Capítulo 21: Miedo.

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Luego de esa charla poco fructífera aquella tarde en la playa, se juntaron en la biblioteca los cuatro amigos un par de horas para traducir el libro de los Gúrnas. Harry fue el primero en retirarse. Le dijo a Draco que bañaría a Teddy, y que luego se iría a dormir. Éste solo asintió y siguió intentando traducir la página que le había tocado. Tras observarlo unos segundos, sin obtener la atención de su pareja, saludó a Hermione y Ron que los observaban boquiabiertos, y se fue.

Llegó a la habitación que les habían preparado para los tres, con un Teddy de muy mal humor. Lloró mientras le sacaba la ropa, mientras lo metía al agua y lo enjabonaba, y siguió llorando luego de secarlo.

- Oye... ¿qué sucede? – preguntó con tranquilidad pero con evidente cansancio.

- Auuus - dijo el pequeño entre lágrimas. Harry lo abrazó y como hacia siempre, le dio besos en la parte más alta de su cabecita, absorbiendo el aroma del cabello recién lavado.

- Ted. Sabes que Albus no nos pertenece. Él va a conseguir una mamá y un papá que lo quieran mucho. Como nosotros te amamos a ti. – pero éstas palabras, no parecieron hacer el efecto que Harry pretendía. Teddy parecía cada vez más frustrado.

- ¿Y por qué no pueden ser ustedes los que lo adopten? – Tina lo observaba desde la entrada de la habitación. Albus estaba en sus brazos y cuando el niño lo vio, se hizo el silencio. La anciana se acercó a ellos y Teddy rodeó con su pequeño brazo al bebé. – Los niños se podrían criar como hermanos. Es evidente que no los vas a poder separar. – Harry nunca se había puesto a pensar en tener una familia numerosa tan rápido. Si lo deseaba. Pero la situación era complicada.

- No creo que pueda adoptarlo ahora mismo. – la bruja asintió comprensiva.

- Piénsalo. Háblalo con Draco, y me dices. No solo harás feliz a un niño sin hogar. Tu hijo también lo será. – Tina giró para irse pero Harry la llamo.

- Aguarde. Quizás deba dejarlo hasta que nos vayamos. -

Y ahí estaba en ese momento. Mirando a los dos niños que dormían plácidamente en la misma cuna. Luego de unos minutos de haberse sacado la ropa, y acostarse, Draco llego a la habitación. Harry se hizo el dormido, y cada tanto observaba los movimientos de su pareja. Era como estar observando la belleza de un cisne recorriendo elegantemente un estanque. Cada movimiento de sus brazos al desvestirse, cada contorno de su cuerpo color marfil que era tocado por la luz de la luna ingresando por el ventanal, era hermoso. Harry se sentía muy enamorado. Y a pesar de las peleas de dos niños durante los años escolares, creyó que siempre se sintió atraído por Draco. Las veces que él tomaba protagonismo en su vida, no era algo como "¡Uff otra vez este pibe! ¿Y ahora que quiere?". Todo lo contrario. Draco era su historia. Incluso tenía la sensación de esperar su presencia cada vez que algo surgía. No importa que. Esperaba que Draco pasara, dijera una frase punzante, se riera de él, y se fuera. Mientras que Hermione y Ron lo mirarían con recelo, él solo pensaría "¡Cuanto te tardaste Malfoy!". Debe haber sido por eso que sus otras relaciones no tuvieron éxito. El verdadero dueño de su corazón era Draco.

Él joven de cabello blanco se colocó una sudadera, y se recostó a su lado muy despacio para no despertarlo. Se tapó con un cobertor hasta el cuello dándole la espalda, pero luego de unos segundos, tras un suspiro, giró y cubrió a Harry con la manta. Acomodó su cabeza en su hombro y lo abrazo fuertemente de la cintura con un brazo y una pierna. Antes de quedarse dormido, Draco le dio un beso en el mentón. Harry sonrió apretándolo contra su cuerpo. "Esa es una buena señal" pensó devolviéndole el beso en la frente.

Cuando se cumplió una semana en Nueva York, Hermione con ayuda de Draco y algunas veces de Luna, cuando no estaba de paseo con Rolf el nieto de Newt, tradujeron el libro por completo.

Contigo, SIEMPRE! [Drarry] Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora