10. No nene, eso no va a pasar.

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(NARRA EMILIO)

-Te voy a besar toda la vida –dije mirando a Joaquín y juntando suavemente mis labios con los de él, todavía seguíamos en la cama y no pensaba moverme-

-Te amo mucho –dijo y sonreí, él me hacía tan feliz-

-Yo más mi amor –lo tomé por la cintura y lo pegué más a mí, haciendo que nuestras frentes rozaran suavemente, enredando mis piernas con las de él- me encantas.

-Bueno ya –dijo Joaquín sonrojado- el Emilio romántico va a salir y no quiero ponerme rojo.

-Pero si ya lo estas mi amor –acaricié su mejilla- así todo rojito me gustas.

Y es que jamás iba a cansarme de verlo todos los días, de ver su carita y su nariz tan bonita, porque había luchado tanto por esto que no podía parar un segundo sin besarlo o protegerlo, es más quería encerrarlo en una cajita de cristal y que nadie lo tocará.

-Emilio... ya –dijo tapando mi boca con su mano y le di un leve mordisco- tenemos que bajar.

-No –escondí mi cara en su cuello, aspirando su dulce aroma- así vamos a quedarnos.

-Ya bebé –dijo acariciando mi cabello y enredando su dedo en uno de mis rizos- tengo hambre ¿por favor?

-Bien, solo porque le prometí a mi suegra que siempre te alimentaría -reímos- vamos a vestirnos.

Joaquín se paró de la cama, haciendo un gesto de dolor.

- ¿Tahi estás bien? ¿Te sientes mal? –lo mire preocupado, poniéndome los boxers y el pantalón-

-Solo me duele un poco la espalda –murmuró sonrojado-

Reí- Perdóname amor, creo que me emocioné –me puse rápidamente mi camisa-

-Oh, vaya que si –caminé hacía él juntando su ropa-

-Toma bebé.

Joaquín se vistió y se acomodó rápidamente el cabello, salimos del cuarto y bajamos al comedor.

-Sí, que interesante colección de video juegos, deberíamos llevarnos unos al departamento –dijo Joaquín viéndome-

-Claro que si amor–dije separando la silla del comedor para que Joaquín se sentara-

-Gracias.

Volteé suavemente para preguntarle algo a mi mamá y todos estaban en silencio viéndonos.

-¿Qué? –le pregunté directamente a mi mamá-

-Nada mi amor, solo que ¿Acaso no encontraste una playera para que Joaquín se cambiará? –dijo mi mamá en tono de burla-

- ¿Qué? Ah, no, no encontré, todas le quedaban muy grandes.

-Se ve que desacomodaste todo el cuarto, se oían ruidos extraños ¿todo bien? –preguntó mi madre viendo a Joaquín, el cual se sonrojó. Demonios mamá estás viendo que mi bebé es sensible-

-Duro contra el muro, lento contra el pavimento –dijo mi primo riéndose

-¡N-NO! Es que había una cucaracha debajo de la cama, y tuvimos que mover todo para matarla –dije sirviendo ensalada en el plato de Joaquín-

-Ah bueno, y mi amor cuídate ese chupetón que mañana tienes grabaciones, creo que te tendrás que ponerte polvo –dijo mi mamá señalando el cuello de Joaquín y todos empezaron a reír-

Mire a Joaquín de reojo y tenía su cara de: te lo dije.

-Te amo –dije viéndolo, nos reímos- ¡A comer! El ejercicio cansa.

___________________

Habían pasado dos meses, dos increíbles meses en los que tenía a Joaquín a mi lado. Nos iba bien en la novela, íbamos a sacar una obra musical y posiblemente una serie, y me hacía feliz porque a pesar de nuestra corta edad habíamos logrado muchas cosas juntos. No podía pedirle nada más a la vida?

-¿Ya viste las tendencias en Twitter? –preguntó Joaquín- últimamente dicen que eres muy cholo.

-¡Hey! –dije frunciendo mi ceño- no sé porque dicen eso, ósea tipo no soy un cholo wey –fingí voz de fresa naco-

-Amor, ambos sabemos que de los dos eres el más vago, con trabajo y te bañas y no hablemos de la cholo señal que haces siempre, si sigues haciéndolo la mano te quedara así –no pude evitar reír-

-Bueno, aun así, quieres a este cholo ¿verdad? Aparte tú tienes tu fifi señal.

-Sí, pero es fifi señal mi amor.

-Da lo mismo es una señal –le enseñe la lengua- Pero bueno ¿Qué haremos hoy amor?

-Pues...estaba pensando –empezó a caminar lentamente hacia mí, con sus brazos atrás de su espalda, con la mirada inocente y eso solo significaba una cosa, ya tenía algo en mente y lo más probable es que le dijera que no.

-Dime –tomé su cintura suavemente- no me digas que quieres ir a comer ensalada, por favor.

-No –sonrió- de hecho, comeremos en la casa, prepare lasaña, pero queriaversimasalratomeensañasamanejarporquemelopromestiste.

-Wow, haber bebé más lento porque no entendí nada, comeremos lasaña ¿y....?

Suspiró y empezó a jugar con sus dedos- Quería ver si podías enseñarme a manejar –susurró- me lo prometiste cuando nos conocimos.

Negué con la cabeza –No nene, eso no va a pasar.

-Pero ¿Por qué? –cruzó los brazos e hizo un puchero-

-Por el simple hecho que podrías chocar, atropellar a alguien, estrellar el carro en un poste, llevarte a un perrito o incluso a un gatito y tampoco quiero que algo malo te pase, porque yo me muero Tahi.

-Pero no va pasar nada si tú me enseñas, por favor amor.

-No Joaquín y esa será mi última palabra. No, no y no.

-¡Emilio! –dijo haciendo berrinche como niño chiquito- ¿Enserio no cumplirás un capricho de tu precioso novio?

-No.

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-¡Haber bebé va de nuevo! Primero es el clutch y luego despacio vas soltándolo y aceleras.

Y si, Joaquín me había convencido de enseñarle a manejar pero, ¿qué les podía decir? Es mi chiquito bonito y yo soy un mandilón.

-¡Y-ya estoy avanzando! –dijo emocionado- Haber aceleremos un poco más. No, no muy rápido...Haber otra vez –piso el acelerador- no, muy rápido –frenó en seco y casi me doy un golpe- perdón amor –mordió su labio-

-Está bien precioso, no te preocupes. Otra vez, pon en neutral y apaga el carro.

Apagó el carro y rápidamente puse el freno de mano.

-Bien, ahora pongo la llave –dijo concentrado, analizando lo que iba a hacer- meto primera, acelero –quiso avanzar, pero se le apagó el carro- Ah, olvide quitar el freno.

Y así estuvimos practicando dos horas, llegó a segunda y se quedó un poco traumado por que casi se lleva a un perro, pero todo bien.

-No chiquito, pon atención. Cuando quieras pasar el tope frenas suavemente y pones neutral y después primera. No lo pases en segunda aun porque te cascabelea el carro y se puede dañar –suspiró un poco frustrado- vas bien amor, poco a poco.

-Bien, suficiente -Dijo frenando de golpe- Ya me cansé, tengo hambre –hizo un puchero-

-Gracias dios –susurré viendo hacia el cielo-

-¡Oye! –golpeó suavemente mi hombro, reímos- ya siendo sincero ¿Cómo lo hice?

-Pues mira, para ser la primera vez, nada mal, de verdad –tomé su mano y la bese- el próximo fin de semana seguimos ¿te parece?

-¡Si! –dijo emocionado- eres el mejor novio del mundo –se acercó y me dio un pequeño beso- gracias mi amor.

-Para ti lo que sea Tahi, ahora vayamos a comer.

-Sí, pero tu manejas.

HASTA QUE ME OLVIDES (EMILIACO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora