HASTA QUE ME OLVIDES (EMILIACO).

20. El palo de Joaquín.

(NARRA EMILIO)

-Bueno Tahi, aquí está tu silla de ruedas –dijo Joaquín entrando al cuarto- eres un exagerado ¿sabías?

-Que exagerado Joaquín, ¡tú me rompiste en dos!

-Amor –rió tiernamente- pero si tú me lo pediste.

-Sí, pero bueno no importa ahora, es la última vez que se repite.

Sonrió y alzó las cejas- Ya veremos.

-Te lo aseguro –contesté-

-Emilio cuando me estés rogando, no te haré caso.

-No te rogaría de nuevo –sonreí, sabía que era mentira, siempre le rogaría a mi chiquito bonito-

-Vamos, se nos hace tarde –dijo caminando hacia a mí- ¿Es enserio que no puedes caminar Emilio?

-ES ENSERIO BEBÉ –dije rodeando su cuello para que me cargara- wow, que músculos –susurré en su oído-

-No me coquetees de esa manera –dijo sonrojado-

Sonreí coqueto- Lo siento amor.

-Te amo mucho guapo –dijo viéndome y juntando sus labios con los míos- eres mío, siempre.

-Siempre –contesté-

Después de estar de cursis un rato y unos cuantos besos más, salimos de la casa dirigiéndonos a grabar las promos para el final de la novela.

-Emilio ¿Qué te pasó? –preguntó Roberto, el chófer.

-Me resbalé y caí encima de un palote, así bien grande –dije mostrando con mis manos la medida del palote, de Joaquín obvio-

-EMILIO OSORIO MARCOS –gritó Joaquín detrás de mí y solo reí-

-¿Un palo?

-De escoba –dije sonriendo- ¿verdad wey? –dirigí mi mirada hacia Joaquín-

-No soy wey, no para ti.

-Es broma, hermano –contesté divertido-

-Emilio...-dijo subiendo a la camioneta, dejándome ver su trasero-

-Si yo fuera plomero, te destaparía el agujero –dije riéndome-

-No mames ¡EMILIO WEY NO! –dijo sonrojado y pude oír una carcajada de Roberto-

-Dios mío, no puedo con tu instinto de cholo –dijo tapándose la cara-

Roberto me ayudo a subir y empecé a reír.

-Es broma amor –dije acercándome a su oído- pero si, después te destapare todo –susurré-

-No, ya, no puedo contigo –dijo riéndose-

-Vámonos Roberto –dije abrazando a Joaquín por los hombros-

-Ustedes dos son de lo que no hay –dijo riéndose-

Llegamos al set de grabación y yo seguía en silla de ruedas mientras que Joaquín me llevaba, todos preguntaban que me había pasado.

-Emilio ¿Qué te pasó? –dijo mi padre llegando-

-Ay no –dijo Joaquín-

-El palo me rompió, papá, el palo –dije negando con la cabeza-

-¿El palo? ¿Qué palo? -preguntó-

-¡EL PALOTE DE JOAQUÍN! –grité asustándolo-

Y todos en el set empezaron a reír.

-¡EMILIO OSORIO MARCOS! –oí a mi papá y Joaquín gritar, al mismo tiempo-

-¿Qué? Es la verdad –sonreí orgulloso-

-Síguele cabrón –me dijo mi papá aguantando la risa- Y tú Joaquín...

-El me rogó –dijo de manera inocente- yo no tengo nada que ver en esto señor.

-No queremos saber que cochinadas hacen, Emilio.

Solo empecé a reír- No me puedes decir nada papá porque tú no eres un santo.

-¡Bueno ya, a grabar! –dijo y se dirigió hacia su oficina- ¡Y ESTO LO SABRÁ TU MADRE! –gritó-

-VA A ESTAR MUY ORGULLOSA POR QUE TE TOPASTE CON EL MURO DE BERLIN –dije imitándola-

Oí la risa de nuevo de todos.

-¿Cenaste payaso o qué? –dijo Joaquín riendo-

Después de grabar todos los promos, no encontramos descansando en el camerino.

-Mailo –dijo Joaquín saliendo del baño- Nikolas hará una fiesta ¿vamos?

-¿Nikolas Caballero? –pregunté y Joaquín asintió- Ah, entonces no.

-Amor, por favor –dijo sentándose encima de mí- ándale.

-No quiero ir, me cae mal, si lo veo, le parto su madre.

-Guapo, ándale solo un rato.

-Ve tu si quieres bebé, sirve que voy a ver a Adrián, Roy y Diego.

-¿Seguro? –preguntó acariciando mi cabello-

-Si –sonreí-

-Solo te digo que va haber strippers, así que estas adver...

-¿QUÉ?

-Es broma amor -dijo Joaquín riendo- como crees...

-Ahora voy a ir -dije abrazándolo de la cintura-

-No es cierto bebé, tranquilo.

-Bueno, pero cualquier cosa me avisas, de todas maneras te alcanzaré después ¿si?

-Si Tahi, está bien.

Y se me había ocurrido una fantástica idea.