Narciso marchito || Zamasu x OC

912 36 127
                                    


Primer One-Shots para la segunda tanta. Pedido realizado para MaggieC94 mejor conocida como Margarita Cáceres 

El relato es de extensión breve y está basado en el fanfic de Margarita Cáceres "El reflejo de la locura" la OC (Tamara Adams) es propiedad de la misma, los derechos y la autoría del One-Shots si son de mi completa autoría.

Aclaración importante: los personajes de Dragón Ball no son de mi propiedad, derechos reservados a Akira Toriyama.

~~~~~


Zamasu era conflictivo, casi intratable.

Su odio hacia los humanos era la prueba viviente de cómo un acto de supuesta bondad, podía atrofiarse y desfigurarse hasta del grado de corromperse, volviendo un torrente de mariposas rojas y sangre negra. Tamara, en su experiencia como psicóloga, nunca había visto algo así, y no estaba segura de saber si su paciencia le ganaría a su carácter, volviéndola poco profesional.

Resopló, enroscando y ondulando un mechón de su cabello castaño con el dedo, deformándolo y aplastándolo, hasta casi rizarlo, parecía la púa de un erizo, y sus ojos morados picaban, enrojecidos y lagañosos. El trato que le profesaba el aprendiz de Gowas era comparable a una tortura, y los recientes problemas con su novio —si es que lo seguía siendo—, no había logrado otra cosa que no fuera empeorar su estado anímico. Tamara quería rendirse y sin embargo, no se veía capaz de hacerlo.

Ellos confían en mí, tengo que lograrlo, pensó y con eso en mente se calmó.

La mujer volvió a revisar sus anotaciones y análisis, estaba segura de que podría apañárselas, se estaba haciendo la hora de la cena, y tendría que salir para compartir de nuevo la mesa con el insoportable de Zamas.

Últimamente había cambiado sus técnicas, mostrándose amable con ella frente al maestro, y cruel cuando la veía en descuido, siempre buscando la forma de mal imponerla, quedándose él como la víctima. La psicóloga se pellizcó un cachete espantando a las inseguridades, tenía que dejar de pensar en eso.

Salió de sus aposentos con decisión y una sonrisa torcida, el palacio del Kaio-shin del universo 10 no dejaba de parecerle hermoso, y las paredes blancas, lívidas y estériles, en lugar de transmitir incomodidad, le proporcionaban paz.

Mientras caminaba por los pasillos que ya conocía a la perfección, la mujer de piel trigueña no pudo evitar escuchar unos murmullos extraños que veían de la habitación de Zamasu, y no quería espiar, pero le era sospechoso.

Con el corazón en el puño, Tamara se inclinó, acercándose con el temor punzante de ser descubierta, y para su sorpresa la puerta estaba medio abierta, no del todo, pero si lo suficiente para que pudiera escuchar con mayor claridad. Se asomó.

Su visión no era muy buena en esa circunstancia y, con los nervios en plena acción, se sentía como una criminal. Exhaló con asfixia, Zamasu estaba de espaldas, hablándole a algo que no captaba a ver, pero que tampoco parecía ser un individuo, sino un objeto, y para recalcar en la conmoción de la castaña, la voz del de cabellos blancos se escuchaba distinta y en una octava más baja, exprimida y aterciopelada.

One Shots Dragon Ball || ¡Pedidos Cerrados!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora