Narra Kate
Esta vez vino Jacob a mi casa. Después de una tarde entera de música, chistes y risas Jacob dijo:
-Kate...ems...quería preguntarte si...
-¿Que?
-Si me podías ayudar a componer una canción...para una chica que me gusta...
Y seguía hablando, pero no conseguí escuchar lo que dijo después. "Una chica que me gusta". No podía ser. En ese momento sentí como si me clavasen algo en el pecho, en el lado izquierdo...donde...¿está el corazón?
-Kate...-decía Jacob.
-¿Que?
-Te vía hipnotizada. A ver, ¿me ayudas?
-Ems...sí, sí.
Si había algo que se me daba bien era fingir mi estado de ánimo. Hice como si no me importase.
-Decidí preguntarte a ti porque como eres una chica...sabrás lo que les gustará oír- seguía diciendo.
-Jacob, cada chica es un mundo. Supongo que les gustarán las cosas románticas y eso...
-¿Supones que les gustarán? ¿tú no eres una chica?
-Sí, pero soy diferente.
-¿Pues a ti que te gustaría?
-No se. Con el hecho de escribir una canción me llega. Me gustaría que me escribiesen una canción.
-Bueno, pues ya me las apañaré yo solo. Por cierto...tengo algo que decirte...
-¿El que?
-Bueno...no se como empezar.
-Por el principio.
-Vale, a ver. A mi padre le han ofrecido un muy buen trabajo en Londres.
-¿En Londres?
-Sí, es un trabajo que le gusta, dice que son muy buenos jefes y que cobrará un muy buen sueldo. Así que...tendremos que irnos a vivir allí.
Esto ya era demasiado. Había perdido la posibilidad de ser algo mas que amiga de Jacob, y ahora sería difícil ser su amiga. No lo entiendo. Por una vez que la vida me daba algo bueno de repente en dos meses me lo quita. No es justo. Lo que se da no se quita.
-Yo no quiero ir- seguía diciendo- pero no puedo quedarme.
-Quédate conmigo.
-No puedo. Además mi padre me quiere mandar a un colegio muy bueno.
-Lo entiendo, tienes que irte. Es por tu futuro.
-El caso es que no me imagino un futuro si ti, Kate.
No lo entiendo, definitivamente no lo entiendo. Primero le gusta una chica, y ahora me soltaba eso. No entiendo a los chicos. Yo le quería, le quería muchísimo. Le abracé, le abracé como sino hubiera un mañana, porque no lo habría. Sin el no lo habría. Él también me abrazó.
-Y es que no existe un adiós,
solo un hasta luego,
tal vez nos veamos
pronto en el infierno,
pero da igual,
porque aquí no acaba amistad- cantó Jacob- Kate...esto no quedará en un final, te lo prometo. Se que esta pequeña estrofa de lo que podía haber llegado a ser una canción es muy corta para despedirme de alguien como tú, pero no tenía tiempo para más- seguía diciendo.
-Jacob- le dije aun agarrada a el- Por favor, no me sueltes aun.
-No iba a hacerlo.
Quería decirle que le quería. Pero no tuve valor, y menos ahora que sabía que le gustaba alguien.
Y ese fue el adiós. No pude ir a despedirme de él al aeropuerto.
Los días siguientes de clase fueron horribles. Sin Jacob eran horribles. Volvía a estar sola. Había dejado de estudiar. Estaba cogiendo una depresión. Y para colmo tenía que aguantar comentarios del gilipollas de Bill, su cuadrilla de imbéciles y de la payasa de Jenny y su amiga pija. Comentarios como:
-Que, Kate, hoy no dormiste bien porque no tenías a tu Jacob al lado, eh...
-Pobre niñita, está cogiendo una depresión porque se fue su Jacob y vuelve a estar sola...
Y más cosas por el estilo que no escuchaba. A palabras necias oídos sordos. Todo lo que saliese de la boca de esos subnormales era mierda para mis oídos, mis oídos no los oían.
Ya casi se había acabado el colegio, menos mal. Lo seguía pasando fatal, pero poco a poco lo iba asumiendo, aunque sabía que nunca le iba a olvidar. "Esto no es el final, te lo prometo, Kate". Ojalá nos volviésemos a ver. Confiaba en el, no sería el final, asi que me repuse algo. Además, con Daniel cerca aun me sentía mejor, me quedaba el aun en este mundo. Cuando se acabaron las clases traje todo suspenso (como siempre) pero con notas como cuatros. Gracias a Jacob. Antes sacaba todo ceros. Mi hermano era algo mas estudioso. Le quedó alguna, pero sacó notas decentes para no tener a nadie que le ayudase ni le motivase a hacer los deberes. Era responsable. Me alegro de que no fuese como yo.
Narra Jacob
Durante mi estancia en Londres estuve fatal. Y no porque no me gustase el sitio o mi nueva vida, o compañeros. Me faltaba Kate. Necesitaba a Kate. Deseaba verla más que a nada en este mundo. Llegó el día de mi cumpleaños.
-Hijo, tengo una sorpresa para ti- me dijo mi padre.
-¿El que?
Metió una mano en el bolsillo y sacó dos billetes de avión.
-Para que puedas verla- me dijo.
No me lo podía creer. Ese era el mejor regalo de cumpleaños que me podía hacer, era lo que más deseaba. Iríamos a verla en unos cuantos días. Pero no iba a llamarla para decírselo, quería sorprenderla. No había hablado nada con ella desde que me había ido. Lo pasé muy mal y preferí no hablar demasiado para quitarmela de la cabeza. Además cuando llegué allí empezaron los exámenes y tenía mucho que estudiar. Seguro que iba a quedar flipando cuando me viese allí. Además, tenía cosas pendientes con ella...No podía esperar. Ya tenía las maletas preparadas para ir.
Llegó el día. Ya estábamos mi padre y yo en el aeropuerto, facturando las maletas. Quedaba poco para que saliese el avión pero la espera se me hizo infinita. Necesitaba verla ya. Por fin anunciaron el vuelo y pudimos subirnos al avión. Buscamos nuestros asientos y mandaron apagar los móbiles y todos los rollos estos. No entiendo por que los hay que apagar. Ni que se fuese a caer el avión si lo enciendo. El avión despegó. Miré por la ventanilla, todo se veía diminuto. Se distinguían inmensidad de luces entre la oscuridad, porque era de noche. Todo era muy bonito, como Kate. Había una luna llena y enorme que brillaba entre la oscuridad y las nubes, como los ojos de Kate. En el avión había bastante silencio ya que gran parte de la gente estaba dormida, debían de estar bastante cansados. Distinguí a una pareja, la chica dormía apoyada sobre el pecho del chico, como cuando yo dormía con Kate. No conseguí dormir en todo el viaje, con los nervios por ver a Kate. Tampoco hacía tanto que no la veía pero esos días se me hicieron infinitos, a parte de por los exámenes que tuve. Deseaba llegar ya, y correr a abrazarla. Me daba igual llegar tarde, la iba ir ver tan pronto llegase (total ella debía de estar viendo pelis de terror con Daniel hasta las tantas de la madrugada XD, o eso creía).
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Cuando me choqué contigo
Novela JuvenilKate: no tengo por que deciros que tengo quince años y hasta que me choqué con él, mi hermano era el único que me salvaba de mi soledad. No tengo por que deciros que la música es una de las pocas cosas en este mundo que me hace feliz, a parte de lee...