-Para el gay que aprendió a ser hombre
Ya has sabido ciertas cosas de mí, como mi gusto por la lectura, mi bajo perfil y mi lucha contra los desórdenes alimenticios. Pero te falta una cosa, y es el por qué puedo entenderte. Soy gay.
Es estúpido que a veces pienses que eres la deshonra de la familia o la oveja negra, porque todos sabemos que no es verdad. La sociedad poco a poco va aceptando que las personas como tú y yo, que nos gustan individuos del mismo sexo, no somos monstruos ni creaciones del diablo, pero aún quedan algunos/as cerrados/as de mente que no entienden que somos iguales a ellos.
Te he visto ser valiente y te he visto luchar como nadie lo ha hecho. A diferencia de las otras personas a quienes les he dedicado mis cartas (lectores compulsivos, niñas superficiales, deportistas frustrados, etc.) tú no tienes nada que cambiar, y tampoco puedes cambiar. No estamos enfermos. Ser gay no es una enfermedad.
Sé todas las burlas que has tenido que soportar. Todos los insultos, desde que eres afeminado hasta otros que no valen la pena mencionar aquí. Comúnmente, quienes dicen esas cosas son grupos de niños (ya que nunca andan solos) que se sienten mejores por humillar a los demás. Pero el arma que más usan, es el típico “poco hombre”, como si ser gay nos quitara esa característica. Lo encuentro ridículo y sé que tú también. Pero desde el lugar donde me encuentro, te mando todas mis fuerzas y todo mi ánimo, ya que sé que tienes el suficiente coraje como para hacer oídos sordos a esas palabras tan estúpidas.
Yo nunca le conté a mi familia sobre mi condición, pero espero con todo fervor que tú lo hagas. Una madre y un padre no pueden rechazar a un hijo, creo que va contra la naturaleza. Tarde o temprano tendrán que aceptarte, o si no, simplemente respetarte. Si ya le contaste a tu familia (debes entender que a veces me pierdo entre tanta gente que visito) te felicito por todo el valor que reuniste ya que no es tan simple como decir: “hola a todos, soy gay”, es un proceso de aceptación y de reunir la fuerza suficiente como para soltar la noticia. No te preocupes de contarle que eres gay a tu grupo de amigos, ya que aunque suene tonto te servirá como un colador: se quedarán contigo los que tengan que quedarse, porque esos son los verdaderos, los amigos que de verdad te quieren. Recuerdo que cuando yo le conté a mi grupo, tenía miedo de que mis amigos hombres heterosexuales se alejaran de mi por miedo, pero contrario a todo pensamiento, se hicieron más cercanos a mí. El apoyo de ellos fue incondicional. Y por parte de las niñas… bueno, ellas siempre sueñan con tener un amigo gay.
Estoy escribiéndote esto para recordarte que no estás solo, ya que poco a poco, más personas están dispuestas a mostrar que el amor no es una cosa de género, sino de sentimientos. Demuéstrale a la sociedad que te sientes orgulloso de ser quien eres, que no tienes miedo de mostrarte y sobre todo, que todos somos dignos de vivir felices. Si conoces a alguien que esté pasando por el proceso de aceptación, el cual es el más difícil, ayúdale, y muéstrale que no hay ningún error en nosotros, ya que Dios no comete equivocaciones. Realmente espero que pronto, puedas tomarle la mano en público a otro hombre y no tengas miedo de las miradas curiosas; enséñales a las personas que no nos conocen que no somos malos, que no contagiamos a los demás y que no mordemos ni nada por el estilo. Ayuda a cambiar esta sociedad, y te darás cuenta que puedes llegar a ser mucho “más hombre” que algunos heterosexuales que se pavonean con miles de mujeres, conviértete en un héroe anónimo.
Solo sueña con un mundo mejor.
Tu vida es tu coraje infinito.
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Todo lo que no te dije
Genç KurguNo me conoces y tampoco lo harás, pero aunque suene loco, yo si te conozco, y conozco a tus amigos y amigas con quienes compartes. Yo era esa persona a la que tú mirabas, pero que por cosas de la vida, no viste. Ahora, después de todo este tiempo, h...