{Capítulo 4}

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Estuve toda la mañana sola contemplando a las demás mientras jugaban al baloncesto, charlaban entre ellas... Habían muchos grupos y no todas se llevaban bien, pero ninguna estaba sola.

Llegó la hora de las llamadas y no podía tener más ganas de escuchar la voz de Liam.

Llegó la hora de las llamadas y no podía tener más ganas de escuchar la voz de Liam

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Después de esperar un buen rato, le oí:

-¿Diga? -su voz era tan perfecta...

-¡Liam! -inmediatamente se me humedecieron los ojos. -¡Soy yo!

-¡Vicky! -también pude notar su emoción, aunque fuese por teléfono. -¿Qué tal va todo?

-Bien. -mentí.

-No suenas muy convincente... -dudó.

-Es cierto; no es tan malo como esperaba. La gente aquí es... agradable.

-No sé si creerte. -respondió. Pude ver su sonrisa triste sin necesidad de estar frente a él.

-¿Y qué tal tú? -preferí cambiar de tema.

-Bueno, aún no me creo que estés allí, todo ésto me viene un poco grande. -su voz sonaba triste.

-Anda que a mí... -suspiré. -Es increíble lo que me ha cambiado la vida en cuestión de horas.

-Todo va a ir bien, lo sabes, ¿no?

-Eso espero. Necesito verte. -sollocé.

-Yo también. Te echo de menos y apenas llevamos ni un día sin vernos. -dijo él.

Un funcionario me indicó que debía colgar ya.

-Me pasaría horas hablándote, pero me obligan a colgar. ¿Vendrás a verme pasado mañana a la visita semanal? -pregunté.

-No lo dudes. Te quiero. -cada vez que oía un te quiero suyo, me estremecía y sonreía como una tonta, como la primera vez que me lo dijo.

-Yo te quiero más. -colgué con delicadeza y suspiré.

Sonreí como una tonta. Le quería tanto.

-No te acostumbres, que pronto no te llamará. -me di la vuelta al oír el comentario de una mujer.

-¿Cómo dices? -pregunté, extrañada.

-Pues eso; los primeros días te llamará, enamorado, diciéndote lo mucho que te quiere y te echa de menos, vendrá a verte... pero cuando pase un tiempo dejará de llamarte y visitarte, cuando se vea necesitado se buscará a otra que no esté encerrada entre estos barrotes. -lo soltó tal cual y se fue, dejándome petrificada.

¿Y si tenía razón?
Sus palabras me hicieron plantearme una cosa que no me imaginé en ningún momento.

Liam llevaba apoyándome desde el minuto 0 que nos conocimos, pero quizás en esta situación terminaría por cansarse de mí, de tener que esperarme.

No dejé de darle vueltas a ello en todo el día.

Víctima entre RejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora