- Eh, ¿está ahí? - el hombre que se hallaba al otro lado de la línea comenzaba a impacientarse.
- ¿Q-quién es usted?... - el señor Uchida miró nervioso a su hija. No podía ser el secuestrador, si ella misma se lo había traido al estudio.
- Le he llamado hace un rato. Soy el hombre que rapto a su hija. ¿Está preparando ya mi dinero?
Asami miró interrogante a Shinichi. El pobre futbolista se hallaba terriblemente confundido con todo aquello.
-S-si... Estoy reuniendo el dinero, pero es mucha cantidad. Necesito más tiempo... - el señor Uchida temblaba y sudada preso del pánico y el agotamiento emocional.
- Tiene una hora. Ni un minuto más. O mato a la niña. - al decir esto, el secuestrador dejó oír el sonido de una hoja metálica como de cuchillo arañando algo.
- ¡Socorro, Papá! - otra voz, esta vez infantil y asustada se oyó a través del auricular.
- ¡Akiko! - exclamaron Asami y su padre al unísono.
- Akiko, ¿dónde estás? - preguntó Asami, arrebatándole el teléfono a su padre de las manos.
- ¡En el almacén de un instituto... Por las ventanas se ve una chimenea..!
- ¡CÁLLATE! - y con el sonido de un golpe seco de bofetada, se cortó la llamada.
Asami cayó de rodillas al suelo, rompiendo a llorar desesperada. Mientras, el señor Uchida se abalanzó sobre su mayordomo, y empezó a exigirle el nombre de su cómplice en aquel secuestro.
El anciano temblaba de pies a cabeza, negando que hubiera alguien más involucrado, y asegurando que sólo fue él quien realizó el secuestro.
Nadie hacía caso a Shinichi e Irene, que lo habían escuchado todo desde donde estaban parados.
- Pero... ¿No se suponía que el mayordomo era el secuestrador? - Shinichi sentía que algo le atenazaba la garganta - ¿Acaso... me equivoqué en mis conclusiones?
Irene miró a su amigo. Shinichi al notar que la pequeña le miraba, sonrió con tristeza.
- Ya te dije que no podía hacer esto. Y-yo no sirvo para esto...
- No es cierto, Shinichi. Lo que dijiste era la verdad, tu deducción fue la correcta. Lo más seguro es que después del primer secuestro, Akiko fue secuestrada de nuevo... por alguien más peligroso ésta vez.
Shinichi abrió los ojos de par en par.
- Pero entonces, ¡hay que hacer algo!
La pequeña detective no le respondió. Salió del estudio y empezó a andar por el pasillo. Necesitaba pensar.
-"Ahora que él sabe que le podemos encontrar, la vida de Akiko está en serio peligro. El secuestrador no dudará en eliminarla... Un instituto desde donde se ve una chimenea... Puede ser de una fábrica o un baño público"
Los pensamientos de Irene se vieron interrumpidos al ser apartada a un lado de forma brusca por el señor Uchida, quien había salido del despacho a paso veloz y se dirigía hacia la puerta de entrada a la casa.
- Me voy a la oficina... - iba diciendo en voz alta - Reuniré el dinero y pagaré a ese mal nacido para que nos devuelva a Akiko.
El portazo que dio al salir hizo que temblase el suelo. La pequeña detective se apoyó en la pared del pasillo, dando un lento suspiro.
- Aunque pague el dinero, lo más seguro es que la mate igualmente - murmuró Irene - Se acaba el tiempo. Hay que buscar por los institutos de la zona. Pero eso no será fácil...
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La Detective Que Encogió (Cancelada)
FanfictionBasado en los personajes creados por Gosho Aoyama. "¿Qué pasaría si Shinichi Kudo nunca hubiera querido ser detective, y hubiera seguido jugando al fútbol?" "¿Y si Ran Mouri fuera la detective, y hubiera ido detrás de los Hombres de Negro aquel día...