Capitulo 11 | i feel it coming

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El paso de los meses iba rápido y Harley cada vez más se ocultaba del mundo exterior. Los síntomas seguían, ya eran menos, pero ahora que estaba apunto de cumplir los cinco meses desaparecerían.

Estaba viviendo en Brooklyn, trabajaba en un pequeño local de ropa. No perdía contacto con el Joker en ningún momento del día, el siempre le llamaba para saber del bebé, Harley había decidido esperar a que naciera su bebé para saber que sexo era.

—¡Harley!—Escucha la voz de Verónica. Su amiga, la cual trabajaba junto a ella en la tienda.—¡Te llegó algo!

Harley acaricia su vientre y camina hacia donde estaba Verónica. Le sonríe y puede ver un gran ramo de flores rojas con un moño arriba del mostrador.

—¿Cuando me ibas a decir que tenías un admirador secreto?—Verónica ríe y se acerca a Harley.

—No es mi admirador secreto...—Camina hacia las flores y toma la nota.—Es el padre de mi hijo.

—Hasta que se digna a llamarte...nunca me has contado como es o qué es lo que hace.—Harley abre el sobre mientras la escuchaba. Había una carta y como 30,000 dólares dentro de este. Contaba los billetes lentamente.—¿Como se llama?

—Su nombre es Jack—Empieza a hablar.—No vive en Brooklyn, vive en Gotham.—Obviamente no relevaría que era el Joker.—Es pintor, y comediante de stand up en algunos clubes.

—¿Un fracasado?—Verónica ríe.—Digo, a los comediantes siempre les han llamado así.

—Para nada.—Harley niega.—Le va muy bien en ambos empleos, y cada que puede me llama y me manda dinero para nuestro hijo.

—¿Y por qué no hace eso aquí? Digo, Nueva York cada vez se queda con menos comediantes, ¿Para que ir a Gotham teniendo Brooklyn?

—No lo se...—Ve como una clienta llega al lugar.—Ahora tenemos que atender, por favor atiéndela...tengo que ir por mis cosas, me duele la espalda, siento que el bebé se está moviendo mucho.

—Si no te preocupes, yo la atiendo. Y si preguntan por ti...digo que no estás.—Harley asiente.—Okay, vete a descansar un rato.

Harley se retira del mostrador y camina hacia los vestidores, arreglaría ropa de ahí dentro. Usualmente las chicas desacomodaban toda la ropa, y era una gran molestia tener que acomodar todo de nuevo en su lugar.

—Hola, ¿De casualidad aquí trabaja Harley Quinzel?—Aquella voz a lo lejos la conocía. Harley se asoma para ver con quien Verónica estaba hablando.

Diablos, maldice. Era Roberta. Usaba sus lentes oscuros junto a uno de sus largos sacos y tacones de punta fina. Sostenía su bolsa de marca costosa sobre su brazo.

—Mmm...no, aquí no trabajaba ninguna Harley señora.—Verónica responde.

Harley se agacha como puede mientras la seguía viendo a escondidas. Siente un dolor sobre su vientre, su hijo se movía mucho. Se sostiene de un tubo de ropa, no podía quedarse mucho tiempo en esa posición, también le afectaría al bebé.

—Está bien, veré la ropa un momento...—Ella comienza a caminar por la tienda. Tenía que salir e ahí lo antes posible.

Se levanta y toma su bolso, toma su celular y comienza a teclear el mensaje para Verónica. Tenía que irse. Mira como Roberta camina hacia sus flores, las acaricia y ve como agarra una para luego destruirla sobre sus manos.
Lo bueno es que había tomando el sobre con las cosas a tiempo.

Camina por uno de los pasillos de atrás apurada y sale por la puerta de emergencia. La ciudad de Nueva York se hace presente sobre sus oídos, baja las escaleras y camina entre toda las personas que caminaban por la calle.

Renegade || J&H Donde viven las historias. Descúbrelo ahora