Capítulo 7 “Tráfico en New York”
Venecia
A decir verdad hoy iba a ser un espantoso día, sin contar lo que paso en la mañana y lo que pasará hoy en la tarde, si bueno después de pensarlo y meditarlo unas 58 veces –Mario las conto- decidí por presentarle Luke y Valerie a mi madre en una cena en el restaurante Friday’s, ¿Qué? No necesitábamos nada formal, solo era presentarlos, una pequeña conversación y el adiós. Todo fácil y con respecto al viaje, bueno solo tendría que ignorar a Luke y la pasaría de maravilla.
Caroline y Mario irían, ya que ellos también van en el viaje, mi madre quiere asegurarse de unas cosas, genial ¿no? Tener 24 años y que tu mama todavía decida si iras a un lugar o no, patético.
Yo había tomado una ducha y me estaba vistiendo, me decidí por unos pantalones negros y una blusa roja acompañada de unas botas negras, mis labios rojos y lápiz de ojos, con una simple cola de caballo.
Últimamente había meditado mucho sobre el tema de Luke, lo que había pasado en el pasado no importaba ahora, solo queda seguir adelante y ya, después del viaje él se ira por su camino yo por el mío, no nos veremos nunca más y yo volveré a mi normal vida y todo volverá a su lugar, fácil.
Si, sigue soñando Venecia, tranquila que no cuesta nada. Mientras sepas cual es la realidad ;).
¿Tú de nuevo? Eres molesto en serio, deberías llamarte Mrs. Molesto.
Molesta nena, soy una tú, pero más madura y realista.
Seguro.
Bien, no tenía miedo de presentarles Luke a mis padres. El problema era Luke, verlo de nuevo. Es horrible, su presencia respetuosa ante todos y su aire de superioridad, me tiene verde. Verlo es como si estuvieras en el desierto muerto de sed y deshidratado y de repente te acuerdas de que tienes un termo lleno de agua, pero al abrirlo te encuentras con un alacrán negro. Irritante y catastrófico. Irritante ya que en ese momento te hiciste la ilusión de que estaba lleno de agua y de repente te das cuenta que solo hay un horrible animal ahí. Catastrófico de manera que lo que puede pasar es que el espantoso animal salte de ahí y te pinche, sería el fin. Al menos que corras lo más lejos posibles y te sigas deshidratando. E aquí el problema. Yo no puedo irritarme ya que eso haría sospechar a mi madre y las cosas empeorarían. Y si hablamos de correr, bueno yo no puedo correr/evitar a Luke, no en estos momentos cuando se supone que dentro de unas 2 semanas estaremos viajando juntos, con nuestros amigos. Fingiendo ser los mejores amigos felices por siempre.
Ugh. De solo pensarlo me da escalofríos.
-¿Estas lista? –me pregunta Caroline asomándose en la puerta, yo solo le hago una señal que en unos momentos salgo y me veo en el espejo, mi cabello color castaño oscuro/chocolate está atado en una cola de caballo, lizo y al final se hacen unas pequeñas ondas. Sí, mi cabello era algo extraño. A veces amanecía liso con ondas, otras era un completo desastre y días como hoy, se formaban unos lindos rizos en la parte baja de mi cabello y la parte de arriba queda lisa.
Me parecía un poco a mi madre, pero no tanto, ella tiene unos hermosos ojos azules, su cabello era muy parecido al mío, pero el de ella llegaba por los hombros –el mío llegaba un poco después de la cintura- y el de ella es un poco más claro, sin contar sus curvas, que para tener 40 años parece de 30. Yo en cambio, no era tabla de Surf, pero tampoco tenía el cuerpo de una de las modelos de Victoria’s Secrets. La nariz de mi madre era muy fina y sus pómulos notorios, al igual que los míos. Me gustaba mi cuerpo, aparte de que mis pechos eran copa C llegando a D y si, eran naturales. Estoy profundamente agradecida a mi mama por eso.