¿Crees en la reencarnación? pues en esta historia de los ocho pecados capitales y aquí encontrarás la trágica historia de dos amantes que vieron morir al amor de su vida pero con el paso de los años se reencontraron junto con las respuestas a las in...
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Evangeline caminaba hacia la salida del bosque pues necesitaba pensar en todo lo que pasó, necesitaba ordenar sus ideas y por extraño que pareciera lo único que lograba era sentirse vacía, ese vacío que sintió cuando lo perdió todo aquella noche.
-Me pregunto- quitó su capucha y vio unas flores que se marchitaban por el calor y las arregló. -¿Por qué siento esto?- tocó instintivamente el broche rojo de su pecho y notó que no estaba.
-¡Ah!- gritó mientras chasqueaba sus dedos para hacer un hechizo de rastreo y veía una estela de luz dorada guiarla.
-¿Lena?- despertó King para buscar a su amiga pero recordó que se había ido. Justo cuando disponía a irse encontró el broche de la reina de las hadas en el suelo y decidió tomarlo para devolvérselo cuando se volvieran a ver, King se fue al centro del bosque con Jericho y de pronto unas pisadas se hicieron presentes con unos gritos de miedo por parte de sus súbditos.
-¿Qué demonios es eso?- decía con miedo Jericho.
-Es un golem- decía King anonadado -¡Corran a refugiarse!- ordenó para atacar al gran golem con Chestifol.
King peleaba con el mientras los demás corrían y volaban golpeando a Jericho y sin darse cuenta un gran trozo de árbol se dirigió hacia ellos con una amenaza latente de aplastarlos, el árbol se acercaba pero el impacto nunca llegó pues la de cabellos violetas lo detuvo con su magia y lo regresó hacia el gran demonio.
-¡Jericho, ve por el Zorro!- ordenó mientras volteaba su mirada hacia la pelea de King y veía como la estela se desaparecía mostrando que King tenía el broche y justo cuando desapareció un ataque de luz se dirigió a King y no había posibilidad de que lo esquivara.
-¡No!- gritó de manera exasperada y por arte de magia una gran onda mágica azul apareció y detuvo el tiempo; rápidamente Evangelina voló con sus grandes y bellas alas hacia donde se encontraba su compañero y lo sacó de enfrente del ataque para que el tiempo siguiera sus curso pero de manera más lenta.
-¿Lena?- le abrazó- Pensé que te habías ido- sonrió y luego vio las alas de la chica y como todo se movía de manera lenta -¿Qué es esto?-
-El broche, el ataque iba para ti y el tiempo se detuvo- extendió la mano para que le devolviera el broche. -Ahora, acabemos con ese demonio- movió la tierra que estaba ahí y un tornado se hizo alrededor de ella para poner su armadura de caballero sacro, esa armadura rosa que hace mucho confeccionó una réplica exacta para Jericho.
-Tienes...tiene alas- El castaño veía pasmado como la luz traspasaba sus alas y se veía magnífica pues con su armadura parecía un arcángel.
-Así es pero eso es lo de menos, Oso.- sacó su cetro y lo apuntó al demonio- hay que defender nuestro reino- sonrió y se dirigieron al ataque para que Lena con su viento lo desviara y luego aplaudiera para que todo tomara su curso correcto.
