Capítulo 21 (Leo)

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"Y las lagrimas caen en su hogar cuando el hijo se va. Se estremece su madre al pensar que ya no volverá"

Una juventud perdida (Tierra Santa)

Observo fijamente a mamá. Está tumbada en la cama, con la cabeza ladeada y me mira con una sonrisa.

-Leo, cariño, ven. Dame la manita- me dice con su voz dulce. Me acerco y me siento en el borde de la cama. Las piernas me cuelgan. Le doy la mano.

Intento no mirarla. Aún así, las lágrimas llenan mis ojos y comienzo a llorar desconsoladamente.

-Cielo, no llores. Todo va a salir bien. Papá te pondrá a salvo- se le rompe un poco la voz.

-¡No quiero irme, mamá! Quiero quedarme aquí contigo- exclamo, sollozando-. Tengo miedo.

Mamá me mira con dulzura y me acaricia la mejilla suavemente.

-No lo tengas, cielo. Li y Walter son buenos amigos de papá y yo. Ellos te van a cuidar muy bien. Además, yo siempre voy a estar muy cerca de ti- me toca el corazón con la mano.

Me limpio las lágrimas con los puños y suspiro.

-Te voy a echar de menos, mamá.

-Y yo a ti, cariño. Mucho, muchísimo. Pero ahora tienes que irte, papá te está esperando- sonríe-. Se bueno con él, Leo, y deja de llamarlo viejo. Te quiere más que a su vida, aunque a veces no lo parezca. No seas duro con él.

Asiento levemente, aunque no voy a dejar de tratar al viejo de la misma forma. Tengo cinco años, pero no soy idiota.

-Venga, Leonard, coge a la niña, nos vamos- dice el viejo con voz cansada.

Estamos en la habitación de Ishy. El viejo está recogiendo las cosas de la peque. Yo me acerco a su cuna y la observo.

Sólo tiene horas, pero está muy despierta, con los ojos completamente abiertos.

En cuanto me ve, empieza a mover la cabecita y levanta los brazos. Le acerco un dedo y ella me lo agarra con toda su mini mano.

Sonrío y la cojo en brazos. Sigue mirándome fijamente.

-Te quiero, enana- susurro.

Ella abre la boca, parece con ganas de responder, pero no sabe hablar y de su garganta sale un gruñido.

La mezo suavemente, una nana e Ishy se duerme plácidamente entre mis brazos.

Nos alejamos de Asamia en un bote, en el que a penas cabemos el viejo y yo, que llevo a la peque dormida en brazos.

Cuando Asamia se ve ya muy lejana, veo una sombra en el aire e inmediatamente después, escucho un gran estruendo, un estallido, y veo el fuego.

Asamia está ardiendo.

Mi primer pensamiento es para mamá.

-Viejo, ¿qué pasa?- exclamo, intentando hacerme oír sobre la explosión.

-Una bomba- el viejo mira fijamente el horizonte arder. Está llorando-. Lucas Bravestone ha bombardeado Asamia. Maryan...- se le rompe la voz, que se convierte un sollozo desesperado.

Me grabo el nombre de ese hombre a fuego en la conciencia.

Lucas Bravestone, quienquiera que seas y dondequiera que estés, te encontraré, y cuando te encuentre, me vengaré.

Te juro que me vengaré.

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Seeeh, lo sé, este capítulo es cortísimo. Pero esto es, entre comillas, lo que le falta al capítulo anterior, pero iba a ser demasiado ponerlo ahí, así que este mini capítulo es una especie de continuación del capítulo 20. (Sorry por los posibles traumas psicológicos que os quedaron en el capítulo anterior :3)

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