Un nuevo lugar

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CAPÍTULO 17

P.OV Natalia

Acaba de comenzar el partido contra el Pamplona. Yo todavía sigo muy ilusionada por jugar contra mi antiguo equipo.

En principio parecía un rival flojo, ya que está en puestos de descenso de liga, pero nos sorprendió a todas con una presión alta bastante fuerte que nos hacía muy complicado sacar la pelota del centro de campo.

En unas de estas presiones, llevaba yo el balón y una de las delanteras entró con bastante agresividad a mi tobillo, haciendo que se me doblara y callera al suelo.

Intenté levantarme, pero no pude ya que el dolor era aún más fuerte, por lo que me volví a sentar en el campo y el árbitro dejó pasar al cuerpo médico de mi equipo para atenderme.

P.O.V Alba

Cuando vi que Nat no podía levantarse del suelo corrí alarmada hacia donde se encontraba para unirme al corrillo que se había formado alrededor de ella.

Gracias a mi altura no podía ver muy bien lo que estaba pasando, pero si escuché al médico decir que se había roto un hueso del pie, por lo que pidió que se la llevaran en camilla.

Tuvo que entrar una de las jóvenes canteranas del equipo sin tener oportunidad de calentar si quiera.

A penas habían pasado veinte minutos de partido y debíamos ganarlo sin la mejor central del equipo, no porque lo diga yo, sino porque lo dicen todas las jugadoras del club.

El partido se nos puso cuesta arriba, y yo no estaba en mi mejor momento ni mucho menos. No podía dejar de pensar en lo que le podría estar pasando a Natalia y eso se notaba en el terreno de juego.

Aun así, logramos marcar un gol.

Fue gracias a la jugada que no parábamos de practicar en los entrenamientos. Consistía en que me hacían un pase al huego, yo conseguía la espalda de la defensa, y después hacía un pase dentro del área para que alguna de las compañeras pudiéran chutar.

El gol fue de Mimi con asistencia mía.

Sin embargo, en el último minuto, en un cornet, consiguieron marcar un gol, terminando el partido en empate a uno.

Por suerte, íbamos bastante por delante del segundo en liga, así que, aunque hallan recortado un poco de distancia, seguimos siendo primeras.

En cuanto terminó el partido salí corriendo al vestuario, donde se encontraba Nat con un pie vendado y con dos muletas.

-Nat, cariño, ¿cómo estás?- pregunté con gran preocupación.

-Me duele bastante, y el médico me ha dicho que seguramente esté dos semanas de baja-

-Seguro que se pasan más rápido de lo que crees, no te preocupes, de verdad-

-Eso espero-

Ayudé a Nat a salir del campo para montarnos en el coche, pero antes nos paró la jugadora que lesionó a Natalia, Amaia.

P.O.V Natalia

Se acercó Amaia para pedirme perdón, bastante preocupada. Yo no le guardo ningún rencor a aquella chica, ya que es la capitana del Pamplona y fue una de mis mejores amigas allí. A demás sabía cómo era ella y se que no ha hecho nada a posta.

-Natalia perdóname por favor, hay que horror, lo siento mucho, es que sin querer llegué tarde al balón y te di a ti, pero de verdad que no era mi intención- todo esto lo dijo a una velocidad impresionante.

-Amaia no te preocupes, se que de verdad no lo has hecho a posta, además son lances del juego, no hay de qué preocuparse-

-Está bien, pero lo siento mucho de verdad, espero verte pronto jugar otra vez, adiós-

-Gracias, adiós-

Una vez hablado con Amaia, subimos al coche para ir a casa de los padres de Natalia a pasar allí el fin de semana.

CampeonasWhere stories live. Discover now