God is a woman

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CAPÍTULO 11

P.O.V Natalia

Decidimos que Alba dormiría en mi casa. Después de todo lo que ha ocurrido esta noche, de lo único que tenía ganas era de estar al lado de Alba. Me podría considerar perfectamente la mujer más feliz del mundo.

Cuando llegamos a mi habitación, busqué algo que le sirviera para que pudiera dormir a gusto. Mientras estaba cogiendo dicha ropa Alba empezó a repartirme besos por toda la cara y finalmente me dio uno en los labios.

-Alba, sé que lo he dicho un millón de veces de camino aquí y que nunca me cansaré de decírtelo, pero te amo, muchísimo- la cogí en forma de koala y la posa sobre la cama para ayudarle a ponerle el pijama.

-Jo, Nat. Sabes perfectamente que yo también te quiero mucho-

Dicho esto nos tumbamos en la cama y nos dormimos a base de besos y caricias. Todavía no podía imaginarme de que a partir de ahora iba a poder dormir y despertarme con la persona que más quiero en el mundo.

P.O.V Alba

Hoy nos enfrentamos a nuestro primer partido de copa de la Reina. A priori parece que la competición es un tanto floja porque, aunque son los mismos equipos y se juega por rondas eliminatorias, los demás clubs no le dan mucha importancia, pero nunca había que bajar la guardia.

Jugábamos frente al Logroño y, para descansar para el siguiente partido, que era nada más y nada menos que con el Atlético de Madrid, descansamos la mayoría de los titulares.

En concreto, descansamos Natalia, Aitana, África, Marta, Noelia y yo. Jugaron las titulares habituales (Jugadoras de capítulo 1) y alguna que otras jóvenes canteranas.

Yo me senté al final del banquillo y al lado de Natalia. Todavía no había asimilado del todo que Natalia era mi novia. Ya no tendría que poner ninguna excusa cuándo quiera pasar el rato con ella.

Durante el partido no pude evitar quedarme embobada más de una vez mirando a Natalia. Nunca me iba a cansar de observarla. Tampoco pude evitar dejarle algún que otro beso en la mejilla o en el hombro, a lo que ella me correspondía pasando un brazo por mi hombro.

P.O.V Natalia

El partido iba bastante bien. En la primera parte el entrenador decidió sacar a África y además íbamos ganando 3 a 1. En los últimos quince minutos salimos a calentar Alba y yo.

Sin querer, mientras hacíamos algunos que otros estiramientos para prevenir lesiones, mi vista bajó hasta el culo de Alba. Es que era impresionante, sin duda, el culo de España.

El resultado no cambió. Habíamos ganado, pero todavía quedaba el partido de vuelta, fuera de casa.

Todas fuimos directamente a las duchas, pero antes, en el vestuario, no me pude resistir y cogí a Alba en forma de koala pera dejarle un largo beso en los labios. Todo el equipo al principio que quedaron asombradas, pero se alegraron mucho por nosotras.

P.O.V Alba

*Un mes después*

Hoy hacíamos un mes Nat y yo y no podía estar más feliz. Espero que sea el primero de muchos.

Además, Natalia me había dicho que me tenía preparada una sorpresa y aunque no dejé de insistir, no conseguí que me desvelara aquel misterio.

La verdad es que estaba bastante nerviosa. Por fin apareció Natalia en mi casa. Iba guapísima, como siempre, y además se notaba en su cara que estaba entre muy feliz y nerviosa, como yo.

Nada más verme dejó un pequeño pico en mis labios.

-¿Estás lista para la sorpresa?- Dijo mientras pegaba mi frente con la suya.

-Creo que si- Le respondí. Sabía perfectamente que me moría de ganas.

-Pues si no estás del todo segura podemos quedarnos aquí y ya está- Se hacía de rogar.

-¡No Nat! Vamos- Le respondí bastante nerviosa mientras cogía su mano y salíamos de casa.

Nos montamos en el Audi de Natalia y fuimos hacia la sorpresa que me tenía preparada.

Llegamos a un lugar que estaba bastante alto. El suelo estaba lleno de césped y se podía ver toda Barcelona a nuestros pies. Natalia sacó un mantel que extendió por el suelo y puso unas pequeñas luches, para poder iluminarnos, junto a la cesta donde se encontraba la comida. Era una especie de picnic nocturno.

Pasamos parte de la noche dándonos mucho cariño. Cuando ya estábamos a puntos de irnos, una Natalia muy nerviosa sacó de una funda negra su guitarra.

El otro día, mientras que seguíamos viendo la segunda parte de aquella serie de la que nos enganchamos, me contó que cuando era pequeña le encantaba la música y que además cantaba, tocaba la guitarra y el piano.

-Verás Alba, sabes perfectamente que tú lo eres toda para mí y que sobre todo eres mi principal fuente de inspiración para expresar mis sentimientos de la mejor forma que existe, así que he decidido escribirte una canción. Espero que te guste-

Natalia terminó de cantar. Me había dejado sin palabras. Lo único que se ocurrió hacer fue abalanzarme sobre ella, tumbándola sobre el césped, para darle un beso en los labios, comerle la boca, mejor dicho.

-¿Entonces te ha gustado?-

-Callate-

El beso, que empezó siendo uno tierno, se tornó a uno pasional, hasta el punto de que la ropa sobraba. Las dos sabíamos que necesitábamos más, así que decidimos meternos en el coche.

Y por fin, después de un mes, nuestros cuerpos se fundieron en uno.

Quién iba a decir que mi primera vez con Natalia fuera a ser en su coche después de que me dedicase una canción con Barcelona a nuestros pies.

CampeonasWhere stories live. Discover now