Empezó a llover copiosamente y Snape no hizo el menor esfuerzo por cubrirse de la lluvia que lo empapaba.
Detuvo su andar cuando ya había perdió de vista la casa. Sacó el reloj y lo sostuvo frente a sus ojos por un momento.
-Dime ¿Qué tengo que hacer? , dame solo una señal y yo ahí estaré.- las manos le temblaban por el frio y su ropa estaba empapada.
-¿Quieres que vaya con Dumbledore?- el reloj permaneció oscilante frente a su mirada, pero nada especial pasó.
- Está bien ¿Y si voy con Lily? - hizo una breve pausa, nada ocurrió- Snape soltó el maletín y se postró de rodillas en medio de la calle despoblada la cual empezaba a inundarse por la intensidad de la lluvia.
El cabello se le pegó a la cara y empezó a respirar con dificultad, tratando ahogar los hipidos. Se desconocía, y a la vez, sentía muy suya aquella desesperación.
Dejó que la cadena del reloj se deslizara a través sus dedos hasta desprenderse de ellos, cayendo al agua que corría cuesta abajo, más aún, el reloj no fue arrastrado por la corriente.
Había algo quemando la garganta de Snape, como un tragó de ron que se niega a avanzar, llenándole de fuego el pecho. Con los puños cerrados y mirando al oscuro cielo gritó tan fuerte que los oídos le quedaron zumbando por varios segundos.
Gritó como nunca lo había hecho en toda su vida.
Extraña forma de explotar, tardó un poco en comprender lo que había desencadenado su furia y frustración; era todo y nada a la vez.
Jacobo Iverllands había sido el detonante; esa era su función, ser insoportable a la máxima potencia. Pero aquel grito provenía de su eterna desolación porque extrañaba a Lily, no a la Lily que había estado casado con él y que lo había dejado sin mas, sino a la de su anterior vida, porque la del presente era solo un espejismo para él que solo se convertiría en realidad cuando supiera la verdad, solo así podría abrazarla y decirle que lamentaba ser un maldito cobarde, que él también había muerto el día en que ella murió. Necesitaba tanto oírla decir que lo perdonaba.
Snape deseaba contarle lo mal que lo había hecho, aun cuando intentaba hacer el bien.
Después de gritar el dolor fue convirtiéndose en adormecimiento dejándolo sin fuerzas para levantarse, mientras tanto el reloj seguía dentro del agua.
A lo lejos se escuchó el aullido de un lobo haciendo que algo despertara en sus recuerdos.
- Remus Lupin, hombre lobo y… guardián de El Elegido- el reloj destelló traspasando el agua y Snape en seguida lo tomó.
- Al fin entiendes que solo no puedes. Pero si quieres su ayuda deberás ayudarlo, solo de esa forma se cumplirá la profecía. – la voz que provenía de la reliquia era la de la Muerte.
-Dime ¿Qué debo hacer? ¿De qué forma puedo ayudarlo¿- dijo Snape condescendiente.
-Sálvalo de su miseria, haz que su condena se vuelva a tu favor, tienes el poder solo debes aprender a usarlo.- la luz dorada desapareció-
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La Cuarta Reliquia, Una Oportunidad Para El Príncipe. TERMINADA.
FanfictionSeverus Snape esta a punto de concluir su misión en la historia de Harry Potter, pero heredar un antiguo reloj le complicará la vida. Un giro inesperado que le ofrece la Muerte, una segunda oportunidad para enmendar sus errores pasados.