One Shots Dragon Ball || ¡Pedidos Cerrados!

El beso (+18) | Zamas x Goku

¿Hola? ¿Cómo los está tratando enero?, bueno, lo intenté. ¡Bienvenidos luego de un mes (o eso creo) de espera! Lamento encarecidamente haberlos hecho esperar de esta manera, sin embargo, espero poder compensarlo con la entrega de hoy, un One-Shots realizado por petición de Vados_Ixve espero que lo disfruten<3

Advertencia: tal como dice en la parte de arriba, este One-Shots contiene escenas explícitas, no aptas para menores de edad (aunque capaz no me hacen caso y lo leen igual, lo intuyó). Bueno, quién avisa no es traidor, advertido ;)

Aclaración: historia 100% de mi autoría, los personajes pertenecen a Akira Toyirama. 

★★★

«Qué humillación», pensó Zamasu, hastiado. El aprendiz de Kaio-shin apretaba los finos labios verdosos con una aparente expresión de paz que no sentía, estaba confundido y a la vez enfadado: ¿quién fue el imbécil que tuvo la idea de regresarle el efímero y perdido soplo de vida? Zamasu prefería una muerte certera a tener que soportar una miserable vida en aquel mundo imperfecto al que no pudo liberar. Resopló, su fleco blanquecino movido en ligereza con la leve brisa fresca que se colaba en la estancia.

Esa sensación... Aún en aquella condición tan precaria era capaz de recordar lo magnánimo que es ser un todo y nada. El poder divino de un universo infinito que lo consume todo. El arma definitiva. Invencible, intocable.

—¡Hola! —Un imprevisto saludo lo distrajó y Zamasu terminó soltando de golpe una de las tazas de té para su maestro. La taza terminó hecha añicos.

Miró con rabia y desaprobación al dueño de ese irritante tono, Goku, su némesis. El saiyajin se disculpó reiteradas veces agitando las manos.

—¡Oh, miren quién llegó! ¿Eres retardado o te haces? —despotricó. Ese tonto mortal no conformaba con haberle truncado los planes, si no que además, se los echaba en cara con sus constantes e indeseadas visitas.

—¿Qué es ser un retardado? —Goku hizo un gesto de confusión arrugando la nariz.

—Mírate a un espejo y lo sabrás —contraatacó él, sin obtener el efecto deseado; en lugar de ofenderse, Goku se mostró más confundido.

—¿Es por el pelo? Milk siempre me anda diciéndome que me lo peine un poco luego de volar, pero no es algo que...

Zamasu soltó un gruñido y Goku calló en un aromático, igual que perro regañado. «Mucho mejor» se apaciguó, y, sin culpas ni remordimientos, se dedicó a ignorar sin piedad al tonto indeseado. Abstraído como se encontraba, se agachó para recoger los restos de vidrio que quedaron esparcidos en el suelo e imaginó que el tonto ese se resbalaba con la ya quebrada taza de té. Sonrió de lado y buscó mirarlo de refilón, sin éxito.

«¿Dónde está? Y más importante: ¿por qué debería importarme?»; son incógnitas a las que no quiso encontrarles respuesta, entre más lejos se encontrará ese tonto de él, mucho mejor.

—¿Me buscabas? —El dueño de sus tormentos apareció con una escoba y una pala —. Yo... Siempre que se rompe algo en casa Milk empieza a gritar y se apura a recogerlo, yo intento ayudarla a veces, pero me regaña diciendo que la voy a cagar, y cosas del estilo: los hombres no hacen eso, que trabaje mejor.

—¿Acaso yo te pedí explicaciones o justificantes? Yo no te andaba buscando, más bien anhelo que desaparezcas de mi vida y nunca vuelvas. Menos charla y más acción —lo regañó, quitándoselas de un tirón —; y si tu esposa te los dejara se incendia la casa —agregó con burla.