Desde que era chica yo siempre considere a Lena y a Damia mis mejores (y unicas) amigas. Ahora, después de ser humillada y rebajada por aquella a quien siempre llame amiga, me hacia preguntarme si siempre estuve mal.
No pude detener las lágrimas que salieron ni la tristeza ni la desesperación ni la vergüenza. No pude detener lo que sentía y no pude evitar cuestionarme todo lo que creía. No podía dejar de reprocharme lo ingenua que habia sido.
¿Por qué había pensado que ella seria diferente de todo el mundo?
Yo sabía que esto pasaría porque después de todo, ¿quién renunciaría a todo por lo que había luchado tan duro por...por alguien como yo?Me sentí vacía y triste pero esa emoción se transformó con rapidez en otra cosa, en rabia. No contra Lena porque no podía culparla por ser y defender en lo que creía. Estabamos a mitad de una guerra, ¡por amor al cielo! No podía decirle que hacer y cómo hacerlo solo porque era lo mejor para mi.
Ella tenía una vida e intereses propios. Yo no era nada mas que una vieja conocida y ya. El error y ka vulpa fueron mías por creer y pensar que podríamos actuar como siempre lo hicimos. Eso era imposible porque ya nada era igual.
Yo lo sabía y aun asi decidí cergarme y ponerme una venda en los ojos y tapones en los oídos. Yo tenia la culpa por esperar que todo fuera igual cuando estabamos a midad de una maldita guerra.
Me sentí enojada y furiosa con Lena pero sobre todo conmigo por ser tan ilusa. Espere que ella fuera como David pero ella y Damia eran personas diferentes. David fue un caso único que no podía esperar que se repitiera, al menos no conmigo.
Mar me abrazaba con fuerza. Me alme un poco y me quite los lentes para poder limpiarme la cara.
-Lo siento.
Sus ojos lucían preocupados y habia una pregunta evidente escrita en su cara. Mire el suelo, a la pared, a los árboles, a todo menos a ella sintiendo vergüenza.
Me había dejado arrastrar por ella hacia una de las paredes cerca del bosque. Me sente de espaldas a la pared y me recargue sobre ella. Mar me imitó y se sentó de manera tímida abrazando sus piernas y mirándome preocupada.
-¿recuerdas que te conté que tuve amigas afuera?
"Ella era una de ellas?" Le sonreí y asenti.
-Fue mi culpa. Pensé que las cosas podían ser iguales pero no. Creí que... ¡Santo cielo! Ah pasado un año y yo creí... Yo esperé...
Mi voz se quebró y me enojé por ser así. ¿Por qué estaba llorando? No habia ningún motivo real pero aqui estaba yo siendo una regadera. Me estrelle hacia atrás, el dolor del impacto contra la pared me calmó un poco.
"Ellos son así." Escribió Margaret.
-Lo sé pero aun así me duele. Fue mi amiga y si ella es así no me queda mucho para esperar con Damia. Ellas dos eran como amigas y rivales, si una hacia una cosa la otra trataría de superarla. Cuando Damia se entere hara algo peor que Lena. Ellas siempre fueron más unidas entre ellas que conmigo, yo siempre fue como la tercera rueda.
A veces me sentía excluida, como la pieza que no encajaba. Dejaron de enviarme cartas hace un tiempo, debí haber supuesto que esto pasaría pero preferí ignorarlo."Tu otra amiga se llamaba Damia? Cómo era ella?" escribió en su pizarron.
-Ella era hermosa y condenadamente buena en todo. A veces hacia lucir a Lena como una persona normal. Ella es la persona más leal y arriesgada que e conocido, también la más testaruda. Ella siempre defiende con fiereza en lo que cree y no cambia de parecer tan fácil. Tiene la cabeza muy dura, ni a golpes podíamos hacerla cambiar de parecer.
Me reí. Recordar era bueno.
-Ella suena diferente, Ceci.
Abrí mis ojos y levante la cabeza para mirar a Incivas. Él intercambio una mirada con su hermana y pareció que hablaban por telepatía. Esa conexión de hermanos nunca la logre con Alex, en sus momentos juguetones a veces tenia por costumbre agarrarme del cuello y bajarme la cabeza para echarme un pedo en la cara.
Mi pecho se vacío y dió una punsada. Lo extrañaba tanto. A él, a mamá, a papá. Los extrañaba a todos, extrañaba mi antigua vida.
Sentí algo nuevo en ese momento: celos.No vayas por ese camino, Ceci. Me reprendí.
Qué clase de amiga era yo. La única amiga que tenía ahora y me conoortaba así con ella. Me odie un poco más y mi auto enojo aumentó.
-¿Pero realmente es diferente a ella? Se parecían más de lo que les gustaba admitir y... -negué- ¿Qué haces aquí?
El soltó una risa/ resoplido bastante obvia antes de sentarse frente a nosotras.
-Como si fuera a escuchar a alguien que las trató así. Tom está ciego pero yo no.
-...gracias... -sentí un nuevo nudo en mi garganta pero esta vez de gratitud.
Conversamos por un tiempo hasta que el toque de queda llegó y tuvimos que volver.
***
Evite reunirme con ella pero fue imposible. Me sentía herida pero no podía evitar culparla o perder la esperanza de que volveríamos a hecer como antes. Una ilusión muy tonta pero simplemente no podía evitarlo.
Evite estar cerca del edificio cuando se suponía que iría pero no podía negar que quería estar cerca y ver cuanto habían crecido sus habilidades, así como presenciar las habilidades de todos los élite. Y fue espectacular e incómodo.
Dos días después hubo una practica de integración para celebrar que pronto terminaria el adiestramiento y nos volveríamos soldados reales.
La actividad sería una fogata en cierta área no restringida del bosque. Todos podrían ir.
Margaret, Incivas y Tom me convencieron para ir. No le guardaba rencor a Tom por lo que no esperaba una disculpa, aunque no se disculpó ni se vio avergonzado. Asi era él, aun en las nubes por su encuentro con su amor imposible. Me alegre por él y secretamente esperé su desengaño, ya saben como venganza.
Sin embargo, el día de la fogata más que divertido y agradable terminó siendo horrible para mi.
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Secretos De Otoño
Science FictionCecilia no es fuerte o poderosa, la verdad es que ella es común y ordinaria. No posee los superpoderes ni una increíble belleza ni una familia super genial y adinerada. Siendo sinceros Cecilia es una persona normal en su pequeña ciudad llena de paz...