◄ Capítulo 22

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─═ Motivos para la intranquilidad ═─

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─═ Motivos para la intranquilidad ═─

Desperté cansada como si hubiera sido incapaz de dormir

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Desperté cansada como si hubiera sido incapaz de dormir.

Hice el esfuerzo de moverme entre unas sábanas tersas y heladas, sin protegerme del temprano frío que a través de la ventana entreabierta se calaba en mis huesos, haciéndome lamentar que ayer por la noche no hubiera tenido la suficiente memoria como para levantarme a cerrarla.

Aunque las montañas amanecían junto a mí con una densa capa de nubes sobre sus picos más altos hasta descender por el valle del Alba, llegando a las primeras calles del pueblo todavía en silencio atravesándome con un sentimiento triste, pero cálido y tranquilizador a pesar de todo.

Lentamente me senté en la esquina de la cama, pensativa.

Una bola de largo pelo gris se movió por mis pies descalzos indicándome con un maullido dulce que le había despertado sin querer, mirándome de refilón mientras se alejaba hacia su cesta en la esquina de mi escritorio completamente caótico, lleno de papeles y la mochila a medio abrir.

—Buenos días a ti también, Newton. —suspiré.

Él volvió a dormirse.

Y entonces me levanté estirando todo mi cuerpo, caminando sobre una alfombra pequeña de un apagado color amarillo que ocultaba el frío suelo de madera que en realidad perseguía todos los rincones de mi casa, salvo por la cocina de piedra que en sus tiempos mi abuela quiso construir.

Caminé hacia el cristal levemente empañado.

Cerré la ventana y dejé que mis ojos se perdieran entre la magnitud del bosque que se extendía más allá del horizonte, levantándose por las curvas de las grandes rocas, laderas y montañas.

Habían pasado unos cuantos días desde el inicio de curso tras la Navidad y mis fuerzas por ir a clase comenzaban a disminuir con mucha más intensidad tras cada día que pasaba, aunque de vez en cuanto me sintiera motivada por quedarme al ver a una brillante castaña de ojos verdes.

Pero esa mañana ni siquiera su recuerdo me animó.

Por eso decidí perder largos minutos duchándome con agua caliente hasta finalmente comenzar a vestirme, lejana a mis pensamientos, escuchando un silencio constante invadir mi hogar hasta deducir que en realidad había amanecido sola, como otras tantas veces, en esa casa de campo.

Think in YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora