Paris – Francia. Veinticuatro horas antes.
En el momento en que Hermione le planteo a Ron regresar a Suecia para un intento de rescate de una persona que ni siquiera sabía si era real, él se negó rotundamente.
- No puedo creer que estés hablando en serio. Salimos de ese país como fugitivos, porque un loco psicópata secuestró a Draco, y tú pretendes regresar a la boca del lobo. – manifestó Ron yendo de un lado al otro de la habitación buscando sus cosas y metiéndolas en el pequeño bolsito de cuentas. - ¿te has dado cuenta que no hemos disfrutado de ninguna de las ciudades a las que fuimos? -
- Ronald creí que te quedo claro que éstas no eran vacaciones. –
- ¿Y para cuando las vacaciones? Salimos de una guerra para meternos en un lio que ni siquiera hemos generado nosotros. – Hermione suspiro cansinamente. Sus hombros bajaron como si algo pesado se hubiera apoyado en ellos. Y comenzó a masajease las sienes con ambas manos con los ojos cerrados. Ella sabía que su novio quería a Harry. Era su mejor amigo después de todo. Pero no podía evitar sentir esas cosas. Ella se imaginaba una pequeña bolita negra, llamada "duda", que se generaba en la mente de Ron y que crecía a medida que el tiempo pasaba y no se podían solucionar los problemas. Y en un momento determinado, estallaba esa frase tan desafortunada. Como había sucedido un año atrás, que les costó a todos la huida de Ron.
Éste se dio cuenta que había vuelto a meter la pata. Pero es que no podía evitar decir lo que sentía. La tomó de los antebrazos y la hizo mirarlo a los ojos. – Escucha no me arrepiento de ayudar a nuestros amigos. Pero volver a esa casa tétrica nos expondría a más peligro. -
- Pero Ron... yo sé lo que escuche. En ese lugar había alguien sufriendo. –
- ¿Y si era algo que Krasavic quería que escucharas? ¿Si lo único que tiene esa casa son trampas? Ya hemos pasado por estas cosas. – Hermione lo miró como haciendo puchero pero al final dijo.
- ¿Y si el que estuviera en esa habitación fueses tú? ¿No esperarías que alguien venga por ti? Podemos hacernos mil cuestionamientos. Mientras tanto una persona puede morir. – Ahora, el que tenía una imagen cansina era Ron.
- Me vuelves loco ¿lo sabias? – tras dejar un beso fugaz en los labios de su novio, Hermione lo abrazó por el cuello con una sonrisa de victoria.
Tras acomodar toda la habitación, y despedirse de la familia Delacour, la pareja viajó a Estocolmo nuevamente. En ese momento estaban detrás de un árbol espiando si alguien salía o entraba de la casa de los hermanos rusos. A Ron le pareció como si todo fuese un deja vú. Hasta se vio diciendo que podrían estar todo el día allí esperando. Entonces la tomó de la mano y se dirigieron hacia la morada. Ron apuntó la puerta con su varita y dijo "alohomora" haciendo que ésta se abriera de par en par por la fuerza de la magia que había implementado el joven. Una vez en el interior se detuvieron abruptamente. Un escalofrió pasó por ambos cuando vieron que la habitación más cercana, la sala, estaba completamente vacía.
- Se fueron. – dijo Ron en un susurro. Hermione lanzó el hechizo para saber si había alguien en la casa. inmediatamente sucedieron dos cosas. En algún punto el hechizo rebotó como si existiera una barrera. E inmediatamente la habitación se espejó. Generando en ellos una sensación de movimiento que hizo que agacharan para no perder la estabilidad. "Maldita sea." masculló Ron.
- ¡Que brillante! - dijo Hermione una vez que la habitación paró de girar. – Escalofriante... Pero brillante. No podremos lanzar hechizos. La casa está encantada con Speculus. Las veces que lo hagamos la casa cambiará y ya nunca podremos salir de aquí, no encontraremos la salida. –
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Contigo, SIEMPRE! [Drarry] Segunda Parte
FanficLuego del final de la segunda guerra de Hogwarts, todo cambió. Y ya no hay marcha atrás. Con un simple arrepentimiento, el epilogo que todos conocemos, nunca sucederá. ¿Pero por qué? Simplemente porque cuando llega el verdadero amor todo cambia. L...