Capítulo siete
Stone buscó a Katherine en la habitación, cuando esta ayudaba a recoger sus cosas y la llevó hacia el sillón
- sé que tuviste un problema con tu esposo a causa de Tanner
- lo siento Stone; no quisiera hablar de eso
- pero es necesario; sin querer me di cuenta de todo, en particular de la felicidad de William al ver que sus planes dieron resultado, al hacerte disgustar con tu esposo
- ¡¿Cómo dices?!
- lo que oyes; Tanner está encaprichado contigo, casi desde que llegó; no me había dado cuenta, porque le tenía buena voluntad; pero hoy después de lo que hizo, me dediqué a ponerle atención y descubrí que se ha propuesto ocasionarte tantos disgustos como pueda con tu esposo, a fin de sacar a Mauricio del rancho. Un vaquero me contó lo que realmente ocurrió entre el patrón y Tanner; en ningún momento Mauricio lo insultó, solo le advirtió sobre seguir manipulándote o urdiendo algún cochino plan para hacerte correr en su ayuda. Además le pidió que no te llamara por tu nombre, que te dijera señora Santisteban o patrona; luego sacó al potrillo del supuesto problema y eso fue todo
- ¡oh Dios! Tanner ha resultado una rata por completo
- recomiendo que hables con tu esposo, y aclares las cosas; también es justo que pongas en su lugar a Tanner; me gustaría que le dieras una última oportunidad, con una seria advertencia
- dejaré que mi esposo decida; si Mauricio le da otra oportunidad, se queda, de lo contrario, se irá – le dio las gracias a Stone y se retiró con el fin de buscar a su esposo
Katherine fue a la nueva habitación para comprobar que todo estuviese quedando como ella deseaba y para apresurar el trabajo; había decidido poner una pequeña cuna en la habitación, para tener a la pequeña más cerca en las noches y por el día, estaría en su propia habitación.
Se paró ante el espejo y decidió darse un retoque; había decidido que su esposo valía la pena demasiado; lo conquistaría a como diera lugar; cambió su blusa por una blusa de tirantes ajustada, color burdeos; sabía que le quedaba bien y eso era suficiente para ella.
Salió de la casa después de informarse que su esposo estaba guardando uno de los caballos con los que había estado trabajando; se dirigió hacia las pesebreras a paso firme y al entrar, pudo ver a Tanner en compañía de otros tres vaqueros; los cuatro hombres se quitaron el sombrero como saludo y ella les dirigió una media sonrisa, pero continuó hasta dónde estaba su esposo.
Mauricio vio a su esposa venir hacia él, y supo que algo había cambiado en ella; se veía muy linda con la ropa que usaba y él no pudo evitar admirarla; pero también era su sonrisa, parecía feliz de verlo; probablemente ya no estaba enojada con él. Ella llegó junto a él y le tendió una mano, en cuanto él se la tomó le hizo inclinarse un poco y preguntó en voz muy queda para no ser oída
- ¿te gustaría acompañarme a aclararle algo a Tanner? Prometo que luego hablaré contigo, si ese es tu deseo – Mauricio le regaló una sonrisa ladeada y viéndola de manera especial, la tomó en sus brazos y le dio un pequeño pero conciliador beso; ella supo que había estado bebiendo y se preocupó - ¿bebiste?
- solo un trago ¿decías algo de Tanner?
- quiero decirle algo, pero necesito que estés a mi lado ¿puedes?
- por supuesto – fueron juntos en la dirección que habían visto a Tanner y se encontraron conque el veterinario, había salido del edificio; fueron tras él y lo alcanzaron cerca de la plazoleta - ¡Tanner! – el veterinario se detuvo y se volvió, fue evidente que intentó disimular el enojo – parece que tiene afán, pero mi esposa necesita decirle algo; no le tomará mucho tiempo
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DESDE SIEMPRE EN MI HISTORIA...
RomanceKatherine Lancaster regresa a casa, en medio de una gran tristeza a causa de la muerte de sus padres; ella estaba culminando sus estudios en un cantón de Suiza, y recibió la noticia, cuando ya el deceso había ocurrido; por más que lo intentó, no...