Capítulo 19

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Crunch, crunch...

Crunch, crunch...

—...Kāshima, ¿Realmente están tan buenas esas papas?

—¿Quieres un poco?

—No es eso...

—La expresión sonriente de Kāshima-san es difícil de pasar por alto, ¿Cierto?

—¿Yo?

—¡¿Reiko-chan te conseguiste un novio?!

—¡¡Cough...!!

—¡¿Kāshima-san?!

—¡Oi, Kāshima! ¡¡Respira!!

¡¡Aiko-san, por favor no digas cosas tan horribles cuando la gente está comiendo!!

—¡Reiko-chan rápido, bebe algo de agua!

Aunque agradecía la botella de agua entregada por Aiko-san, no pude evitar lanzarle una mirada de reproche y sutilmente feroz.

—Mou, Reiko-chan. Tienes que ser más cuidadosa.

¡¿De quién crees que es la culpa?! Debo ser sólo yo, ¿Cierto? No creo que ésta chica lo esté haciendo a propósito.

—Ella es completamente intencional, Kāshima.

No me digas, Nanjo-kun de verdad puede...

—Está escrito en tu cara.

—¡No leas mi mente!

—Que grosero, yo no haría que Reiko-chan se atragantara a propósito.

¡Aiko-san, ¿no puedes buscar una palabra más sutil!?

—¡Aiko-san detente diciendo ese tipo de cosas!

—¿Qué te atragantaste? (Aiko)

—También, pero no.

—Hablando de otra cosa... —¡como se esperaba de Izumi-kun! Siempre un paso adelante —¿Por qué parecías tan contenta?

—....Onee-sama me llevará al parque de diversiones~.

—¿Tu hermana? (Nanjo)

—¿La hermana de Reiko-chan no es un Ojousama maduro?

—¿Ojousama maduro? ¿Onee-sama?

—Sí, no me puedo imaginar a una hermosa Ojounee-sama en la montaña rusa, ¿Sabes?

—¿Onee-sama?

—Mn, mn. ¿Sabes? Cuando pienso en la Onee-san de Reiko-chan no puedo evitar imaginarme una bella princesa fina, delicada y elegante.

—....¿Onee-sama?

Esta chica... ¿Aiko-san realmente está hablando de la misma persona que yo?

—Me siento mal por tu hermana. (Nanjo)

No, no, no. Por favor, siéntete mal por mi ¿De acuerdo?

—Ciertamente, tampoco es común ver ese tipo de expresión en Kāshima-san.

¿Qué se supone que responda a eso? Cuando ves a Onee-sama por primera vez, no hay duda que ella es una auténtica señorita de la alta sociedad, todos de acuerdo hasta ahí.
Ahora, por alguna extraña razón que no entiendo, ella parece contradecir a Okaa-sama en algunas cosas, también acusa a Otou-sama de hacer cosas malas.
Ella tampoco tiene talento alguno en la cocina o en las manualidades y, aunque no tiene ningún reparo a la hora de malgastar los alimentos, tiende a criticar los malos hábitos de otras personas.

¿Lo que me molesta? Que, de no ser por ella, ¡no tendría que lidiar con las ridículas peticiones de los profesores!

—Wooaah... Reiko-chan está mirando al aire. ¿Creen que...?

—Ni lo sueñes.

—Jajaja. Yo no quiero ver a una Kāshima-san molesta.

—Tch, aburridos.

—Aiko, ¿Estás viendo lo mismo que nosotros?

—Jajaja. El espíritu de lucha de Kāshima-san está ardiendo.

—Sigo aquí, ¿saben?

No es fácil para mí tampoco, ¿Bien?
El desempeño de mis hermanos ha establecido un estándar en Reich.

Hablando de eso... no soy la única cuya familia se ha forjado una reputación en la escuela. Me da mucha curiosidad saber como manejan este tipo cosas.

.

.

.

.

—¿Me dijo mi madre algo sobre salir el fin de semana?

Je.
Estas interesado, ¿Verdad?
Sientes curiosidad, ¿Verdad?
Te mueres de ganas por saber, ¿Verdad?
Vamos Mizu-chan, pregunta, pídele a Ojousama que te cuente~.

—¡Oh, sí! Yo también escuché algo sobre eso.

¡Tú cállate, Tora! ¡Nadie te invitó a la conversación!

Ahora nos encontramos en un juego de cartas, ¿Las apuestas? ¡Los chocolates edición limitada traídos directamente desde Suiza!
Porque Mikaze es alérgico al cacao y Nagakura pasó (le pareció ridículo), actualmente sólo quedamos cuatro: Kazuma, Mizu-chan, Tsuki y yo. Honestamente estoy aliviada, la suerte de Mikaze es ridícula y la habilidad de Nagakura es aterradora.

Como habría sido aburrido tener un partido con tan poca gente, dejamos que cualquiera se uniera a esta batalla por la gloria del chocolate. Aparte de nuestra mesa queda otra, con otros cuatro participantes mayores que nosotros.
Para ser sincera no tengo idea de cómo llegué tan lejos cuando en casa siempre pierdo.
¿Qué? Es el único modo en que gasto mi dinero de bolsillo.

Regresando a lo importante... ¡Ese chocolate blanco será mío! ¡No dejaré que nadie lo arrebate de...!

—Heh... Yo gané.

—¡Nooo! (Tsukimiya)

Mizu-chan, tú... ¡Bastardo! ¡¿Cómo te atreves?!

—No tan rápido.

—¿Kazuma? Podría ser... (Reiko)

—Aún sigo en el juego.

¡Eso! Las cartas en manos de Kazuma le permiten seguir en la competencia.

—Entonces, ¿Aquí también ya se decidió?

—¿Umh? Sí, quedaron ellos dos.

—¡Aún no, quiero la revancha!

—Ignore a éste de aquí. Entonces...

—Mi chocolate... ¿Por qué? ¿Por qué el destino puede ser tan cruel?

Cielos, cuán dramático puede llegar a ser Tsuki.

¡Me volveré una genio, ya lo verán!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora