Contigo, SIEMPRE! [Drarry] Segunda Parte

Capítulo 30: Bacterias.

Esos momentos de calma cuando el universo se alineaba perfectamente, eran sumamente placenteros. A tal punto que nadie recordaba haberse llevado mal en algún momento de sus vidas. Y eso se logró gracias a la relación que tenían Harry y Draco. Si dos enemigos acérrimos se terminaron enamorando ¿Por qué el resto no podía establecer una convivencia sana y vivir en paz?

Incluso en el instante en que una inminente pelea estaba a punto de estallar, resultaba a fin de cuentas una ocasión graciosa. Esas reuniones entre Slytherins y Gryffindors que al principio parecieron incomodas, se fueron amoldando hasta convertirse en el evento esperado por todos cada sábado por la noche. Comida rápida y cervezas de mantequilla eran el acompañamiento perfecto para charlas y juegos.

Los primeros tres meses del año pasaron sin ningún inconveniente. Pero durante abril, sucedió un acontecimiento que desató la desesperación en Draco durante una madrugada. Todo empezó cuando el ministro de magia recibió un anónimo.

"En el muelle número cinco de los Docklands, llegará esta noche a las tres de la madrugada, un cargamento con dos contenedores de una sustancia hecha con piel de rana dragón."

Shacklebolt y Robards, el jefe de aurores, analizaron el papel con hechizos para determinar su autenticidad y que no tuvieran que desplazar toda la unidad magos, dándose cuenta final que todo fue una broma. Hacía mucho tiempo que el sector de los Docklands había sido modificado en complejos de edificios modernos, donde los muggles se asentaron como zona financiera. Los barcos comerciales llegaban en otros puntos del país. Por ende, esa nave de seguro solo tendría cargamento de productos mágicos. Y estaría oculta bajo hechizos de invisibilidad.

Tras informarles a la toda la unidad sobre aquella nueva e importante redada y dividir las tareas, Harry no pudo disimular su indignación. El jefe no le dio permiso de ir despachándolo a su casa. Y comenzó a perseguir a Robards por toda la unidad mientras todos sus compañeros se preparaban para salir.

- Jefe yo quiero ir. –

- No Potter. Aun eres novato. – dijo tajantemente.

- Pero señor. Solo me falta un mes para recibir mis credenciales de auror. Puedo hacer esta redada. – ese "puedo" sonó de una forma tan suplicante, tan real, que Robards se lo quedo mirando seriamente durante unos segundos. – Por favor señor no quiero vivir deshechizando inodoros del baño de la entrada al ministerio. Además una amiga me contó que estaban vendiendo unas drogas en Knockturn. – No era necesario mandar al frente a Pansy. Solo había fumado una sola vez, y después de esa experiencia nada agradable, se juró jamás probar ningún cigarrillo de ninguna clase. Luego del terrible malestar en todo el cuerpo, la bruja tuvo que lidiar con granos horrendos. – Tengo el presentimiento que esos cigarrillos estaban hechos con la piel rana dragón. Necesito hacer esto. -

- ¿Y porque no diste el aviso en su momento? – las cara de Robards estaba por estallar de tan roja que se puso.

- Porque cuando me los nombraron, yo estaba en una emergencia familiar. Y regrese a Knockturn al otro día. El negocio no sabía nada al respecto de esos cigarrillos. Me dejaron hacer una inspección, y no había señales de ellos. – tras resoplar, el color del rostro del jefe volvió a su estado natural.

- Potter... Si te llegas a mover de mi lado, no saldrás de esta oficina ni para deshechizar el inodoro del final de este pasillo ¿me has entendido? –

- Sí señor. -

La piel de la rana dragón se usaba para pócimas muy específicas cuando se la comercializaba en forma legal. Los sanadores de laboratorio, que eran los que se especializaban en la creación de las pócimas para tratamientos como enfermedades contagiosas, envenenamientos, picaduras y mordeduras de criaturas mágicas, utilizaban ese ingrediente con frecuencia. En su forma pura, o sea recién extraído del anfibio, era un alucinógeno muy potente que se contrabandeaba para drogas poderosas. Esta rana solo tenía un lugar de origen, en un lago al norte de Japón. Donde el clima es frio y la rana puede ser manipulada para su reproducción o como en este caso la extracción de la piel. En los años cincuenta un expedicionario muggle las descubrió, y retiró una de su hábitat. El hombre murió al cabo de una semana, en un hospital de Tokio. Sanadores de ese país, se llevaron el cuerpo para investigación tras desmemorizar a todo el nosocomio. Las características pústulas que hacían irreconocible al hombre, solo las podían generar un animal mágico. Y efectivamente cuando los aurores nipones allanaron la casa del hombre, encontraron restos de la rana. Fuera del clima frio del lago, la rana recalentaba, y explotaba. Por eso a partir de ese momento diferentes magizoologos se establecieron en la zona y comenzaron a estudiar el anfibio.