Capítulo 30

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"Después de un invierno malo, una mala primavera, dime por qué estás buscando una lágrima en la arena"

Soladadito Marinero (Fito y Fitipaldis)

-¿Estamos todos listos?- pregunta Leo por última vez.

-Sí- respondemos todos los miembros de Frente en Gernos al unísono.

-Bien- dice Leo y sonríe-. Pues vamos allá.

Es veinticinco de agosto. Sólo faltan cinco días para la boda de Hugo.

Nos dispersamos desordenadamente, nerviosos, y cada uno va a coger las cosas de mi equipo. Porque sí, voy a volver a infiltrarme en el Palacio Arnik. De nuevo, James me acompaña para, supuestamente, protegerme. Tenemos que averiguar lo mayor posible sobre cómo va a transcurrir la boda. El señor Yang ha hackeado el sistema de cámaras de seguridad del Gobierno y por tanto, ahora podemos tener el Palacio Arnik vigilado las veinticuatro horas del día.

-Ishy- me llama Leo cuando nos quedamos solos-, ¿estás segura de que quieres hacerlo? Sabes que puede ir Chris, a ella no le importa.

-Quiero ir yo- replico, vehemente-, no sólo eso, debo ir yo.

-¿Y por qué? Te echas encima cosas de las que no tienes culpa alguna. No es tu culpa que ese cabeza hueca de Bravestone sea un estúpido y se haya dejado encandilar por su padre.

-Me cuesta mucho creerlo- digo mirándolo fieramente a los ojos-. Hugo no haría algo así por las buenas, como tú dices, solo porque su padre se lo hubiera dicho.

-Bien, pongamos que lo que estás diciendo sea verdad. ¿Por qué diablos lo hace entonces?

-Eso es lo que pienso averiguar- termino mientras me doy la vuelta y camino hacia la trampilla del sótano, pero Leo me detiene poniéndome una mano en el hombro.

-Enana- su tono es tranquilo y dulce. Utliza ese tono solo conmigo, y cada vez que habla así, hace que me estremezca de arriba a abajo-, yo sólo quiero que no te pase nada, así que ten cuidado, ¿vale?

-Te lo prometo.

Él sonríe y me besa.

James, Kentran, Amy, Leo, Tony y yo avanzamos con sigilo por las calles de Gernos. Está amaneciendo, así que nos refugiamos en los recovecos oscuros de las esquinas. Cuando el Palacio Arnik ya se ve tras las casas, nos detenemos. Todos vamos armados. Kentran y Amy llevan un fusil de precisión mientras que Leo, Tony, James y yo solo llevamos una pistola y un cuchillo, por si acaso. Solo he matado a un hombre en mi vida, a Jack Edwards, y fue algo que ni si quiera me paré a pensar. He practicado y entrenado muchísimo, pero no estoy segura de si llegada la hora, seré capaz de apretar el gatillo.

-Kentran, Amy- ordena Leo con su tono autoritario, el de líder del Frente en Gernos-, buscad un edificio con azotea desde el que tengáis buen ángulo hasta el Palacio. Procurad que no os descubran. Tony, tú quédate conmigo. Estate preparado para intervenir en cualquier momento. James, Ishy, tened cuidado, ¿de acuerdo? James, como le pase algo a Ishy, te mataré con mis propias manos, ¿entendido?

James suelta una carcajada sorda, pero asiente.

-Muy bien, pues chicos, no quiero bajas, ¿de acuerdo? Así que hacedme el favor de no moriros- termina Leo sonriendo.

Kentran y Amy se pierden entre las calles con los rifles en las mochilas, buscando un edificio al que subir. Tony se acerca a una esquina, vigilando si viene alguien y Leo se acerca a la otra.

James me mira y sonreímos.

Vamos vestidos con el uniforme de los criados del Palacio. Me he recogido el pelo en un moño bajo, para que no me estorbe. Cojo la pistola y aprieto el mango con fuerza para que no se me caiga. Su peso se multiplica en mis manos y por un instante, tengo mucho miedo. Mucho miedo a la muerte, no solo a la mía, a la de todas las personas a las que he confiado mi propia vida. Me meto la pistola debajo del delantal para que no se vea ni se caiga.

Deep #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora