Capítulo veintisiete
Paget conducía tras los tres camiones de la compañía de banquetes de su madre; se sentía al borde de las lágrimas, no entendía que era lo que le estaba ocurriendo y porque estaba huyendo de Harry, su gran y único amor.
¡Miedo! El estúpido miedo a que no funcionara, aunque después de la noche anterior, no sabía que pensar; suspiró sin poderlo evitar, entonces vio por el retrovisor y supo que estaba siendo seguida, era Harry; no pudo evitar ponerse nerviosa, detuvo el auto comprendiendo que de nada serviría huir.
Harry aparcó tras el auto de ella y se apeó; se acercó a su portezuela y la abrió, ella supo que quería que bajara
- Harry... debo irme, mi madre me espera
- ven un momento, no te tomará más de un par de minutos – ella ya estaba saliendo del auto – ¿Qué ocurre Paget?
- no te entiendo...
- sí que lo haces; te vas sin decir nada, sin dejarme decir nada. Paget, te amo y te lo confesé anoche – se acercó a ella y le levantó el rostro para verla a los ojos
- yo también te amo – casi gimió ella ante su cercanía, sintió que la piel le ardía, y sin poderlo evitar, ella le envolvió el cuello con los brazos y lo obligó a besarla; Harry la tomó por la cintura para acercarla más a su cuerpo mientras la besaba complacido; había sentido miedo de que ella estuviese huyendo de él, que no quisiera volver a verlo, pero mientras la besaba con intensidad, supo que ese no era el inconveniente – es miedo Harry
- ¿miedo? – le acarició el rostro y le acomodó un mechón de cabello tras la oreja
- sí, miedo a que no funcione; miedo a no tenerte de verdad, a no ser suficiente para ti; miedo a... miedo a tantas cosas; después de todo lo que sufrí durante estos cinco años
- sufrimos – corrigió él, y la volvió a besar, él también tenía miedo, pero si los dos querían estar juntos, no tenían porque seguir sufriendo separados; necesitaba hacer que ella lo viera; la solución no era huir de él, era quedarse a su lado – creo que deberíamos pasar más tiempo juntos Paget
- en estos días anteriores tenía la excusa del trabajo con la boda de Katherine; pero eso ya terminó, debo ir a la ciudad y ponerme a las órdenes de mi madre
- pide vacaciones, o renuncia; no eres feliz trabajando con ella; lo tuyo es el campo, los ranchos, los caballos
- ¿Cómo sabes eso? – era cierto, pero el que él lo supiera, la hacía sentir muy bien
- jamás durante estos años, me hice a un lado; siempre estuve pendiente de cada detalle de tu vida ¿Qué dices? ¿te tomarás un tiempo para que estemos juntos y así curar todos nuestros miedos y heridas? Una sola noche no es suficiente – volvió a juntar sus bocas en un beso persuasivo
- no, no lo es; tomaré unas vacaciones y si mi madre no acepta, renunciaré – se besaron nuevamente; él se veía mucho más feliz, tranquilo, incluso ella también, pero entonces, una nueva pregunta surgió en ella – Harry ¿dónde estarás? ¿Cómo se supone que pasemos tiempo juntos? ¿quieres que vaya a tu rancho?
- hay muchas cosas que no te he dicho amor; luego que regreses, hablaremos más; por ahora debes saber que estoy prácticamente en banca rota, venderé mi rancho para pagar las deudas de juego de mi madre, trabajaré aquí para Mauricio y Katherine mientras dure su viaje, e intentaré empezar de nuevo, con lo que sea que me quede luego de pagar todo
- ¡oh mi Dios! Cuanto lo siento Harry – él se sacudió la sensación de derrota que en algunos momentos lo embargaba, la vio a los ojos, diciéndole sin palabras que si ella estaba allí, todo estaría bien
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DESDE SIEMPRE EN MI HISTORIA...
Любовные романыKatherine Lancaster regresa a casa, en medio de una gran tristeza a causa de la muerte de sus padres; ella estaba culminando sus estudios en un cantón de Suiza, y recibió la noticia, cuando ya el deceso había ocurrido; por más que lo intentó, no...