Lysandro caminaba en dirección al departamento de Castiel. Tres semanas era ya demasiado tiempo. Intentó contactarlo, mas su celular mandaba siempre al buzón de voz y los mensajes que le enviaba jamás eran contestados.
Lo último que se enteró de él fue que aquel día cuando iba a contarle sobre Debrah y Nathaniel recibió un mensaje de su parte «No iré un tiempo a clases, estoy bien». No tenía idea de lo que pasaba, pero de algo estaba seguro; Castiel no estaba bien.
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No sabía que sentir, estaba conmocionado por lo que acaba de pasar.
¿Nathalia es Nathaniel?
Respiraba con dificultad, el aire entraba a sus pulmones lastimándolo. Otra mentira, otro engaño, y de parte de la misma persona; Nathaniel.
Llegó con pasos temblorosos a su departamento. Las imágenes se repetían en su cabeza. Había sido tan idiota.
Los mismos labios; rosados y grandes que él besaba, le sonreían, le hablaban. Los mismos ojos; dorados como el amanecer que no alcanzaba a ver porque se despertaba tarde, pero aquella mirada siempre le transportaba ahí.
Todas las veces que veía a Nathaniel y le recordaba a aquella chica rubia que le compartió su corazón. Había sido idiota por no haberse dado cuenta.
Se tiró a la cama y empezó a llorar, como aquella vez que encontró al mismo chico besando a su novia. Todo era igual, pero ahora su corazón era el que había dejado de palpitar, le dolía, pero no sabía muy bien el qué;
¿El hecho de que Nathalia sea un chico, o que el chico sea Nathaniel?
Los noches se volvieron insoportables, recordaba cada momento vivido con ella. Y se daba cuenta hasta el mínimo detalle; siempre había pistas de que era Nathalia.
Pero todavía la quería, su corazón latía por la chica, pero al pensar en Nathaniel su corazón latía de igual forma. Una locura.
No quería verlo, era así de cobarde. No sabía como podría reaccionar después de aquello. Le dijo que no lo busque, que no le hable; se arrepentía de aquello. No era su culpa, pero sentía culpabilidad.
No había aparecido en tres semanas, aquellos días se resumía en comer algo ligero acompañado de agua mientras lloraba. Demonio; su perro, le acompañaba y aunque él si tenía una comida decente, se apegaba al pelirrojo intentando que con su compañía su dueño mejorara.
Ese día no se había movido de su cama, los ojos le ardían y sentía hinchazón. Miraba el celular a duras penas y como siempre tenía decenas de mensajes de parte de Lysandro. Estaba preocupando a su amigo, pero no podía hacerlo, llamar a Lysandro a contarle lo que ocurrió, aún no podía.
Se levantó a su pesar para alimentar a Demonio quien movía su cola frenéticamente al ver a su dueño tomar entre sus manos su plato. Castiel ladeó una sonrisa al ver a su mascota.
—Al menos uno de los dos está feliz— dijo poniendo en el suelo el plato ya lleno de comida.
Su plan iba a repetirse, acostarse y lamentarse de su patética que era su vida, pero el sonido del timbre se lo impidió, se acercó a la puerta para mirar por el agujero; era Lysandro. A muy a su pesar y diciendo groserías en voz alta abrió la puerta.
—Te dije que estaba bien— fue lo primero que dijo al mirar a su amigo parado del otro lado.
Lysandro abrió los ojos en sorpresa al ver a Castiel, estaba con el cabello desordenado, los ojos rojos e hinchados, la boca lastimada, y oliendo mal.
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(Nath)alia「casthaniel」
Fanfiction⚜↠𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚. A Nathaniel le gusta vestirse de niña*. A Castiel le gustan las niñas. ㅤ ─ Los personajes pertenecen a beemoov. ❀*vestirse como niña: término que usaré para referirme a la vestimenta como (las faldas, blusas, medias largas, entre...