Todos los demonios miraban a Evangeline encargarse de unos veinte soldados humanos, hasta que su risa malévola se hiciera presente.
- vamos, así no es divertido - cruzó sus brazos - les propongo algo, díganme quién esa su general y los demás se irán sin un rasguño.
- Evangeline - llamó Meliodas.
- ¡Silencio! - lo vio con sus ojos rojos y sin vida - ¿Y bien?
- Jamás venderemos a nuestro rey - todos los soldados restantes bajaron las armas menos uno.
- Ustedes no me venderán - caminó al frente uno de los soldados - yo me entregaré - dijo quitando su armadura, precisamente la parte que cubría su cabeza.
Evangeline estaba anonadada, era él, estaba ahí frente a ella, su dulce y lindo Dan había vuelto y la había encontrado.
- Dan - susurró dejando que la luz y la vida volvieran a sus ojos, pues su corazón anhelaba abrazarlo y pedir perdón, ojalá su boca hubiese pronunciado esas palabras con amor y no la sentencia - Mátenlos - sonrió viendo fijamente al de ojos rojos, la única facción que no cambia entre tantas reencarnaciones.
Por su lado, el chico veía todo en un estado de shock, estaba manchado de sangre, la sangre de sus compañeros lo cubría.
- Monstruo - susurró - ¡Eres un monstruo sin palabra! - enfureció e hizo que Evangeline entrara en razón y volviera a ser el demonio que era.
- Te equivocas - hizo señas con su mano para que los demás se retiraran y así fue, todos se fueron, los mandamientos, los jinetes y su amado Zeldris. - Soy un demonio - miles de sombras rodearon su cuerpo y apretaron su cuello al punto en que sus ojos estaban muy rojos por falta de aire. - Pero también soy un hada - lo besó con cariño - Lo lamento - soltó al humano.
- ¿Debo confiar en ti?
- No, pero no tienes otra opción, ellos creerán que moriste y no puedes salir de aquí, nadie sale sin que nuestro señor lo permita.
- ¿Me estas ayudando?
- Hago que me debas un favor - incendió los cuerpos de los caballeros. -Ahora sígueme - lo llevó hasta una vieja casa en las afueras del reino.
- ¿Qué es este lugar?
- Era el lugar en dónde mi padre escondía a mi madre - dijo sin emocion alguna y se fue dejándolo ahí, completamente solo.
Ella volaba hasta el castillo, en donde dió el informe de muertes, agregando a un soldado que jamás murió.
- Tan eficiente como siempre. Puedes retirarte. - ella cumplió y con los pensamientos hechos nudo, decidió ir a la habitación de Zeldris a plena luz del día.
- Maestro Zeldris - llamó a la puerta y entró.
- Evangeline - se enfado el de cabellos negros - ¿Estas loca? - vio como ella se acercaba y unía desesperadamente sus labios.
- Sí, loca por ti - susurró mientras tomaba la mano de su amado y la ponía en sus pechos para apretarlos.
- Espera. - ella no se detenía y tocaba el cuerpo de su amado con fervor.
- Evangeline - la llamó pero esta le ignoró y se arrodilló como si a rendirle tributo a algún santo fuera.
- Ah, Ev... Evangeline - decía con dificultad Zeldris - ¡Basta! - la empujó para que esta se detuviera pero al ver su rostro sonrojado y un hilo de baba mezclado con su semen, Dios, él no era tan fuerte para resistirse a esa imágen, así que la tomó nuevamente y entro en lo más profundo de sus labios, esos que dentro de poco gritarían su nombre.
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La reencarnación de nuestro amor... (Ban y tú)(terminada)
Fanfic¿Crees en la reencarnación? pues en esta historia de los ocho pecados capitales y aquí encontrarás la trágica historia de dos amantes que vieron morir al amor de su vida pero con el paso de los años se reencontraron junto con las respuestas a las in...