7 Imagine...

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Narra Jacob

No me podía creer lo que acababa de hacer Kate. En cuestión de segundos me quitó el peso más grande que había cargado toda mi vida. Llegamos a casa. No sabía que pasaría ahora. Seguro que Jake no estaba en casa. Y acerté.

-¿Donde está tu hermano?- dijo mi padre al entrar.

-Nunca está en casa, papá. Está metido en las drogas.

-¡¿Que está metido en que?!

-Lo que has oído.

-Llamaré a la policía.

Mi padre llamó a la policía y no tardaron en llegar. Mi padre le contó la situación.

-No se preocupe, señor. Seguro que acaba en la cárcel, y será una larga condena- dijo uno de los policías.

Escuchamos una puerta. Jake había llegado a casa. Los policías y mi padre se escondieron. Querían ver lo que haría.

-Hola, mocoso. Por lo visto con la hostia que te di conseguí deshacerme de ti menos días de los que pensaba- me dijo mi hermano mirándome con mala cara.

-Y él se va a deshacer de ti más tiempo del que tu piensas- dijeron los corpulentos policías saliendo de su escondite y espodándole. También salió mi padre.

-¿Que-que está pasando?- dijo Jake con cara de asustado.

-Que te vas a la cárcel, hijo- dijo mi padre.

-¡No puedes hacer esto, soy tu hijo!

-Eso no importa, no te da derecho a maltratar a tu hermano y estar en las drogas.

Metieron a Jake en el coche de patrulla.

-Señor, en unos días les llamaremos para un juício. Si hay más testigos, que vengan- dijo un policía y se subió al coche.

Entramos en casa, me cambié y me metí en cama. Ya era tarde y mañana tenía clase. Pero no conseguía dormir. No paraba de pensar en Kate. Me encantaría que ahora estuviese tumbada a mi lado, con su cabeza apoyada en mi pecho y metiéndome sus rizos en la cara. Sin duda no sabía como le iba agradecer lo que había echo ese día por mi. Y finalmente me quedé dormido, pensando en ella.

Narra Kate

Ya estaba de camino al instituto, ya había dejado a mi hermano en el colegio. De camino me encontré a Jacob, con las muletas.

-Hola, Jacob. ¿Te ayudo?

-No, me las apaño bien solo.

-¿Que es de tu hermano?

-Se lo llevó la policía. En unos días se hará un juicio. Tienes que venir, aunque ya casi es fijo que se va a quedar en la cárcel. Y mucho tiempo.

-Se lo merece ese cabrón.

-Tan bruta como siempre, Johnson- dijo con tono burlón.

-Cállate imbécil- le dije haciendo una mueca.

-Vale, fea.

Que bonita es la amistad. Una amistad sin insultos cariñosos no es una amistad.

Llegamos al instituto. A Jacob le costaba subir las escaleras. Le quité las muletas y pasé su brazo por encima de mis hombros y le ayudé a subir.

-Joder, como pesas, te deben de cebar a la hora de comer- le dije riéndome para hacerle burla.

-Gracias, tonta.

Llegamos al piso de arriba y le devolví las muletas. Llamamos a la puerta de clase. Se sorprendieron al ver a Jacob.

Las clases pasaron rápido. Salimos del instituto y fuimos a buscar a Daniel.

Cuando me choqué contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora