cap 12

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Después de ver a la chica se quedó unos segundos más parados en donde estaba, para él acababa de ser un día muy desconcertante. Salió de la escuela después de darse cuenta de que era el único que quedaba por irse.

Su mente no dejaba de reproducir en todo el camino las escenas de la pelea con Matías para recordar si hizo algo malo por lo que realmente tenga que molestarse, pero no encontró nada en su memoria ¿cómo recuperaría a sus amigos? No sabía por dónde empezar, porque era más que obvio que Matías era el causante de que sus amigos se alejaran de él.

Lo que era peor es que tendría que tolerar a sus padres, insistiéndole para que vaya a estudiar una carrera que aborrece. Casi puede escuchar a sus padres darle recomendaciones para la universidad en la que lo quiere obligar a estudiar o a su madre intentando hacer tratos con él para convencerlo de que ellos en realidad estaban velando por su bien, aunque en realidad solo estén preocupados por ellos mismos.

Estando a pasos de su casa saco las llaves de su bolsillo para evitar que el sonido de sus llaves alerte a sus padres de que ha llegado a casa. Estaba por meter la llave cuando la puerta se abrió de golpe y dejo ver a sus dos padres sonrientes ¿ahora que tenían planeado?

—bienvenido a casa-dijo su madre con una sonrisa de oreja a oreja

—hola— dijo Austin frío, no quería bajar la guardia para lo que sea que tengan planeado

—vamos, entra ya— dijo el papá de Austin

Su madre y su padre hicieron espacio para que Austin entrara a la casa, cosa que él aprovechó. Paso entre ellos caminando rápido y de inmediato se dirigió a las escaleras para ir a su habitación. Su plan se vio frustrado cuando su padre lo tomo por detrás de la mochila cuando estaba al pie de la escalera. Austin se giró a verlo y vio en sus ojos molestia, pero algo le decía que parte del pan es no enojarse, así que se contiene por el momento.

—¿por qué no te sientas hijo?, debes de tener hambre ¿no?

—no, pero gracias de todos modos Greg

Intento darse la vuelta para avanzar de nuevo a su habitación, pero su padre atrajo la mochila hacia él y puso sus manos en los hombros de Austin. Estaba atrapado.

—vamos, come con nosotros— dijo Greg tratando de controlar el tono de su voz

La mesa ya estaba preparada para tres personas, lo que hace entender a Austin que él iba a sentarse a comer a la mesa con ellos, aunque fuese a la fuerza. De comer había pato a la cordon bleu y una ensalada cesar. No le gustaba ese platillo desde hace años, sin embargo, la comía solo para tener la boca llena y no hablar con sus padres.

—siéntate, hijo— dice su madre mientras toma asiento al lado de su padre

Austin obedeció y se sentó en la silla con cautela. No quería dejar de ver sus acciones. Si en algún momento se presentaba la oportunidad, escaparía.

Al principio nadie dijo nada. La tensión de sus padres se sentía en el aire, aunque a Austin eso ya no le importaba. Su madre, Katherine, fue la que rompió el silencio que se había hecho en la habitación

—y entonces... ¿Cómo te fue en la escuela?

—bien— contesto Austin cortante, sabía que cuando se ponían así debía tener cuidado con lo que le preguntaran o revelaría demasiado

—qué bueno, ¿no hubo nada nuevo?

—al menos no nada que les interese

Katherine miró a su esposo preocupada, pero él solo la miro he hizo una mueca que ella interpretó como "sigue intentándolo". Se acomodó en su asiento y le regalo una sonrisa a su hijo esperando que no notara lo nerviosa que estaba, aunque lo hizo.

—¿Cómo te está yendo en los estudios?

—bien

—¿no tienes problemas con ninguna materia?

—no

—salió tan listo como su padre— dijo Greg con orgullo en su voz

—si fuera tan listo como mi padre, entonces tendría reprobadas todas las materias

Greg estaba a punto de regañar a su hijo cuando su esposa le dio la mano y le dirigió una mirada. Greg estaba enojado, pero su esposa tenía razón, su idea iba a fracasar si se enojaba, así que tenía que controlarse. Respiro hondo y dirigió su mirada a Austin con una sonrisa.

—creo que me subestimas, hijo. De hecho, soy tan inteligente que me trabajo en una compañía de gran prestigio

—bien por ti, Greg— dijo Austin mientras se llevaba un pedazo de lechuga a la boca

Greg miro a su esposa, estaba perdiendo la paciencia. Ella siguió insistiendo con la mirada que siguiera y Greg suspiro. Austin miro la actividad entre los dos con curiosidad, no tenía idea de que estaba pasando, pero lo que sea que estén planeando hacer es muy bueno porque están poniendo toda su paciencia para no abalanzarse sobre de él.

—hoy también tuve un buen día— volvió a reanudar Greg— creo que me ascenderán el mes próximo

—felicidades, cielo— le dijo su esposa con la misma sonrisa con la que había visto a Austin al entrar

—gracias, cariño. Voy a tener muchas responsabilidades, entre ellas tendré que escoger al nuevo chico que ocupe mi lugar

—ahí esta— dijo Austin con sarcasmo

—¿de qué hablas?

—este es otro de tus intentos de manipulación ¿me equivoco?

—sí, te equivocas— dice su madre con un notable nervio en su voz— tu padre solo nos está contando una buena noticia de tu trabajo que se enteró en un cotorreo de la oficina, eso es...

—él nunca mencionó de donde escucho los rumores— contesto el victorioso

Su madre se quedó callada y con miedo se giró a ver la cara de su esposo. Este la mira con mala cara, acaba de revelar ante su hijo la idea que tenían para él. Greg se volvió a ver a Austin, esta vez no hizo el intento de contener su enojo.

—deberías apreciarlo, muchos quieren estar en tu lugar

—entonces tómalos en cuenta a ellos, pero a mí no porque no me interesa

Austin se levantó de la mesa dejando ahí sus platos, estaba molesto.

—¿a dónde vas?

—a donde no pueda verlos, adiós

Esta vez Austin pudo subir en su totalidad las escaleras y se encerró en su habitación. Vaya día.

Tomo su teléfono y reviso sus redes sociales para matar el tiempo cuando vio la publicación de una chica en Twitter. Había dejado un mensaje con el que se sentía muy identificado, pero con el que los demás no concordaban. Al leerlo sintió como si ella lo entendiera. En su perfil ella se llamaba "Esperanza" pero siente que ese no es su verdadero nombre.

Como le pareció interesante, decidió mandarle un mensaje en privado para ver si podían hablar y conocerla un poco más, en fin, ya no tiene nada que perder. Estaba nervioso al principio, pero después de presionar la tecla para enviar el mensaje se sintió mejor. Minutos después recibió su respuesta.

Fue negativa, como imaginaba, pero no iba a darse por vencido. Escribió otro mensaje y lo envió feliz. Ahora solo el destino podía decidir cuál sería el final para los dos.

Lo que puede hacerme una palabra tuya (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora