Capitulo treinta
- ¡Miranda! – Katherine abrazó a la joven con efusividad, y luego la acosó a preguntas - ¿Qué ha pasado? ¿es cierto que William estuvo aquí la noche de la boda? ¿en verdad se atrevió a llevarse a Paget y a Harry? ¿qué...?
- cariño, cálmate – soltó Mauricio tomándola en sus brazos
- todo lo que te han dicho es cierto; pero no podemos quedarnos conversando – el que expuso el importante punto, fue Jake – necesito su teléfono, llamaré a algunos de mis vaqueros y luego volveré a unirme a la búsqueda de mi hija y mi yerno
Mauricio se llevó a Katherine a su cuarto, con el fin de hacer que descansara; si él salía para unirse a la búsqueda, quería que ella se encontrara segura en casa.
-descansa amor; saldré a ayudar a los demás, debemos rescatar a nuestros amigos y poner fin definitivo a la amenaza de Tanner
- no quiero quedarme Mauricio – terqueó ella; Helen se había hecho cargo de la niña
- cielo, debemos ser prudentes; estás embarazada, estás agotada después de tantas horas de viaje; por favor, comprende – Katherine pareció convencida de que era lo mejor – estaré aquí contigo muy pronto, algunos hombres mantendrán la vigilancia alrededor de la casa, de todas maneras debes ser cuidadosa
- tú también; cuídate y regresa a salvo, sabes que te amo y que te necesito – él la beso con amor y luego salió, besó a la pequeña Victoria y luego fue a reunirse con Jake - ¿todo bien Jake? ¿Cómo te enteraste del secuestro de tu hija?
- estaba aquí por invitación de Harry, el muchacho le propondría matrimonio a mi hija; tu hermano, su prometida, tu tía Cassie y yo, estábamos invitados a la cena; Paget y Harry habían salido a cabalgar al campo y nunca regresaron, solo lo hicieron sus caballos, lo cual despertó sospecha en Stone que fue a avisarnos
- William Tanner tiene que ser atrapado, de otra manera, ninguno de nosotros, podrá vivir tranquilo
- Miranda me ha contado algunas cosas – Jake hizo una pausa reflexiva – resultó un verdadero demonio ese muchacho. Pero ven, vamos a buscar a los demás; mis vaqueros se nos unirán por el sur
Salir de casa no le resultaba especialmente satisfactorio a Mauricio; su esposa y su hija quedaban allí, al cuidado de unos cuantos hombres; de verdad rogaba que nada malo les ocurriera; sin embargo, y a pesar de sus preocupaciones, debía ir a buscar a Tanner, estaba seguro que con toda la gente que se estaba uniendo a la búsqueda, pronto darían con él.
Cada uno de los perseguidores se sentía motivado, no dejarían de buscar hasta no encontrar a los cautivos; llevaban antorchas y linternas suficientes, para asegurarse de que buscaban correctamente. Habían encontrado algunos indicios, después del arroyo, que les daban esperanzas de que pronto los encontrarían.
Sin embargo los minutos pasaban y todo parecía inútil; pero entonces, cerca de tres horas después de haber iniciado la búsqueda, uno de los grupos dio con excelentes vestigios; al parecer uno de los cautivos se las había arreglado para dejar algunas señales para quienes los buscaran.
-¿Qué te parece Mauricio? Según el oficial que lo encontró, esta tira de tela, corresponde a la camisa que usa Harry – le decía Jake
- es evidente que ellos tuvieron cabeza para pensar y dejarnos pistas; debemos poner mucha atención; presiento que estamos cerca de encontrarlos
Decidieron mandar mensajeros a los otros grupos de búsqueda, para que fueran cerrando el cerco, en la dirección que ellos iban; estaban seguros de que ellos estaban en el camino correcto.
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DESDE SIEMPRE EN MI HISTORIA...
Любовные романыKatherine Lancaster regresa a casa, en medio de una gran tristeza a causa de la muerte de sus padres; ella estaba culminando sus estudios en un cantón de Suiza, y recibió la noticia, cuando ya el deceso había ocurrido; por más que lo intentó, no...