Capítulo 13 “Venecia 1, Luke 0.”
Venecia
Blanco, mis pensamientos estaban en blancos, no sabía que pensar o cómo reaccionar, no sabía si estaba soñando y de hecho creo que me había olvidado de respirar o caminar. No me di cuenta si no hasta que llego Caroline a mi lado, que fue cuando solté el aire que estaba conteniendo.
Estaba en problemas, en serios problemas…
Me gustaría creer que Luke era como el dicho “Perro que ladra no muerde”. Pero era mentira, era una completa mentira, pude ver la rabia en sus ojos, su rostro estaba duro y sin alguna expresión que mostrara que era humano.
A vece realmente me llego a preguntar cómo es que un tiempo había estado enamorado o tenía un “crush” con Luke. Si señores, lo tuve.
Oh, claro que lo sé.
Era demasiado pequeña en ese entonces, tendría unos 14 o 15 años. En mi mente a esa edad la vida era un cuento de hadas, o por lo menos para mí lo era. Obviamente no creía en la idea de que un día llegaría un príncipe con un castillo y me pediría matrimonio a los dos días de conocernos.
Eso nunca pasaría.
Pero si creía en las almas gemelas, porque era lindo pensar que en algún lugar de este fracaso de mundo, habría alguien hecho para ti, como una mitad tuya y que juntos se complementarían. Creía en el amor a primera vista, que cuando conocieras a una persona y sus miradas se cruzarán, se quedarían flechados para siempre, o sencillamente desde ese día sabía que debían estar juntos. Y sobre todo creía que el amor era para siempre, creía que el amor era la respuesta a todo, creía que con amor una relación podría durar para siempre y amaba la idea de que todo el día estuvieras como un bobo con una sonrisa que no la quita nada ni nadie o que sintieras –no mariposas- sino dragones en tu estómago.
Pero con el tiempo me di cuenta de todas esas cosas eran mentiras.
Quizás podrías tener un alma gemela, pero esto no significaba que serían correspondidos el uno al otro o que estuvieran destinados a estar juntos. Y que el amor a primera vista no existe, es solo atracción física o sexual. Y más aún, me di cuenta de que el amor no es para siempre, que en cualquier momento cualquier cosa puede llegar como un remolino y arrebatarte lo que más quieres y que el amor no es suficiente para mantener una relación, se necesita confianza, madurez, responsabilidad entre muchas otras cualidades. Dicen que sin amor no puede haber confianza o cosas parecidas, pero sin confianza tampoco puede haber amor, por lo menos no del duradero. Que cuando sonreís a veces llegabas a parecer un psicópata loco con algún trastorno y que a veces podrías vomitar esos dragones/mariposas.
Pero lo más absurdo de todo esto, es que creía imposible que apareciera un príncipe en mi puerta con una zapatilla en la mano pero nunca creí posible todas aquellas cosas que acabo de nombrar.
Pero al fin de cuentas, esa es una etapa de la vida, donde maduras y aprendes a ver las cosas como son. Y que nada en este mundo es para siempre, y aunque hagas hasta lo imposible, siempre estarás rodeado de enemigos y cosas más falsas que la olla de oro al final del arcoíris.