó la lengua.

- Siempre supe distinguirlos, pero no tenía el dinero para comprar otros mejores. - El omega se defendió ofendido.

- Es bueno tener un Sugar Daddy, no....? - Jin preguntó con picardía, y Hobi no pudo evitar reír. Seokjin amaba provocar a Tae hasta hacerlo enfadar. Si hubiesen sido pareja, probablemente habrían sido una muy interesante de ver.

- Para tu información trabajo en el bar junto a Jungkook y Jimin. El dinero que tengo me lo gano trabajando. No como otros... - Tae deslizó la frase que sabría haría enojar al mayor. Una sonrisa traviesa podía verse asomando en sus labios.

- Ser amo de casa también es un trabajo de tiempo completo. ¿Sabes? - Seokjin se quejó muy indignado.

Hobi decidió intervenir antes de que terminaran peleando sin sentido.

- Oigan... hemos logrado reunirnos sin nuestros hijos y sin nuestros alfas. ¿Acaso no podemos disfrutar un momento de conversar tranquilos y estar juntos? - Hobi los reprendió con suavidad.

- Cuando dices "Sin nuestros hijos y sin nuestros alfas", te refieres a que ellos están en la habitación contigua jugando videojuegos mientras nuestros hijos los miran, no? - Tae se rió por la cara de horror de Hobi.

- Lo siento. La niñera canceló a último momento y Jimin se ofreció a cuidarlos con Jungkook, pero a veces no sé quiénes son los niños, y quiénes los adultos ahí... - Hobi dejó escapar un suspiro.

- Miren el lado positivo, al menos sus alfas siguen poniendo atención a sus cachorros. El otro día Nam se sumergió tanto en una lectura que se olvidó de nuestra hija y la encontré frente al espejo del baño sobre un taburete, pintándose los labios de rojo. Al principio creí que era sangre, y comencé a gritar como un loco. -

Boy meets evil. (JIHOPE - OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora