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Hace mucho tiempo atrás en el reino de las hadas hubo una princesa mestiza, mitad hada, mitad demonio

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Hace mucho tiempo atrás en el reino de las hadas hubo una princesa mestiza, mitad hada, mitad demonio.  No muy lejos de allí había otro reino, un reino de humanos en dónde su príncipe era amado y reconocido por su benevolencia y gran corazón, su destino estaba entrelazado e iban a encontrarse aún si no fuese en la misma vida.

La princesa que ahora tenía a dos hermanas estaba cuidando de la fuente, ella era la guardiana de la fuente de la vida eterna, el lugar sagrado de las hadas, aquello que daba la vida al mismísimo bosque.

La princesa estaba leyendo su libro favorito, era aquel en que un galopante príncipe iba a robarse a la princesa porque había quedado cautivado por su belleza, estaba a punto de terminarlo cuando notó que había otra presencia en el árbol donde se encontraba la fuente.

-Si no quieres morir más vale que seas educado y te presentes, intruso- exclamó la heredera del trono con el ceño fruncido.

-Lo siento, no fue mi intención asustarte-

-¿Asustarme? Que buen chiste, los humanos tienen un buen sentido del humor- dijo la que poseía un cetro en su mano mientras contenía las lágrimas de risa.

-¿Quién eres, qué quieres y cómo llegaste aquí?- dijo la chica de una forma tan seria que bien podría parecer bipolaridad.

-Me llamo Dan, soy el príncipe de aquél reino- dijo el chico de cabellera negra para luego señalarle al hada el castillo que estaba más allá del bosque de las hadas. -Quiero pedir  una audiencia con la guardiana de la fuente de la vida eterna porque quiero beber de la copa- dijo el príncipe con una sonrisa.

-La guardiana esta ante tus ojos- dijo la chica de cabellos castaños y ojos miel. -pero no te dejaré beber de la copa hasta que me digas tu razón y esta me convenza- prosiguió a decir la chica de pechos grandes.

El chico sorprendido se arrodilló frente a la guardiana y dijo -Oh hermosa guardiana, pido beber de tu fuente para ser eterno porque mi vida ha tenido desgracias y quiero durara lo mismo que el tiempo mismo para cambiar mi destino- dijo de forma educada el joven.

-No- esa fue la respuesta que salió de los rojos labios de la chica.

-¿por qué?- preguntó Dan.

-Tú crees que siendo eterno tu vida mejorará pero dime algo, ¿qué pasa si no hay nada más? ¿qué sucede si lo único que encuentras es más dolor pero por un tiempo más largo? - dijo la guardiana dejando a un anonadado príncipe puesto que la princesa de las hadas tenía razón.

-¿Cuál es su nombre, majestad?- preguntó el chico de ropas rojas.

-Evangeline- exclamó la chica con una sonrisa.

...

Habían pasado siete años desde que Evangeline y Dan habían anunciado su compromiso puesto que tal como pasaba en el libro, el joven había quedado cautivado con la princesa, deseando poder robarla y llevarla a su castillo para que en su amor eterno se hicieran uno, pero como en todo cuento había una villana, en este caso fue la medio hermana de Evangeline, Zora.

Zora hace unos años atrás se había enamorado del príncipe que amaba a su hermana, al ver que su amor jamás sería correspondió decidió destruirlo todo pues estaba harta que sus dos medio hermanas por parte de padre: Evangeline y Helena se llevaran siempre todo lo bueno solo porque en su sangre sí había magia de luz, caso contrario al caso de ella puesto que ella era mitad humano, mitad demonio.

Zora al verse cegada por la ira decidió atacar el reino de sus hermanas, inició por matar a Helena, luego siguió por masacrar a cada hada que en el reino se encontraba, esto lo hizo invocando golems que ella misma había creado con la herencia maligna que el padre de las hermanas había dejado.

Elaine batalló e hizo todo lo que estuvo en sus manos pero no logró salvarlos, justo cuando pensó que todo había acabado vio como el golem había tomado a su amado en mano para intentar traspasar su corazón con la  garra que tenía en mano, la  princesa al verse desesperada liberó su marca demoníaca, destruyendo al golem y salvando a su amado.

Cuando todo parecía en paz, la chica pudo sentir como el cuerpo de su amado se unía al de ella por la espalda y  no era por un abrazo de victoria precisamente, era porque Zora había lanzado una estaca al cuerpo de ambos, dejándolos clavados al lado de la rama en dónde la copa de la vida eterna descansaba.

-Hermana, ¿por que haces esto? Decía una muy triste y débil hada.

-Sencillo hermana, te odio, quiero que sientas lo que yo vivía siempre, quiero verte retorciéndote de dolor porque haz perdido todo lo que amas- dijo con sorna Zora para luego quitar la daga con su magia e irse creyendo que su hermana y su amado estaban muertos.

Evangeline como pudo se arrastró hasta la copa y la llevó hasta su prometido diciéndole que debía beberla, cosa que según ella había hecho pero grande fue su sorpresa cuando sintió una presión húmeda en sus labios, resulta que Dan le había dado de beber el agua de la fuente en ese fugaz beso, otorgándole la vida eterna a su amada mientras que él se sentenciaba a una vida en la necrópolis.

-¿P-por qué lo hiciste, Dan?- preguntaba entre lágrimas Evangeline.

-Porque te amo. Este es mi regalo de bodas, empieza de nuevo, vive la vida por parte de ambos, sé feliz y enamoraré de nuevo- fue lo último que pudo pronunciar el ahora difunto amor de la princesa.

-Jamás me enamoraré, Dan, mis votos son tuyos, te amo como a nadie. Prometo, te prometo que algún día encontraré la forma en que tu vuelvas y seamos felices- exclamó la chica entre sollozos.

Aplausos, ¿quién demonios aplaudía en un momento tan triste? Sencillo. Zora.

-Que hermoso, casi se me salen las lágrima hermana- dijo entre risas la hija del demonio menor.
-Para que veas lo buena que soy, te ayudaré a encontrarte con tu amado- dijo Zora para luego elevar sus brazos y hacer que su marca demoníaca tomara posesión de ella.

-Muy bien, hermana, aquí esta tu regalo- fija la ahora extraña criatura violeta que estaba en lugar de su Zora.

-Evangeline, la reina de las hadas, a partir de hoy yo te maldigo, al ser eterna tu vida y largas tus penas, yo te sentencio a encontrarte con el amor de tu vida en las diferentes eras y vidas que a partir de ahora transcurran; en todas ellas lo verás morir justo como ahora sucedió- gritó Zora para batir sus alas y cerrar el conjuro con un peculiar rayo.

La ahora reina de las hadas se levantó de su shock liberando así su marca demoníaca, convirtiéndose en un híbrido mucho más poderoso que su hermana, logrando así vencerla y destruirla de una vez por todas.

La cansada chica cayó al suelo y pronunció en un susurro el nombre de su amado para luego caer inconsciente.

...

Su cabeza dolía como el infierno, estaba asustada y había recordado todo, su reino, su familia, su querido Dan. La chica estaba encadenada y a punto de ser sentenciada por el rey de Lionés en aquel entonces.

-Evangeline, la guardiana de la fuente, reina de las hadas y santa del bosque, se te acusa de traición hacia tu reino, de ahora en adelante serás conocida por tu pecado, de ahora en más serás el cuervo de la traición- sentenció el rey para luego encerrarla en el calabozo hasta que la profecía se cumpliera y existieran más pecados capitales.

Esas es la historia de Evangeline, la reina de las hadas, el primer pecado capital, la mestiza que perdió al amor de su vida.

La reencarnación de nuestro amor... (Ban y tú)(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora