piropos.

CATORCE: ¿RESPIRAS?

JiSung se encontraba tirado en el sillón, miraba el techo pensando en qué haría para quemar tiempo en los treinta minutos de espera que tenía hasta que los chicos regresaran. Estaba muy aburrido, la verdad no sabía que estaba haciendo ni que haría luego, estaba simplemente existiendo. O eso hacía que hasta que llegó Felix y se sentó a su lado jugueteando con un resorte de plástico.

El mayor estaba tan aburrido que la idea tonta que cruzó su mente fue realmente ingeniosa.

-Felix, ¿tú respiras?

El pecoso miró extrañado a su compañero, la respuesta era tan obvia que la sabía hasta un niño de cinco años.

-¿Qué pregunta es esa, hyung? Es obvio que sí respiro.

-Yo también respiro -dijo JiSung, para novedad de Felix, quién ya sabía que el coreano respiraba.- Son demasiadas coincidencias, ¿no crees? Deberíamos casarnos.

-¿Qué dice, hyung? N-No podemos casarnos.

Su conversación murió ahí, no por el hecho de que no hubiera nada más que decir, sino por el hecho de que JiSung se cuestionaba que pasaba con el pecoso y Felix se cuestionaba por qué había dicho que no podían casarse.

Entonces, en la cabeza de Felix se reproducían miles de ideas sobre porque no podían casarse y millones de escenarios donde se casaban.

-Yo creo que si deberíamos casarnos.

Fue lo que le dijo JiSung antes de pararse e irse por alimento a la cocina.

-Yo igual creo -susurró Felix, sorprendiéndose a sí mismo sobre el rumbo que tomaba su relación con JiSung.