The scientist

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CAPÍTULO 13

P.O.V ALBA

Por fin llegó el 24 de diciembre. Tuve bastantes sentimientos encontrados porque, por una parte, estaba deseando volver a ver a mi familia, pero, por otra parte, me tube que separar de Natalia durante unos días, no pude evitar echarla muchísimo de menos y no pude para de pensar en ella todo el rato. Lo único que me mantenía con fuerzas era el saber que pasaría el año nuevo junto a Natalia en Dublín.

La despedida fue un poco dura. Yo tuve que coger el tren por la mañana y Natalia lo cogió después del mediodía. No pudimos evitar que se nos saltaran algunas lágrimas.

Ahora mismo me encontraba durmiendo en mi cama, cuando noté un montón de pequeños besos por toda la cara. Enseguida se me formó una sonrisa en la cara con los ojos cerrados, todavía. Cuándo los abrí, lo primero que vi fue a Natalia mirándome con su habitual brillo en los ojos que se le creaba cada vez que estaba emocionada por algo.

-Buenos días cari, ¿estás nerviosa?-

-¿Cómo no iba a estarlo?- Me incorporé en la cama y dejé un beso en sus labios.

-Te he preparado el desayuno, está en la mesa de la cocina-

-Muchas gracias Nat-

En cuánto acabamos de desayunar fuimos directamente al aeropuerto.

Cuándo nos subimos al avión y nos sentamos en nuestros respectivos asientos, pude notar cómo Natalia se ponía un poco nerviosa. Yo ya la conocía y sabía que una de las cosas que menos le gusta son los despegues del avión, por eso le cogí la mano y empecé a hacerle algunas caricias para que se tranquilizara.

En el resto del vuelo no hubo problema, de hecho, nos dio tiempo a echarnos una pequeña siesta para poder estar descansadas cuando lleguemos a nuestro destino.

P.O.V Natalia

Por fin llegamos al hotel. Yo me había encargado en organizar todas nuestras vacaciones para que todo fuera sorpresa para Alba. Lo único que le había dicho a Alba es que iban a ser unas vacaciones a lo grande, y no solo en cuanto a diversión.

Íbamos a estar aquí desde el día 28 de diciembre hasta el día 3 de enero. El hotel que había contratado era de cinco estrellas y disponía de balneario, piscina, gimnasio, sala de juegos y una sala de masajes. Nuestra habitación se encontraba en la planta nueve de nuestro hotel, y disponía un pequeño salón, una habitación con cama doble, una terraza gigante y un cuarto de año en el que había un spa y una ducha de masajes.

Además, conseguí una especie de billete que te permitía coger el transporte público gratis y visitar todos los sitios turísticos del lugar de manera VIP y gratis.

Y lo mejor de todo es que Alba no sabía nada de esto.

De lo primero que pude disfrutar fue de la cara que se le quedó a Alba cuando vio el hotel donde nos íbamos a hospedar. Lo primero que hizo fue girarse hacia donde estaba yo y tirarse hacía mi para comerme la boca, literalmente.

-Nat, esto es impresionante- Dijo después del beso, juntando nuestras frentes.

-Tú sí que eres impresionante-

-¿Pero cuánto te ha costado todo esto? No hacía falta tanto-

-Albi, te lo vuelvo a decir, tú te lo mereces todo-

Fuimos a dar una vuelta por el hotel para visitar todas las instalaciones, aunque yo no les presté mucha atención porque no podía dejar de ver la carita de Alba mientras que disfrutaba de la sorpresa.

Seguidamente fuimos a nuestra habitación a dejar las maletas y a ordenar toda la ropa en el armario, o eso era lo que tenía intención de hacer, pues Alba, nada más cerrar la puerta, me cogió de la nuca para comenzar un beso bastante salvaje.

Para estar más cómodas, la cogí en brazos y ella enroscó sus pernas en mi cintura, y todo esto sin interrumpir nuestro beso.

Nos separamos por falta de aire, y entonces fue cuando Alba me dijo:

-Yo creo que esta sudadera está empezando a sobrar-

En seguida entendí las intenciones de la rubia, así que fui hacia la habitación y dejé a Alba tumbada en la cama para poder quitarme la sudadera un tanto impaciente. Seguidamente me subí a la cama para quitarle el jersey a Alba, que dejaba ver un bonito y excitante sujetador negro con encaje.

Sin espéralo, Alba me cambió las posiciones, tumbándome en la cama y quedándose ella encima de mí, tomando el control.

Empezó a besarme el cuello dejando algunos mordiscos en él y fue bajando poco a poco hacia mi clavícula y a mis pechos, que liberó quitando mi sujetador. Sin esperar más se puso a besarme y a masajeármelos, aumentando, más si puede mi excitación.

-Alba...- Fue lo único que puede decir ya que los gemidos y jadeos que salían de mi boca me interrumpían.

-¿Qué pasa, nena?- Su voz era bastante más grave y ronca. No podía ponerme más cachonda esta mujer.

-Hazlo ya-

-¿El qué debo hacer?- ¿Enserio estaba jugando conmigo?

-Fóllame ya-

Y bueno, ya sabéis cómo continua. Tengo el presentimiento de que estas iban a ser la mejores vacaciones de mi vida.

CampeonasWhere stories live. Discover now