- Oye, ya se está haciendo muy tarde. Deberíamos dejarlo por hoy...
Ran levantó la cabeza del archivo en el que andaba inmersa y miró afuera de la ventana. Shinichi tenía razón, ya la última luz del sol se había escondido y las farolas de la calle estaban encendiéndose progresivamente. Después de clase, los dos amigos habían ido a la oficina de detectives a investigar un poco algunos de los antiguos casos pendientes de Kogoro, aquellos más extraños que el hombre había dejado sin resolver antes de morir. Estaban tan abstraídos en los informes que no se habían dado cuenta de que la noche se les echaba encima.
- Tienes razón - estuvo de acuerdo la pequeña, mientras cerraba la carpeta que tenía delante - ¿Nos marchamos a casa ya entonces?
- Está empezando a nevar con fuerza, si quieres podemos subir al apartamento y dormir hoy allí.
A Ran le pareció acertada la sugerencia de Shinichi. Al fin y al cabo, en el piso superior aún se hallaba el apartamento donde vivían ella y su padre, después de el hombre se divorciase de su madre. Y éste estaba tal cual, Eri no se había llevado nada, de modo que podían pasar allí la noche sin problemas.
Apagaron las luces de la oficina y subieron al piso de arriba. Shinichi se dirigió a la cocina y miró por los armarios, sacando algunas latas y productos que fue colocando encima de la mesa. Ran le miraba desde la puerta.
- Bueno... Hay ramen... y verduras en la nevera... Creo que podré improvisar algo de cenar - dijo muy pensativo.
- ¿Tú? ¿Tú vas a hacer la cena? - el tono de Ran era burlón, cosa que molestó bastante al chico quien lo vio como un ataque a su orgullo.
- ¡Ey! Que sé defenderme bastante bien - se quejó, y viendo que su amiga iba a decir algo, añadió rápidamente - El incidente de la otra mañana con las tortitas no cuenta.
- Si tú lo dices... Voy a coger las mochilas que se han quedado abajo. Ahora vuelvo y te ayudo. No hagas nada peligroso hasta entonces.
Un bufido de molestia llegó a sus oídos mientras salía de la cocina. Con una risita, Ran bajó a la oficina.
No consideró que fuera necesario encender de nuevo las luces, mientras se acercaba al sillón donde habían dejado las mochilas con las tareas de clase. La luz de la calle entraba por la ventana y hacía que la sombras de los muebles pareciesen monstruos gigantes. Pero Ran no tenía miedo. Conocía muy bien aquel espacio.
Un ruido captó su atención proveniente de la puerta, como si la golpeasen repetidas veces.
- ¿Quién hay ahí? - preguntó dudosa. No hubo respuesta, solo silencio. El ruido volvió a oírse, algo más fuerte. Lentamente se acercó a la puerta - ¿Shinichi? ¿Eres tú? Venga, si esto es una venganza por lo de la comida, es muy infantil por tu parte...
Abrió con cuidado y miró fuera. No había nadie en el descansillo. Se asomó a la calle, pero por las escaleras de entrada tampoco parecía haber nadie. Varios coches pasaron por delante, iluminando con los focos la acera, siendo el único movimiento observable. Quizás una corriente de aire había sido la causa del ruido, o había sido en la calle. De seguro se había asustado por nada. Suspiró aliviada, volviendo a entrar en la oficina, y cerrando la puerta.
- Hola, detective... - escuchó de repente que decía alguien detrás de ella.
Se giró a toda velocidad y sintió que la sangre se le congelaba. Allí, delante de ella, estaba Gin. Sus ojos brillaban con especial malicia, y sus labios se curvaron en una cruel sonrisa.
No tuvo tiempo de reaccionar. Gin la tapó la boca con una sola de sus manos, y empujó su pequeño cuerpo con la otra contra la pared.
- ¿Creías que podrías esconderte mucho tiempo de mí, Ran Mouri? Aunque al parecer, ahora debo llamarte Irene Kudo - se burló mientras acercaba su rostro al de ella. Ran podía sentir su aliento frío, lo que la puso la piel de gallina. Sin ningún esfuerzo, la levantó unos centímetros del suelo - Me sorprende que sigas viva, y en el cuerpo de una niña. Pero ahora, morirás.
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La Detective Que Encogió (Cancelada)
FanfictionBasado en los personajes creados por Gosho Aoyama. "¿Qué pasaría si Shinichi Kudo nunca hubiera querido ser detective, y hubiera seguido jugando al fútbol?" "¿Y si Ran Mouri fuera la detective, y hubiera ido detrás de los Hombres de Negro aquel día...