ㅡ ❀ུ۪⧽ 𝟑𝟎 𝒅𝒊́𝒂𝒔 𝒔𝒊𝒏 𝒕𝒊 𝒔𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒅𝒂𝒅

~ Prólogo ~

Lo mejor que me había pasado en la vida era cuando la campana de salida sonaba.

Pero entonces llegabas tú para arruinar toda la felicidad que había recaudado en esos pocos segundos de libertad, ya que cuando estaba contigo me sentía en una cárcel.

Tenía que soportar el que me des una carta cada que salía de mi salón, que me cargues mis cosas, que me acompañes todo el camino hasta mi casa y ni hablar de los besos que me dabas en la mejilla sin mi consentimiento.

Espero que algún día no se te ocurra darme uno en los labios eso si sería asqueroso.

Eso no era la peor parte de todo. Tú querías hablar con mis amigos, preguntabas a los profesores de como me iba en el colegio y hasta conocías a mis padres, los saludabas como si fueras su amigo del alma.

Tan psicópata eres, deberías parar eso no me gusta, nunca me gustará.

A pesar de que pasaran ya tres años y unos cuantos meses desde que tenemos la misma rutina ni yo se como es que tenía a ese gigante encima mío.

Fue un día de abril, lo recuerdo por que era el mismo día de mi cumpleaños y a pesar de que me fastidió su presencia, tenía que admitir que fue el primero en darme un regalo, un reloj que se notaba caro y hasta ahora llevo en mi muñeca izquierda tapado con la manga de mi polera para que el chico no se emocione tanto y piense cosas que no son.

Retomando la narración del día 12 de abril, él me esperó fuera de mi salón y al ser el último en salir, tomó mi muñeca para hacerme girar.
Cuando lo veo empezó a cantarme el típico feliz cumpleaños y con eso vino que se inclinara en mi dirección, mientras me tendía una cajita color azul noche con un moño color amarillo arriba. Yo le agradecí y él se lanzó a abrazarme.
Desde allí él pensó que era mi amigo y yo sólo tengo que soportar su presencia ya que sacarlo de mi encima no puedo.

Deberías dejar de venir a mi salón, no conozco ni tu nombre, así que no sé como tú sabes el mío.