Panqueques extras por palabras correctas.

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La luz del amanecer iluminaba la habitación poco a poco. Castiel se levantó con cuidado de la cama, para no despertar a Kelly que dormía profundamente. Aun con su pijama y los pies descalzos, camino por el pasillo a la habitación del bebé. Jack tenía un buen sueño, y desde su nacimiento era extraño que se despertara en la madrugada. Aferrado a su osito de peluche, era muy temprano para despertar al nephilim.

El cabello rubio alborotado tapaba la pequeña frente. Los ángeles que giraban lentamente encima de la cuna, brillaban con la luz del sol. Cas acerco su mano a pocos centímetros del pequeño cuerpo, sin llegar a tocarlo. Inspecciono la salud y los signos vitales del bebé como lo hacía cada mañana. Todo estaba bien. Aparto los mechones rubios y beso su frente. Jack suspiro entre sueño pero no despertó.

El ángel siguió su camino por las escaleras, encendiendo la cafetera al llegar a la cocina. Verifico el frente de la casa por la ventana, concentrándose en los alrededores por si sentía la presencia de cualquier tipo de criatura. Despejado.

Se colocó el calzado de casa que jamás se acostumbraría a llevar y Salió al jardín, reponiendo el alimento para las aves del comedero. Verifico nuevamente los alrededores de la casa y volvió a entrar por la puerta trasera.

Reunió los ingredientes para los panqueques y preparo los suficientes para Kelly, y dos pequeños para Jack. Un llanto desconsolado interrumpió su momento de servir el jugo. El pequeño rubio se inclinaba sobre la cuna, estirando sus bracitos al ver aparecer a su padre.

- Buenos días. – Alzo al bebé y aquieto su llanto.

- Buenos días, ángel. – Respondió la voz adormilada de Kelly detrás de él.

Con el cabello despeinado y su camisón cubierto por la bata de dormir más invernal que había encontrado en la tienda, mamá se había levantado lo más rápido posible para acudir a su hijo. No más rápido que Castiel.

- Preparare el desayuno. – Dijo en un hilo de voz.

- Ya lo hice. –

Joder, Cas era un verdadero ángel. Kelly bajo las escaleras y lo único que faltaba era servir el jugo. Jack reía bajando las escaleras en brazos de su padre, que lo sostenía para que pareciese que volaba. Extendía sus bracitos lo más posible y, Kelly no podía verlo, pero agitaba sus alitas descoordinadamente.

El ficticio vuelo término con un beso en la mejilla de mamá. Jack fue sentado en su sillita para comer, con el desayuno de bebé servido y dos panqueques pequeños extras.

- Sera obeso si lo seguimos alimentando así. – Bromeo mamá viéndolo devorar desesperadamente el extra concedido.

- Es un nephilim, su saciedad es poca. – Tranquilizo Cas. –

Y entonces, una duda surgió en Kelly.

- Jack es mitad ángel, ¿Pero cuánto podría llegar a comer un ángel?

- Cuanto quisiera. – respondió con tranquilidad mientras obligaba a Jack a dejar los panqueques y probar el resto. – Una vez llegue a comer más de 300 hamburguesas, no sé porque la gente se sorprende.

Kelly lo miro estupefacta, eso era muchísimo. Pero Cas creía que poseía más habilidades extraordinarias mejores que comer infinitamente.

- Pues olvidemos los ahorros para la universidad, necesitaremos dinero para alimentarlo. – Fuera de broma, ella decía esto muy en serio.

Luego del desayuno, mamá llevo a Jack a dar un paseo afuera, bajo la supervisión del ángel a cierta distancia. Kelly creía que su pronto caminar, comer y desarrollo de la personalidad, les faltaba el habla. Su bebé solo balbuceaba por mucho que entendiera todo y le parecía extraño, ya que Cas había dicho que no tardaría mucho en su primera palabra.

- Jack, ¿Puedes decir "mamá"?. – Miro al pequeño entre sus brazos, que intentaba imitarla sin mucho éxito. – Ma-má pronuncio lentamente para darle tiempo.

Lo intento un rato sin mucho éxito, su próxima prueba seria devastadora. Intentaría con "papá" pero eso le quitaría el privilegio de ser la primera palabra de su hijo.

- Di "pa-pá" – Jack la miro confundida, reproduciendo el gesto que Castiel siempre hacia. – "Pa-pá" – Señalo al susodicho en la puerta de la casa, para que el bebé entendiera.

Jack miro hacia donde señalaba y volvió su mirada a su madre. Levanto su bracito, indicando a su padre.

- Ángel. – Pronuncio con la mejor dicción posible en un bebé.

La sorpresa inundo a Kelly. Pues siendo lógicos, tenía sentido. Kelly llamaba "ángel" a Castiel más veces de la que se dirigió a él como "papá". Y si bien, Jack sabía quién era su padre, llamarlo "ángel" era más correcto para él.

Cas se acercó, habiendo presenciado lo sucedido. Orgulloso de ser la primera palabra de su hijo, de la forma en que ninguno de los dos se lo esperara.

- ¡Ángel! – Grito Jack al verlo cerca.

Ambos padres rieron. Lleno de panqueques extras, ángeles y amor, Jack crecería bien y a su tiempo. 

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