cap 14

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Apenas termino su conversación con Annie, se puso muy nervioso. No podía creer que estuviese hablando con la chica misteriosa que le había ayudado a inspirarse el otro día. Estaba nervioso porque no sabía cómo reaccionaria cuando se enterara de que se trataba de él, pero intento pensar que tal vez se pudieran llevar bien.

Quería ayudarla usando o haciendo cosas que pudieran darle pistas, pero después de meditarlo, no pudo encontrar nada que lo pudiera delatar. Se recostó en su cama de modo que pudiera ver su habitación completa, pensó tal vez de esa manera él pudiera encontrar algo que le pudiera servir. Estuvo posando su mirada durante largos ratos en cada objeto que había en la habitación, pero todo fue inútil, hasta que vio su guitarra.

La había comprado a escondidas hace 3 años porque sus padres se negaban a que su hijo empezara a hacer actividades "que de nada le iban a servir en la vida". La descubrieron hace mucho tiempo, pero no pudieron hacer nada para quitársela porque él no ha hecho nada malo para arrebatarle aquel objeto, aunque sin dudas lo han intentado buscar.

Se acercó a su guitarra y se sentó con ella. Tal vez si tocaba unas melodías su mente se pusiera a trabajar y supiera que hacer con respecto a Annie. Empezó tocando una de las canciones que se sabía de memoria y que era de sus favoritas en guitarra: "Le Louvre" de Pierre Lune. Empezó a sentir como sus preocupaciones se desprendían conforme iba tocando las notas. Se sintió en paz, hasta que alguien toco la puerta de su habitación.

Se quedó callado y sin hacer ningún movimiento para poder escuchar a la persona que estuviese del otro lado de la puerta. Tenía una idea de quien podría ser, no era muy difícil deducirlo, puesto que solo viven tres personas en esa casa y solo a una le molesta que saque su guitarra.

— ¡soy yo hijo! - grito Greg desde el otro lado de la puerta— ¡necesitamos hablar!

—te gusta hablar cada vez que toco la guitarra— dijo Austin molesto aun rozando con sus dedos las cuerdas del instrumento

—déjame pasar, además, ya hay demasiados platos y vasos en tu cuarto, tu madre los necesita para lavarlos

Austin miro la repisa que se encontraba al lado de su cama y suspiro, era cierto. Estaban todos apilados en una esquina, al menos había como 5 platos y 4 vasos. Se levantó y dejo su guitarra al lado de la cama y empezó a recoger todas las cosas que había allí. Se paró frente a la puerta y, tomando aire para darse valor, abrió su puerta y camino sin mirar a su padre a las escaleras para ir a la cocina.

—hijo, tienes que escucharme

— ¿cuándo eso se volvió una obligación?

—nosotros solo vemos por tu bienestar, conocemos la vida real mejor que tú y sabemos que eso de tocar la guitarra no te va a llevar a nada bueno

—pensaba descansar de la guitarra

— ¿en serio? —pregunto su padre sonriente

—sí, descansaré cinco minutos para pintar o tal vez para hacer algo interesante

La cara de su padre no se hizo esperar, estaba decepcionado, pero el tiempo que él estuvo pensando que decir, Austin ya había terminado de poner los trastes en el fregadero y caminaba de nuevo a paso veloz a su habitación. Su padre se tardó en descubrir que Austin ya no estaba allí y fue a seguirlo en las escaleras.

—mira, eso de tocar la guitarra y de pintar y ese tipo de cosas no da de comer, si son excelentes hobbies, pero no para dedicarte a eso el resto de tu vida, morirás de hambre.

—no necesariamente

—hay personas que están viviendo en la calle por dedicarse a esas cosas, no quiero ese destino para ti hijo, pero si te vuelves como tu padre, tienes el éxito garantizado.

—tienes tres hipotecas que pagar

—pero tengo un techo encima de mi cabeza al que siempre puedo volver después de trabajar

Austin ya no lo quería seguir escuchando. Entro a su habitación y cerró la puerta con llave justo antes de que su padre lo pudiera evitar. Soltó un suspiro de fastidio y camino hacia su cama para volver a tocar su guitarra.

—algún día recordarás lo que te he dicho, y te vas a dar cuenta de que tuve razón

Después de que su padre le dijera eso, escucho como sus pasos se alejaban hacia alguna parte que a él no le interesaba saber. Volvió a tocar la misma canción que estaba tocando antes de que padre su padre lo interrumpiera, tratando de pensar que hacer. Era obvio que sus padres no se detendrían hasta que él no dejara la música o cualquier expresión artística para que él se convierta en contador, pero él no estaba dispuesto a dejarlo todo sin intentarlo.

Mientras tocaba la canción se dio ánimos para continuar, por más difícil que se viera el futuro. Acabo la canción y dejo la guitarra en donde estaba, ya tenía sueño y necesitaba dormir para conocer a Annie al día siguiente. Se cambió de ropa y se acostó en su cama listo para dormir. La emoción no le cabía en el pecho. "Mañana será un gran día" pensó Austin para sus adentros, aunque la vida la tenía otros planes.

Lo que puede hacerme una palabra tuya (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora