capítulo tres

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Casa de Alaska. Lafayette, USA. 17 de mayo de 2017

— ... Mientras tanto las búsquedas en torno al vuelo HC-008 continúan en Lafayette y ya luego de dos días se empiezan a reconocer algunos cadáveres de los 80 miembros del vuelo, hasta ahora las familias han reconocido a 5 personas y los demás complican el asunto en su estado chamuscado o ensangrentado.

— Así es. Además la policía local también pone de su parte buscando algún indicio de los desaparecidos, entre ellos se encuentran las tres azafatas y tres pasajeros.

— Vamos con Melanie desde el sitio del accidente. Por favor la producción que nos ponga en contacto.

— ¡Hola! Estamos acá en el lugar del accidente, me acompaña el jefe de investigación Nicholas Curton para darnos detalle de la situación. Señor Curton, ¿qué se supone que fue lo que derribó al avión?

— No se sabe con claridad, hemos decidido clasificar el caso y darle suma importancia ya que en la torre de control se indicaba que todo marchaba correctamente así que...

Mientras Ben observaba la televisión desde el sillón y con el control remoto en la mano, Alaska apareció detrás de él caminando en dirección a la cocina. Inmediatamente, cambió de canal y empezó a navegar en la TV.

— ¿Qué ves? — Preguntó la joven desde la cocina.

— Nada. No encuentro algo interesante.

— Hay un canal que transmite películas buenas, quizá hay alguna ahora que te guste.

— No soy mucho de ver películas.— Replicó el chico, tajante y con su voz gruesa.

Alaska se quedó callada ante la cortante pero típica respuesta de Ben.

Por su parte, Benjamin, sintió cierto peso por haber contestado de tal forma. Era uno de sus tantos malos hábitos, y hasta él mismo se molestaba por esas contestaciones.

Estiró el cuello para observar a Alaska que estaba en la cocina. Se la veía buscar algo con mucha concentración.

— ¿Qué buscas? — Preguntó curioso, Ben.

— No encuentro el shampoo por ningún lado — Dijo ella entre risas vergonzosas — Tomaré una ducha dentro de unos minutos.

— Creo que lo vi detrás del espejo, en el baño.

Alaska giró su cabeza y miró extrañado al chico.

— ¿Y en qué momento fuiste tú al baño? — Preguntó la niña del cabello grisáceo.

— Ya me siento mejor de las piernas, me molesta un poco al caminar pero estoy bien.

Una sonrisa apareció en el rostro de Alaska. Se acercó a él y se sentó a su lado en el sillón.

— ¡Qué bueno! — Exclamaba — Eres muy fuerte, Noah.

Al decir esto, palmeó su espalda suavemente.

— ¡Ah! — Exclamó Ben al sentir que tocaban su espalda. La joven se asustó y retiró su mano.

Él, al ver su cara, sonrió.

— Es broma.— Dijo, y bajó la vista.

Alaska lo observó con una mirada que decía casi explícitamente la frase "eres un idiota", pero su boca a la vez repetía "me caes muy bien".

Luego de unos cortos segundos en silencio, Alaska decidió romper el ambiente.

— ¿Quién te dejó en ese estado, Noah?

Headshot, HearthshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora