Hijo de un rebelde.

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Castiel estaba algo inquieto, tal vez un presentimiento o algo más. Evitaba deambular por la casa, temiendo que la madera crujiera lo suficientemente fuerte para despertar a su familia. Kelly a su lado dormía acurrucada contra su cuerpo. Se entretuvo haciendo la lista de cosas que comprar en su cabeza.

La madera chirrió en alguna parte de la casa. Podía ser una rata o podía ser un maldito demonio. Castiel no iba a arriesgarse a descubrirlo cuando fuese demasiado tarde. Dejo a un lado el peso de Kelly, quien se dio la vuelta durmiendo de nuevo.

Su espada brillo con la luz de la luna, asomándose bajo su pijama. Joel, con doce años y su libros abiertos a su alrededor, dormía pacíficamente; pero la habitación de Jack estaba cerrada.

Abrió con cuidado la habitación, rogando que el rubio durmiera. Pero ni siquiera estaba allí. Bajo las escaleras olvidándose de no hacer ruido. Se concentró y llamo a Jack por radio ángel.

- Lo siento.

Se escuchó en su cabeza. Sabía dónde estaba y sabía que le había desobedecido. El ángel tomó la gabardina y aquellos zapatos que no le gustaban, para salir afuera en busca del adolescente.

Entrenando solo, no muy lejos de la casa, Jack había desobedecido. Castiel no medio palabra con el muchacho, solo lo tomo del brazo, arrastrándolo hasta la casa.

De nuevo en su habitación, papá dispuso su pijama sobre la cama y no saldría de allí hasta que se durmiera.

- Pero, papá... -

- Nada. Te dije que dejaras de entrenar por las noches.

Sí, no era la primera vez. Había estado pasando durante todo el mes, los entrenamientos de Cas no eran suficientes para el nephilim y casi no dormía por ello.

- Tengo que mejorar para proteger a mi hermano. – defendió.

- No puedes proteger a tu hermano si algo te pasa antes. – Objeto su padre.

Kelly apareció en su puerta, sonriendo ante las palabras de su hijo. Con 15 años, Jack había tomado conciencia de lo frágil que podía llegar a ser Joel, y envenenado por la constante preocupación propia de Castiel, sentía que era su deber mantenerlo a salvo. Como hermano mayor y siendo más poderoso que Joel, era su responsabilidad.

- Lo que necesitamos todos es dormir con la tranquilidad de que estas a salvo. – Explico. – Ahora... a la cama antes de que despiertes a tu hermano.

Cas agradeció a su padre por tener a esa mujer a su lado, si las cosas fuesen diferentes, le costaría mucho explicar de forma paciente.

Cas y Kelly volvieron a su habitación, de nuevo mamá se acurruco contra el ángel.

- Dijiste que lo de levantarse por la noche solo pasaba de niños. – Reclamo Cas.

- Su padre biológico es un rebelde y su actual padre también es un rebelde. – Recordó. - No sé de qué te sorprendes. – Rió.

Un minuto de silencio, en los que Castiel sopeso lo dicho por su mujer.

- Ahora entiendo a mi padre. – Sentencio. 

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