Capítulo 36

6.4K 931 84
                                    

Hoy Capítulo laaargo... 👏🏻 👏🏻 👏🏻 que lo disfruten!!!! 🎊

"Volví a sentirme tonta y a recriminarme los arrebatos de este corazón que no aprendía a mantenerse callado y en su sitio"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Volví a sentirme tonta y a recriminarme los arrebatos de este corazón que no aprendía a mantenerse callado y en su sitio"

Cecily Beaufort

Quisiera decir que aquel acercamiento sirvió de algo, que se alejó de Evelyn, que la evitó por el resto de la noche, que la ignoró... no sé... infinidad de situaciones que me indicaran que lo que le había escrito le había servido y le importaba, pero desde donde yo estaba, y en las pocas oportunidades en que me animé a mirarle, estaba con ellas y dos caballeros más, clara muestra que tal vez no le molestaba en lo más mínimo lo que ella pudiera hacer, o peor aún, que le entusiasmaba. Volví a sentirme tonta y a recriminarme los arrebatos de este corazón que no aprendía a mantenerse callado y en su sitio.

Inspiré profundo para tragar las enormes ganas de llorar que tenía, y miré a mi alrededor pensando la manera en que podía escaparme de allí, la hora había avanzado y muchos invitados se habían ido, por lo que me disculpé con Peter y me despedí de los otros caballeros para perderme entre los pasillos e irme a mi habitación, pero cuando pasé junto a la escalera de servicio, vi a el señor Bradley y a mi madre hablando de manera sumamente sospechosa en inmediaciones de la biblioteca. No podía oír lo que decían, pero supe que se traían una de sus salidas entre manos. Subí a mi habitación y me cambié de vestido, tomé una capa y me escabullí en la oscuridad de la cocina, esquivé invitados, carruajes y todo lo que podía delatarme. Me detuve en las caballerizas y Fancy estaba en su lugar, obviamente sin montura ni riendas. Mordí mi labio impotente, pues jamás había colocado la silla a un caballo por mi cuenta.

Miré el carruaje de los Bradley y sin pensarlo dos veces, me escondí por detrás debajo del asiento. Inspiré hondo y me repetí a mí misma que era una locura, que me bajara antes de que eso se convirtiera en otro de mis arrebatos; pero fue en vano, pues mi curiosidad y mi necesidad de aclarar todo sobrepasaron a todo lo demás, y no tenía manera de ir a caballo, no tenía luz y corría el riesgo de que me vieran. Pensé que a pesar de todo, estar en ese lugar era lo más seguro.

No sé cuánto tiempo pasó, pues estaba allí tendida, en medio de la oscuridad y el silencio. El cansancio me venció y caí rendida, dormida profundamente pues había estado levantada desde temprano y nerviosa y alterada por todo lo que pudiera pasar en ese baile que había terminado siendo un fiasco total.

El ruido de una puerta y el movimiento del carruaje al enganchar los caballos me despertaron y con mi corazón latiendo rápidamente en mi pecho, supe que no me había equivocado, y que pronto estaría descubriendo a los dos traidores.

Se escuchó la puerta abrirse, y la voz de un hombre que no tardé en dilucidar se trataba de Gregory Bradley.

—Anda, vete ya. No demores y cuando regresas, me avisas y me las entregas en mi propia mano.

Todo lo OCULTO saldrá a la LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora