Boy meets evil. (JIHOPE - OMEGAVERSE)

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Advertencia: Smut Jihope

Jimin llevaba una hora recostado en el sofá, leyendo un cómic, mientras esperaba que su omega saliera del baño, dejando de hacer lo que sea que estuviera haciendo y viniera a acurrucarse con él. Era su noche libre, y deseaba hacer nada con Hobi. Leer algo juntos, o mirar una película. Sentir su aroma. Básicamente estar con él, sin nada que los interrumpiese.

Ya estaba comenzando a impacientarse a pesar de que su paciencia solía ser infinita.

- Hobi, mi amor. ¿Estás bien? - Gritó por encima del respaldo del sofá, y cuando su novio apareció frente a él unos minutos después, envuelto con una suave bata negra de seda, y sus pies descalzos sobre la madera, quedó enmudecido.

Sus largas piernas bronceadas al descubierto le provocaron todo tipo de pensamientos que sonrojarían a su inocente omega, y su pecho semi descubierto era una invitación para pasar su inquieta lengua por esa pecaminosa piel. Sin embargo cuando una suave melodía comenzó a sonar, y Hoseok comenzó a moverse suavemente al son de la música, Jimin quiso morir.

Se incorporó en el sofá, sentándose como al principio, mientras sus ojos no paraban de pasear por el cuerpo que tenía en frente. Las caderas de su omega se mecían en movimientos ondulantes, mientras Jimin deseaba que sus manos fueran la fría seda que acariciaba todas esas partes que él quería tocar con sus propios dedos.

Una sonrisa tímida asomaba por sus deliciosos labios, y Jimin intentaba inútilmente no imaginarlos alrededor de su erección que ya palpitaba dolorosamente debajo de sus jeans.
Hobi hizo un medio giro (que enloqueció a Jimin, aunque a estas alturas hasta que su omega respirara lo excitaba) y dándole la espalda, comenzó a menear sus caderas suavemente, de manera circular, mientras la tela dejaba más piel al descubierto que Jimin quería devorar. Su trasero era una obra de arte frente a sus ojos, y el alfa dentro suyo comenzó a desesperarse. ¿A qué estaba jugando su omega?

- ¿Te gusta lo que ves, Jiminie? - Hobi inquirió descaradamente frente a él, mientras seguía moviéndose al son de la música. Al parecer la aceptación en el rostro de Jimin lo habían animado a ir más allá. Sus delicadas manos se pasearon por sus muslos, acariciándose, subiendo la tela que a estas alturas Jimin ya quería desgarrar con sus propios dientes. Él solía hacer bailes para el resto, pero jamás había recibido uno para él. Estaba muriendo.

- Hoseok... ven aquí, mi amor. Necesito tocarte... - Jimin suplicó con desesperación pero su omega negó con una sonrisa.

- No podrás hacerlo, cariño. - Hobi se sacó el lazo que sujetaba su bata, y con una sonrisa traviesa que Jimin no vio mientras se distraía con el cuerpo expuesto que ahora la bata no cubría, el omega llegó hasta él y tomó sus muñecas.

- Bebé, qué estás...? - Jimin no llegó a formular la pregunta completa cuando se encontró con sus manos atadas detrás de su espalda. Su alfa gruñó desesperado.

- Sin tocar, esas son las reglas. - Hobi susurró contra su oído, y todo el cuerpo de Jimin se estremeció de placer. Su omega jamás dejaba de sorprenderlo.

Hobi pasó una pierna a cada lado de las piernas de Jimin y comenzó a bailar sobre su regazo. Subía y bajaba, de espaldas al alfa, con la bata a medio caer, y su trasero frotando la prominente erección de su pareja.

Jimin no estaba seguro si estaba en el paraíso, o en el infierno.

Lo único de lo que sí estaba seguro era de que en cuanto Hobi lo liberase, no podría sentarse en una semana.

- Jimin... - Hobi murmuró jadeante, mientras se ponía de frente a su alfa. Su rostro estaba rojo, sus ojos vidriosos, y su aroma se había intensificado trastornando los sentidos del alfa.