Lo que puede hacerme una palabra tuya (Editando)

cap 5

Annie se tuvo que inclinar para tomar de su mochila su cuaderno de historia, ya que sería la primera clase de la mañana, no le gustaba tanto la materia, pero el inicio de su día hizo que se sintiera capaz de superar cualquier materia. Al levantarse miro aquel pasillo con una sonrisa y camino sintiéndose segura. No entendía por qué, pero desde que había llegado a esa escuela la miraban de manera... diferente.

Le dejo de importar todo por como inicio el día, aunque se sentía algo ridícula, porque le daba algo de vergüenza que un par de cosas simples la hacían sentir feliz. Estando ya en el patio de la escuela, se detuvo cerca de uno de los postes de basquetbol para mirar todo desde allí. Estaba disfrutando la vista cuando sintió como alguien choco bruscamente con ella, se giró para saber de quién se trataba, pero fue mala idea. Valeria estaba acomodándose la playera de la escuela, lo cual hacía que no pudiera verla a los ojos, y fue mejor así.

Sintió tanto pánico dentro de su frágil cuerpo que solo se le ocurrió voltearse y caminar hacia cualquier otro lado, aunque alcanzo a escuchar cuando Valeria le dijo:

—disculpa, no sabía que estabas...

Y de pronto se detuvo, tal vez haya sido porque la vio lejos o porque la reconoció, sea cual fuera la razón Annie se sentía fatal. A lo lejos se escucharon las risas sonoras de Valeria, por lo que acelero el paso y se detuvo al llegar a uno de los salones cerca de la puerta de entrada. Sabía que era cobarde lo que hacía, pero ¿qué otra cosa podía hacer? El recuerdo de como Valeria le había dejado de hablar invadía su mente, ¿por qué tuvo que ser de esa manera?

Hace un año...

Annie estaba muy emocionada, estaba a punto de iniciar la preparatoria y eso hacía que su emoción aumentara. Antes le habían dicho que se iba a ser la etapa más feliz de su vida y decidido gozarla al máximo junto con su mejor amiga. Tenía todo cubierto, se había planchado el pelo e incluso se había puesto maquillaje ese día. Le envió un mensaje a Valeria para decirle que ya estaba lista para salir y que la esperaba para ir juntas, pero el mensaje nunca llego.

Muy extrañada decidido encaminarse ella sola a la escuela. No quería que sus papás la llevaran, estaban un poco tensos así que no considero decirles. Mientras caminaba decidió llamar a Valeria para ver si todo estaba bien, saco su teléfono y marco, pero la mandaba al buzón de voz. Reviso sus conversaciones anteriores para verificar si había dicho algo que la molestara, pero solo releyó lo mismo una tras otra vez:

Hola, ¿a qué hora salimos para llegar tiempo a la escuela?

Leído

no lo sé

leído

¿qué te parece a las 6:50?, o un poco antes para que platiquemos con las personas que llegaron antes y saber quién nos va a caer bien y quien no 😊

Leído

Ok

Leído

Perfecto, estoy emocionada, ¿tú no?

Leído

Sentía que fue demasiado fría cuando hablaron, pero seguramente era porque estaba cansada, apago el teléfono y entro a la escuela. Vio demasiados alumnos, por lo que se sintió algo nerviosa. Los chicos de último año se estaban haciendo bromas, los de segundo parecían divertirse, y se notaban que los nuevos ya habían hecho los nuevos grupos sociales. Annie se asomó de entre la multitud para buscar a Valeria.

Se abrió paso entre la multitud y entonces la encontró. Estaba de espaldas, así que no podía verla. Camino sigilosa entre la multitud, acercándose despacio para sorprenderla. Cuando llego, la abrazo por detrás, en ese momento pudo sentir como los músculos de Valeria se tensaban.

—hola, llegaste antes que yo

— ¿la conoces?

Annie se desconcertó al escuchar esa voz y miro hacia delante. Un grupo de chicas estaban paradas frente a Valeria. Annie dejó de abrazarla, sentía que la había avergonzado, pero no sintió que fuera tanto como para que Valeria dijera las palabras que le partieron el corazón.

—no, para nada

No entendió por qué había dicho eso, estaba a punto de decirle que si se conocen cuando otra chica empezó a hablar.

— ¿entonces porque te abrazo?

—no lo sé, tal vez me confundió con alguien más

Annie la miro desconcertada, no entendía que estaba pasando, voltio a ver a las chicas que la rodeaban y noto una similitud entre todas, ellas llevaban puestos accesorios muy brillantes. De inmediato se sintió inferior a las demás chicas, no por lo que usaban, sino porque sintió que una voz dentro de su cabeza le decía "no tienes nada en común con ellas". Se armó de valor e intento hablar con ellas de cualquier cosa. Pero no dejaban de burlarse de ella, así que se fue, pero Valeria no la acompaño.

Se sentía fatal, era obvio, ya que estaba en una escuela donde no conocía a absolutamente nadie y se sentía incapaz de hacer una nueva amistad sin ponerse nerviosa al momento de hablar.

Se llegó a preguntar muchas veces que había hecho, trato de recordar sucesos pasados, pero nada le daba una pista de que sucedió, intento preguntarle por mensaje, pero no le contesto porque la había bloqueado. Annie jamás llegó a entender que había pasado, pero le dolía en el alma y en el corazón.

Actualidad

Escuchaba a Valeria a la distancia, tenía miedo de que estuvieran hablando de ella. Se quedó parada donde estaba tratando de analizar donde sería buena idea meterse para que no la vieran cuando sintió como algo chocaba con su espalda. Empezó a maldecirse en su mente, no fue necesario girarse porque el chico que choco con ella se detuvo a tres metros de distancia.

Aunque Annie lo veía de espaldas, le pareció una persona interesante. El chico llevaba el cabello revuelto, seguramente por el viento, y en la mano una pera a medio comer. Annie se acercó despacio, ya que el chico se apoyó en sus rodillas para respirar. Cada vez su curiosidad crecía más, alzo su mano y estuvo a punto de poner una mano sobre su hombro para preguntarle si estaba bien, pero el chico se irguió con brusquedad, lo que hizo que retirara su mano rápidamente y avanzo hacia algún lado que ella no pudo ver porque se metió al salón de historia antes de sentir la vergüenza en su rostro.

Pensó que tal vez ya no tendría la oportunidad de conocer al chico misterioso, afortunadamente, se había equivocado.