9. Mortifagos En Hammersmith Parte 1.

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- ¿Y  ella  quién  es?-  preguntó    Lupin  reclinado  sobre  el  marco  de  la  puerta  de habitación.

-No te incumbe.

-Oh tienes  razón ¿Por  qué  debería  importarme? Imagino que prefieres que ignore las graves  heridas y la sangre por doquier, sin obviar la posibilidad de que haya  gente  perversa   buscándola, de no ser así la hubieras llevado al hospital.- 

Le  reprochó  Lupin con sarcasmo, pero Snape  dejó  de  prestarle  atención  al  hombre  lobo   y se concentró   en murmurar  un  conjuro, el cual cerraba  poco  a  poco  la  herida que tenía la chica en el abdomen, había perdido tanta sangre que ahora se encontraba inconsciente. 

Las  cortadas  del  antebrazo  izquierdo  eran más graves y espeluznantes,  aquello parecía un intento de desmenuzarle  la  carne.

-¿Quién crees  que  le  pudo  hacer  esto?- preguntó Lupin intrigado por la apariencia de las heridas.

-Creo que ella misma lo hizo.  Al  parecer  intentaba  escapar  de algo que es peor  que  la  muerte. ………………………………………..........

Habían  pasado  tres  días  desde  que  Snape  encontró a  Amelia  Roth. 

Las  heridas de la joven  habían desaparecido, pero parecía que sus emociones no sanaban del todo pues no  había  pronunciado  ni  una sola palabra  desde  que  llegó a  casa  del hombre lobo.

-Creo  que  no  te  quedará  cicatriz-  comentaba  Snape  quien se  encontraba cerca de Amelia, sentado  en una  silla  de  madera, le   vendaba  el  antebrazo  izquierdo,   mientras ella estaba sentada frente a él en  la  orilla  de la  litera.

La bruja tenía la  mirada apagada  y  distraída y aquello no dejaba de inquietar a Snape.

-Existen  cicatrices  en el alma  que  duelen  más  que  las heridas en la carne ¿Crees  poder borrarme  esas,  Severus?-    la  voz  de  Amelia  sonaba  ronca  por  el  prolongado  mutismo.

Snape  tosió  un poco  para   disimular  la sorpresa que le produjo el escucharla hablar repentinamente.

-Si me contaras  lo  que  pasó ese día tal  vez  pueda  ayudarte-  le  ajustó  un  pequeño  nudo    al  final del  vendaje.

-Leí  tu  expediente,  pensé  que  los  de  la  casa  de  Slytherin  eran  lo  suficientemente astutos  para  no  meterse  en  los  problemas  que  no  les  incumben.

Ellas  se  puso  en  pie y  caminó  con  paso lento  hacia  la  ventana  acariciando  su  brazo  vendado,  Snape  se  giró en  su  silla  para  continuar  viéndola.-  es  extraño-  dijo  mirando  de  perfil  al  horizonte  a través  de  la  ventana-  vine  desde  Nueva  York  para  conocer  el  lugar  donde  nací, quería  averiguar  que  le  había  ocurrido a  mis  padres,  ¿Por  qué  me  habían  dejado sola en  esa  mugrienta  casa  junto  al  pantano  cuando  era  apenas    una  recién  nacida?  Ahora dudo que  esa  historia  sea  cierta,  toda  mi  vida  me  parece    una  mentira- 

Snape  permanecía callado y atento a lo que la joven decía.

-¿Puedo  pedirte  un  favor,  Severus?-  Snape  movió  los  labios  para  decir algo,  pero se  arrepintió  y solo  asintió.  

- No  vuelvas  a  comportarte  como  un auténtico mal  nacido  conmigo,  ahora que  tengo  un  buen concepto de ti no  quiero  arrepentirme de  ello-

La Cuarta Reliquia, Una Oportunidad Para El Príncipe. TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora