(NARRA EMILIO)
Pasaron las horas y Joaquín no despertaba, no me había separado de él y las investigaciones empezaron desde anoche, aunque no habían descubierto nada, solo Joaquín podría decir quién fue.
Lo observé…tan bonito como siempre, sus ojos cerrados, sus pestañas largas y tupidas rozaban sus mejillas sonrojadas, su nariz en forma de botoncito y sus labios entre abiertos me daban la sensación que solo estaba durmiendo profundamente, que era como cualquier otro día en que yo despertaba y lo observaba dormir, dándome tranquilidad. Recorrí su cara con la mirada, el verlo ahí, hacía que pensara en una cosa: si a Joaquín le pasaba algo yo me quebraba, hace mucho tiempo que éramos uno mismo, desde el momento que lo vi, en aquella fiesta, supe que se convertiría en una persona importante para mí, él es mi vida entera.
La habitación del hospital se encontraba en completo silencio, solo el ruido de los latidos del corazón de Joaquín se hacía presente, lentos, muy lentos, hasta que de un momento a otro se volvió más rápido, asustándome.
-¡ENFERMERA! –grité saliendo de la habitación- ¡AYUDA!
-¿Qué pasa? –dijo una enfermera saliendo de otra habitación
-N-no sé, creo que está despertando –dije y corrió a la habitación e imité su acción-
Entré y más médicos habían llegado con Joaquín, quitándole la mascarilla de oxígeno, revisando su respiración con un aparato y dándole más medicamentos.
-Emilio…-susurró apenas audible y entreabriendo los ojos, sonreí- Emilio…por favor…
-Aquí estoy Tahi –tomé su mano y la acerque a mi cara- aquí estoy mi amor.
-Emi…
Tardó unos minutos más en reaccionar hasta que abrió sus ojos, desorientado.
-Tranquilo, con calma –dije viéndolo-
-¿Dónde estoy? –me vio y sonrió suavemente- Oh...yo creo que estoy en el cielo –dijo y reí, sabía que estaba imitando a Temo, era su pasatiempo favorito-
-Ósea si, sé que parezco un ángel, pero tampoco…–dije siguiéndole la corriente- no es como que el cielo huela a hospital… –sonreí- te extrañe mucho –las lágrimas comenzaban a salir de mi rostro- me asuste Joaco…pensé que…que…
-Hey, ya estoy aquí, no pasa nada, no te preocupes –susurró enredando su mano en mi cabello- ya estoy aquí…
-¿Quieres casarte conmigo? –pregunté sin más-
-¿Qué? –contestó abriendo los ojos-
-Quiero que te cases conmigo Joaquín ¿aceptas?
Sonrió –Ahorita no joven, es muy pronto.
-¿Qué?
-Es broma, claro que me quiero casar contigo.
Sonreí y me acerqué lentamente hacia él, juntando nuestros labios, estaba muy seguro que estar en el cielo no se comparaba el estar aquí en la tierra, besando a Joaquín, era perfecto.
(NARRA JOAQUÍN)
Minutos después llego mi mamá y mi hermana a ver como estaba.
-¡Mi niño! Mi bebé, me tenías muy preocupada -dijo mi mamá acercándose a la camilla- ¿Cómo te sientes? -preguntó acariciando mi cabello-
-Bien, pero eso no importa. ¡ADIVINEN QUE! –dije emocionado-
-¿QUÉ? –dijeron las dos al mismo tiempo-
-¡Me voy a casar! -grité, sentado en mi camilla- ahora si seré dueño y señor de Emilio Osorio Marcos -dije en tono de reina empoderada, porque así me sentia-
Mi mamá y mi hermana se vieron entre sí y empezaron a gritar de emoción.
Emilio solo las observaba desde el rincón de la habitación sonriendo.-Espera...¿Y el anillo? -preguntó Renata inspeccionando mi mano-
-Bueno eso preguntaselo a Emilio.
-Uhm, es que es una sorpresa especial -contestó rascándose la nuca-
-Se que lo es -dije sonriendo-
Sabía que Emilio no había preparado nada, se notaba en su carita, pero de lo que si estaba seguro era que la pregunta no la había hecho al aire, lo había pensado y mucho, de hecho yo también.
Emilio es el amor de mi vida digan lo que digan los demás, somos uno mismo, nacimos para estar juntos y si algún día tomamos caminos separados, sé que el destino lo pondrá en mi vida de nuevo...
Porque no existe un Joaquín sin su Emilio.
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HASTA QUE ME OLVIDES (EMILIACO).
Fanfic"-No sabes lo mucho que te quiero Tahi, pero a veces ni yo me entiendo... -¿Emilio?"