Rápidamente la enfermera del instituto Teitan se acercó con su botiquín cuando vio que uno de los jugadores se desmayaba en el terreno de juego.
Todos los jugadores estaban amontonados alrededor de Shinichi, quién todavía sujetaba al chico que había sufrido el ataque alérgico, de modo que la pobre tuvo que abrirse paso a empujones.
Cuando consiguió llegar junto a los dos chicos, se agachó para revisar el estado del enfermo. Tanto su cara como su cuello se estaban inflamando alarmantemente, por lo que el muchacho apenas si podía respirar. Sin perder tiempo, sacó del botiquín un frasco con un líquido transparente y preparó una aguja llenándola con aquel líquido. Con un algodón empapado de alcohol, limpió un poco una zona del brazo del chico y le inyectó lentamente el contenido de la jeringuilla.
- ¿Namura se pondrá bien? - preguntó su entrenador tras acercarse también corriendo.
- Si. Le he inyectado una dosis de corticoides - le respondió la enfermera mientras le controlaba el pulso - Debería responder al tratamiento en unos minutos. De todas formas, que alguien llame a una ambulancia. Es mejor que le lleven a un hospital para que le hagan un chequeo.
- Enseguida...
Con manos temblorosas, aquel hombre sacó un móvil de su bolsillo. Su rostro estaba descompuesto y sus ojos brillaban con algo parecido al arrepentimiento, detalle que no le pasó desapercibido a Shinichi.
- Kudo, ayúdame. - le pidió la enfermera sacándole de sus pensamientos - Túmbale en el suelo. Tenemos que mantener sus pies en alto para que su tensión se regule... Los demás, vamos, dejar sitio para que respire.
El entrenador del Teitan y el del Furikan con potente voz ordenaron a sus jugadores que se retirasen al banquillo a esperar. Un murmullo de consternación les acompañó mientras se separaban. Solo quedaron ambos entrenadores y el árbitro del partido.
- ¿Qué está sucediendo? - preguntó Sonoko a sus compañeros cuando se acercaron a dónde se hallaba ella y los demás estudiantes. Todos estaban intentando ver lo que ocurría en el campo de fútbol.
- Al parecer, uno de los jugadores del Furikan ha sufrido un ataque alérgico - les explicó un chico llamado Hiosuke - Kudo se dio cuenta y pidió ayuda médica enseguida.
Irene sentía demasiada curiosidad por ver por ella misma como para estarse quieta, y trepó la reja metálica que la separaba del campo de fútbol.
- ¡Oye, espera, vuelve aquí! - exclamó Sonoko, intentando sujetar a la niña por uno de los pies, pero tarde. Irene saltó al otro lado y cayó al césped, corriendo en dirección a Shinichi - Maldición, seguro que Kudo se molesta conmigo...
Cuando la niña llegó al lado de Shinichi, éste permanecía de pie detrás de la enfermera, pendiente de poder ayudar.
- Shinichi... - le llamó la niña con un murmullo - ¿Se pondrá bien?
- Si, a recibido tratamiento justo a tiempo. Pero es muy extraño...
- ¿A qué te refieres?
- En la primera parte del partido estaba bien, y aunque durante ese tiempo haya estado en contacto con el alérgeno*, no le provocaría semejante ataque... A no ser... Que se lo hayan introducido directamente en el organismo...
Irene se quedó pensativa mientras observaba al muchacho tendido en la hierba. Aprovechando que la enfermera le estaba pidiendo al árbitro que saliera a recibir a la ambulancia, se acercó e inspeccionó el cuerpo de Namura. Parte de la hinchazón del cuello ya le había bajado y respiraba con tranquilidad.
La pequeña detective se inclinó para observar sus piernas y sus brazos. No vio ninguna marca significativa, salvo algunos arañazos y moratones como consecuencia de los entrenamientos. A veces también Shinichi se las hacía.
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La Detective Que Encogió (Cancelada)
FanfictionBasado en los personajes creados por Gosho Aoyama. "¿Qué pasaría si Shinichi Kudo nunca hubiera querido ser detective, y hubiera seguido jugando al fútbol?" "¿Y si Ran Mouri fuera la detective, y hubiera ido detrás de los Hombres de Negro aquel día...