12. MORTIFAGOS EN HAMMERSMITH PARTE FINAL.

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Lily se quedó junto a la ventana esperando a que Severus apareciera.

Minutos más tarde lo vio subiendo la colina y a Dossy corriendo a su encuentro. Cuando este dirigió su mirada hacia la casa Lily lo supo. No era Severus.

-Remus, debemos irnos- dijo ella con voz cautelosa. Lupin se apresuró a acercarse a la ventana.

-¿Qué sucede?

Ese no es mi esposo, tenemos que irnos.- le respondió Lily mientras observaban al hombre avanzar con paso desgarbado y mirada inquieta.

-Tranquilízate. Dame tu varita- Lupin olfateo el aire como si fuera un perro de caza- no viene solo, al menos hay tres más ahí afuera  y trae consigo a...- Remus se estremeció ante la idea- Fenrir Greyback.

Con la varita de Lily invocó su patronus para enviar un mensaje urgente a Dumbledore con la esperanza de que éste alertara a los miembros de la orden que protegían el secreto de la profecía.

-Será mejor que salga- dijo Remus con voz decidida.- quédate aquí, enviaré a la elfina para que te ponga a salvo.

-Quiero ir contigo, si me separo de ti, aunque sea un instante, los otros entraran por mí. Debemos hacerles creer que no sospechamos nada, hasta que los de la Orden estén aquí.- ella se sujetó al brazo de él y empezaron a salir.

Lupin ocultó la varita de Lily en su bolsillo y sus dedos hallaron el frasco de cristal. Aquel hallazgo no lo tranquilizó ni un poco.

-Así que al fin el terco Snape se dignó a visitar su propia casa- dijo Lupin en voz alta agitando su mano en el aire a modo de saludo, en tanto el falso Snape caminaba con paso decidido hacia ellos.

-Me alegro de verlos- dijo el usurpador con una sonrisa sosa en los labios- vine porque necesito hablar con mi esposa. ¿te importaría dejarnos a solas?- Lupin sacó el frasco y bebió todo el contenido amargo. El estómago le empezó a doler y el resto de su cuerpo se sentía como si miles de abejas le hubieran clavado su aguijón, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no retorcerse. Y de pronto el dolor se detuvo.

-¿Qué demonios acabas de tomar?- por el gesto hosco de su rostro Lupin pensó que era la primera vez que el impostor se parecía a Snape, excepto porqué el verdadero si sabía lo que contenía el frasco.

-Poción mata pulgas, tú mismo me lo diste.

-Ah sí. Te gustaría caminar un poco, Lily- el falso Snape la sostuvo de la mano, pero ella no avanzó ni un paso soltándose de inmediato.

Lupin se interpuso entre ella y el doble de Severus.

-No quiere ir contigo amigo, será mejor que vuelvas, no sé, ¿el próximo año? Dossy acompaña a la señora a la casa.

- Me temo que eso no será posible querido, nadie irá a ningún lado- dijo la voz de una mujer detrás de ellos. Se trataba de Bellatrix Lestrange que sostenía a Lily por la espalda, clavándole su varita en el cuello mientras tronaba su lengua con el paladar haciendo un sonido desaprobador.

Lupin era consciente de lo sádica que podía ser la mortifaga.

-*Severus, maldito arrogante ¿dónde estás?*- pensó Lupin y a su preocupación se agregó el hecho de ver llegar a Greyback y al esposo de Bellatrix.

Lupin que se había olvidado de la poción que bebió, volvió a recordarla. Se observó las manos que se tornaban grandes y velludas a voluntad.

-Y ¿Qué piensas hacer Bella? matarla no te asegurará haber acabado con el niño, tendrás que descuartizarle la barriga- le decía Greyback con malicia.

La Cuarta Reliquia, Una Oportunidad Para El Príncipe. TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora