The Witch [PAUSADA]

IX

Sombras. Los oscuros pasillos del gran Palacio de los O'Duin emitían un oscuro resplandor cuando se erguía la luna.
Anna se percató de una sombra por el rabillo del ojo.
--Padre--exclama--me has asustado.
--¿Qué haces aquí a tan altas horas de la noche Anna?
--Yo...
Reece suelta una carcajada seca.
--Lo mejor será que vayas a tu habitación y dejes tus fantasías de última hora para más tarde. Estás castigada sin salir del Palacio por una semana.
--Pero padre...
--¡No me repliques!--el golpe inunda los pasillos vacíos y produce eco junto con la voz grave de Reece.
Una vela amenaza con caerse de una cómoda por unos segundos y Anna cierra la puerta de su habitación detás suya.

--Ese imbécil tiene que dejar de pegarte de esa manera.
Anna se sobresalta.
--¿Quién eres? Sal de donde quiera que te encuentres--demanda la chica con ojos llorosos.
--Tranquila,--dice él--no te haré daño.
--¿Dónde... dónde estás?
--Aquí--le sobresalta tocándole el hombro a Anna.
Ella se da la vuelta, encontrándose con un chico, algo más mayor que William, complexión atlética, el pelo castaño oscuro algo alborotado pero peinado hacia atrás no llegaba a tocarle los hombros.
Y unos ojos de un color verde esmeralda observaban a la chica algo más calmada.

Por alguna razón, Anna no se sentía rara, todo lo contrario, sentía como si conociera a ese chico de toda la vida.

--Es un placer conocerte Anna, llevaba mucho tiempo deseándolo, me llamo Jack.
--¿Cómo...?--. La chica aún estaba algo perpleja.
Jack se ríe.
--Tu madre ya me avisó de esto.
--Espera, ¿mi madre? ¿De qué conocías tú a mi madre?

Él contempla una mirada de esperanza en Anna y sonríe.
Pasea un segundo por la habitación y antes de comenzar su relato se sienta en la alfombra de piel de oso a los pies de su cama.