{Capítulo 19}

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Mientras Marcos me iba colocando el gel para la ecografía, más miedo tenía. No estaba preparada para confirmar lo que era casi probable, no estaba lista para perder a aquello que me estaba manteniendo viva.

-Bueno, vamos a empezar... -Marcos me miró con tanta angustia en el rostro como yo.

-¡Señor, no puede pasar! -se oía a un funcionario correr por los pasillos.

-¡Déjeme en paz, tengo que verla! -cuando oí esa voz me quedé en shock. No sabía si estaba delirando o si era cierto.

-¡Venga para acá o le juro que usted acabará preso también! -los gritos del funcionario eran cada vez más altos; se estaban acercando a la habitación.

-¡¡¡Cállese joder!!! -cada vez tenía más claro que era él.

Entonces la puerta de la habitación se abrió con potencia y apareció Liam, con su mítica camisa blanca y la corbata azul a juego con sus ojos. Se acercó a mí y Marcos le detuvo:

-Señor, por favor, no se puede acercar a ella, son las normas. -le indicó

-¡Cómo no voy a acaercarme! -protestó con preocupación al verme.

-¡Liam! -me emocioné mucho al verle.

Entonces Marcos cambió de expresión con rapidez:

-Un momento, así que él es Liam... ¿Tu Liam? -me preguntó. -¿Del que tanto me has hablado?

Asentí con una especie de sonrisa y Marcos entonces le dejó acercarse a mí.
El funcionario que persiguió a Liam quería llevárselo, pero Marcos le dijo que no pasaba nada y que podía retirarse.

-Vicky, cariño... -se sentó a mi lado y me besó con mucha delicadeza.

-¿Cómo es que te has enterado? -pregunté. Pese a estar muy contenta de verle habría preferido que no supiera nada para así no preocuparle.

-Miguel me llamó y me fui del congreso en cuanto me enteré.

-¡Liam ! ¡Pero ese congreso era muy importante para ti! -recordé.

-Tengo mis prioridades. -me acarició y sonreí con tristeza.

Después de un breve momento conversando, Marcos ya le había explicado todo a Liam, quien no daba crédito a eso de que quizá podía haber perdido al bebé.

-Bueno, si os parece, voy a ir preparando la ecografía y en dos minutos veremos a ver qué tal está el bebé. -anunció Marcos. Asentimos con mucho miedo.

Liam me dio la mano y se acercó aún más a mí. Aunque la situación era muy dura, junto a él todo era mejor.

-Liam

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-Liam... -susurré y me miró. -Sé que estabas tan emocionado por el bebé como yo, si le ha pasado algo malo, yo... lo siento mucho, siento estropearlo siempre todo... -mis lágrimas estaban a punto de salir.

-Shhh... -me calmó mientras me acariciaba. -Nada de esto es tu culpa, jamás te culpes de nada así. No te preocupes, saldremos de ésta y podremos con lo que venga, como siempre hacemos.

Asentí. No nos quedaba otro que afrontar la situación, enfrentarnos a lo que se nos viniera encima.

-Bueno, vamos a ello. -hasta Marcos estaba nervioso.

Cerré los ojos mientras Marcos deslizaba el gel con suavidad sobre mi vientre y recé porque todo fuese bien, recé por ver una nueva ventana entre tantas puertas cerradas.

-Mirad... -señaló Marcos a la pantalla.

-¿Está bien? Marcos, sólo quiero saber eso

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-¿Está bien? Marcos, sólo quiero saber eso. -no aguantaba más los nervios.

-A primera vista parece que sí, aunque suene bastante increíble ; vamos a oír las pulsaciones y saldremos de dudas. -respondió mientras tocaba unos botones.

Liam y yo nos miramos y él besó mi mano con una sonrisa nerviosa.

-Dios, ¿lo oís? -preguntó Marcos.

Los latidos del corazón del bebé se oían perfectamente y con gran intensidad.

-Son... ¿sus latidos? -nunca había visto a Liam tan conmovido, era adorable.

-¡Vuestro bebé está bien! -gritó con alegría.

No me lo podía creer, era todo lo que necesitaba oír.

-¡Menos mal! -Liam me abrazó con euforia y yo le agarré con fuerza pese a los dolores que sentía por la paliza. Cualquier dolor era secundario tras esa buenísima noticia. -Te lo mereces, cariño, mucho.

-Nos lo merecemos. -le corregí y asintió sin ocultar sus lágrimas de emoción. -No me lo puedo creer, dios mío os debo la vida a Miguel y a ti...

Marcos nos abrazó dándonos la ehorabuena. Liam me demostró una vez más que, aunque ese bebé no sería biológicamente suyo, para él sí que lo sería, cosa que me hacía muy feliz.

Estuvimos un rato viendo al bebé por la ecografía; si por mi fuera, me habría quedado horas viéndole aunque fuera por una pantalla.

-Tendremos que tener al bebé en observación, pero no os preocupéis porque está bien, os doy mi palabra. -dijo Marcos mientras desconectaba el ecógrafo. -Bueno, voy a salir y os dejo un tiempo a solas, intentad no hacer mucho ruido que si os pillan se me cae el pelo.

-Muchísimas gracias, de verdad. -le dijo Liam aún con una cara de felicidad plena.

Marcos cerró la puerta y Liam y yo nos miramos con la misma intensidad de siempre. Por fin podíamos estar un rato a solas.

Víctima entre RejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora