DESDE SIEMPRE EN MI HISTORIA...

Capítulo 3

hola todos!!

les traje este tercer capítulo... sé que esperan la continuación de Ya eres parte de mi, que está muy cerca del final, intentaré mañana actualizarlas ambas...

por ahora, quiero hacerles una pregunta y me gustaría que tod@s la respondan

¿que harían ustedes si se encontraran un bebé recién nacido abandonado? piensen bien su respuesta... consideren las circunstancias... las posibilidades... etc.

sin más, disfruten del capítulo...

Capítulo tres

Siete semanas después; Katherine se encontraba en el despacho revisando algunos documentos, cuando llegó su capataz

- niña, Tanner quiere hablar contigo

- ¿otra vez? – era la tercera vez ese día que el nuevo veterinario la buscaba – ha de ser otra tontería; dile que más tarde voy a ver de qué se trata

- no te molestes con él; hace bien su trabajo a pesar de todo. Solo es inseguro e inexperto – Katherine sonrió – por otro lado, tienes una visita que debes atender. Mauricio y Alejandro Santisteban, están aquí y piden verte; son los dueños del rancho Santisteban y tu padre tenía negocios con ellos

- lo sé; he encontrado algunos documentos y creo que tenemos tratos que aun no hemos cumplido con ellos. Has que pasen Stone; los recibiré aquí.

Stone se marchó a cumplir con su misión y Katherine se subió a una escalera que no estaba muy bien puesta, con el fin de poner algunos libros hasta arriba en el estante; estaba por terminar de ponerlos cuando la escalera se movió y Katherine perdió el equilibrio, dejándose caer con un grito.

- ¡Dios!

- ¡cuidado! – una voz grave y muy agradable se dejó oír y Katherine se encontró siendo sostenida por unos fuertes brazos, que le impidieron darse un buen golpe contra el piso – ¡santo cielo! ¡señorita! ¿está usted bien? ¿Qué demonios hacía por allá arriba? – el hombre dueño de los fuertes brazos, era alto y fornido, de ojos café claro, boca de labios finos y nariz romana; con barba recortada, de escasos milímetros, cejas pobladas y pestañas largas; alto, de anchos hombros y cuerpo bien cuidado; la veía pasando del susto inicial a una muy fría indiferencia

- yo... este... ya puede ponerme en el piso, señor; le estoy muy agradecida por salvarme de un buen golpe – el hombre la puso en el piso y entonces Katherine descubrió a otro hombre un poco más joven, que paseaba su mirada del uno al otro con una expresión divertida; más allá estaba Stone, que acababa de entrar

- mi niña, siento interrumpir tu reunión con los señores Santisteban...

- no hemos empezado tal reunión – dijo la joven – ni siquiera han podido presentarse

- soy Mauricio Santisteban, él es mi hermano Alejandro – se apresuró el hombre que la había detenido en la caída, a responder por los dos – solicitamos ser atendidos por la heredera del señor Lancaster

- es un gusto conocerles señor Santisteban, soy Katherine Lancaster; permítanme un momento ¿Qué es lo que ocurre Stone?

- es Tanner; insiste en que le veas en el establo sur; tiene dificultades serias con la yegua Tara, no puede tener a su potrillo. – Katherine tomó su sombrero y se volvió hacia Mauricio

- lo lamento señor Santisteban, debo atender esto; no sé si prefiera esperar o regresar más tarde – ya iba hacia la puerta

- esperaré; es más, voy con usted, si no le importa – respondió el mayor de los hermanos